Capítulo 36

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- Fue mágico, Jane - Suspiro ruidosamente. - Maravilloso, todo; él, los preparativos, la tarde, la plática.- Estamos en la cama de Jane observando el techo. - ¡La propuesta, Jane! ¡Fue tan inesperada y romántica y original! ¿Donde has visto una propuesta así?

- Pues...

- ¡Cállate! - le doy una mirada desdeñosa - En ningún lugar has visto o escuchado de nada igual.

- Si tu lo dices... - se burla - Pero en lo que si debo darle un diez, es en el factor sorpresa. No me esperaba propuesta y obviamente tu tampoco.

- No, nunca se me paso por la cabeza - giro la cabeza para ver a Jane - ¿Y ahora que? ¿Qué sigue? - le revelo uno de mis temores.

- Ahora dejas que las cosas fluyan, no presionas nada, controlas tus celos y sobre todas las cosas; disfruta de todo, todo el tiempo - sonreímos y la abrazo, Jane comienza a pasar los dedos por mi cabello.

- Uriel es absolutamente afortunado de tenerte, nuca olvides eso - Jane me da un beso en la coronilla y en un instante ambas estamos durmiendo.

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Al día siguiente cuando me desperté estaba demasiado feliz, nada podía arruinar mi burbuja feliz. Mucho menos el hecho de que me levanté con el tiempo justo. Después de mi rutina de limpieza baje dando saltitos por las escaleras, cuando iba llegando a final, la falda se quedó atorada en un clavo de la pared, estuve a punto de romperla. Gracias a Dios nadie estaba para ver mi short de Winnie Pooh.

Termine de bajar dando vueltas y seguí mi camino a la cocina, a punto estuve de pasar por alto algo que mi visión periférica detectó, me giré para ver que era, mi sorpresa no pudo ser más grande al encontrarme a Uriel. Un Uriel completamente sonrojado como si hubiera corrido una maratón.

- ¡Hola! - corro hacia él y lo abrazo, él se queda inmóvil - Que sorpresa, ¿que haces aquí? - Uriel me veía con los ojos muy abiertos y si es posible poniéndose a cada segundo más colorado. - ¿Estas bien?

Su mirada me recorrió de pies a cabeza, por alguna extraña razón su mirada provocó cosas desconocidas en mi. De forma torpe y nerviosa me aparte de él.

- ¿Uriel que esta mal? - Y entonces me fijé en la posición que se encontraba y de la amplia visión que tenía de las escaleras, sumando dos más dos... Uriel tuvo que presenciar mi momento con la falda y el pequeño e inoportuno clavo... Jamás pensé que podría desear con tantas fuerzas que la tierra me tragará. Sólo Dios sabe que el día de hoy me tomó unos segundos decidir si debía ponerme esos shorts o no. Por muy poco casi no me los ponía.

- Lizzy... - la voz de Uriel se escuchaba como si estuviéramos bajo el agua, me di cuenta de que lo que lo obstruía era el rugido de la sangre en mis oídos. Me aclaré la garganta y me giré para alerjarme más de él.

- Mmm... - No podía verlo a la cara en al menos un millón de años.

- Yo... venía a... - ahora fue su turno de aclararse la garganta. - Venía por ti para ir al Instituto juntos.

- Si, si, ya me di cuenta, pero... - Suspiro, no me veo capaz de caminar a su lado. - No puedo, Uriel, ¿por que mejor no te adelantas y nos encontramos allá?

- Pero... - Se detiene - Esta bien, allá nos vemos.

Escucho sus movimientos detrás mio, no me he girado para verlo, oigo el sonido de la puerta al cerrarse e inmediatamente corro hacia la cocina. Esta vacía, no había rastro de ser humano en la casa, eso estaba demasiado extraño. Tomé mis cosas y salí de la casa, estaba a punto de llamar por teléfono a Jane cuando la vi cerca de la acera junto a mis padres, Uriel y alguien más.

Me acerqué para verificar de quién se trataba, para mi sorpresa mis ojos se toparon con los de una mujer a la que no había visto desde hace varios meses.

Era la mamá de Ken.

(...)

Después de hacer pasar a la señora Villegas a la casa y de perder un día de escuela, nos comentó que era lo que le sucedía. Resulta que Ken no llego anoche a dormir, cosa que no es de extrañar, según ella, pero que siempre se reporta avisando con antelación su ausencia. Esta vez no fue así y lo peor del caso es que no le ha contestado el celular, y no tiene otra forma de comunicación.

Evidentemente la mujer esta desesperada, pues claro que lo esta, no saber nada de tu hijo en varias horas y sumarle el hecho de que, acaba de cumplir 18 años por lo cual, ya no aplica para activar alguna alerta y que la policía se dedique a buscarlo. y aun tenemos que agregarle más, no tiene a ningún familiar que la ayude. Ha estado desde muy temprano, casi de madrugada, preguntando en todas las casas de compañeros de Ken y nadie a sabido darle razón de él.

De inmediato todos nos movilizamos para buscarlo, todos y cada uno de nosotros nos trazamos rutas y nos dividimos en parejas, yo me voy con Jane, porque papá no permitió que fuera con Uriel, así que es él quien termina acompañando a Uriel, mamá se fue con la mamá de Ken.

Después de muchas horas de buscar; el cansancio, la sed y el hambre me están volviendo inhumana. Estoy a punto de desfallecer cuando el teléfono de Jane suena, se detiene un momento para hablar con la persona al otro lado de la línea, mientras yo babeo por una pastelería que está a nuestro lado. Hay unas galletas con chispas de chocolate que me llaman. Despacio y muy lentamente voy acercándome a la pastelería, pasito a pasito, suave suavecito, unos pasos más...

- ¡Lo encontraron! - Soy atacada por la espalda y derribada en plena calle, pero al parecer a Jane no le importa, ni mi integridad física, ni tampoco las protestas de mi estómago. - Papá acaba de llamarme, ¡levántate de allí, tenemos que correr!.

Lizzy has esto, Lizzy has aquello. pero nadie, absolutamente nadie se preocupa por mi bienestar, ni siquiera mi asombroso y alucinante novio... Si alguien no me da comida, de inmediato, correrá sangre...

Tú Eres Mi Ángel [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora