Que interesante se había vuelto el techo últimamente, cada una de las grietas llamaban mi atención ¿Cómo se hicieron? ¿Hace cuanto estaban allí? Creo que me estaba volviendo loca. Hace 2 meses que papá había muerto y era como si el tiempo, o al menos mi vida, se hubiera detenido, ni siquiera mi trabajo me llenaba y eso me preocupaba, desde que supe que quería hacer de mi vida, había sido feliz. Mi vida de cierta forma o en unos aspectos había cobrado sentido, brillaba. Pero ahora ya ni eso pasaba, en estos momentos ser trabajadora social no tenía el mismo sabor ahora mismo. Por eso desde hace dos semanas me habían mandado a casa de vacaciones forzadas.
Y lo que más me preocupaba eran los retorcidos pensamientos que de vez en cuando acudían a mi mente, como el de desear que papá no hubiera salvado a ese bebé, así él estaría aun aquí. Vivo. Y un segundo después de que ese pensamiento aparezca, me estoy reprendiendo por ser tan cruel y estúpida, ese niño también merecía vivir y mi papá hizo lo que el creyó que era lo correcto, yo no tengo derecho a elegir quien merece o no vivir, pero siento que a veces el dolor toma el control y es como un cáncer que corroe todo a su paso. Necesito salir de esta situación rápido, incluso la relación con mi hermana peligra debido a mi apatía.
- Lizzy, tienes que ir con un terapeuta – dice por centésima vez – de esta manera no vas a llegar a ninguna parte. No rindes en el trabajo, no cuidas de ti, mamá y yo estamos muy preocupadas. – me lanza una mirada de reproche que, se supone, me tenga que avergonzar, pero en realidad no me importa, es mi vida. – papá no quisiera verte de esta manera tan lamentable.
Golpe bajo. No me gustaba que tocaran el tema de papá y mucho menos para regañarme, me sentía lo suficiente grandecita para saber qué hacer con mi vida, o al menos para asumir las consecuencias de lo que hacía. Jane gruño de frustración y con pasos enérgicos se acerco a mi cama, donde estaba acostada.
- ¡Estoy harta de esto Elizabeth! – ante el uso de mi nombre me gire a verla – estoy harta de ver cómo te destruyes, de cómo todo lo que eras lo enterraste – quiero decirle que en realidad no fui yo quien lo enterró, sino dos hombres en el cementerio junto al ataúd de papá, pero en estos días no conversábamos mucho, era más un monologo de Jane, yo no hablaba. – no puedo dejarte así, no puedo casarme, irme y ser feliz si tu no lo eres.
- Lo has sido estos últimos años ¿no? – hable porque tenía veneno en la boca y no quería ahogarme en el, quería escupirlo – vete, cásate con el delincuente renovado, ten hijos y tu felices para siempre y deja de joderme a mi – digo cada palabra con desprecio, pero no hacia ella, sino hacia mí. Odio en quien me he convertido y solo quiero estar sola para poder pudrirme en el veneno, sola.
- No es mi culpa que Uriel se haya ido – sus ojos están llenos de lágrimas – siempre fuimos muy unidas, pero desde que él se fue tu cambiaste, te alejaste de mi, te cerraste y solo dejaste que estuviera cerca de ti físicamente.
- Pues yo no vi que eso te molestara – siento como cuando tienes muchas ganas de vomitar y todo sube por tu garganta y no puedes detenerlo – al contrario, estabas más que feliz con tu noviecito.
- ¿Y ahora Ken que hizo? – aprieta los puños y su expresión se vuelve enojada – él nunca te ha tratado de otra forma que no sea con respeto, siempre ha buscado tu aprobación porque sabe lo importante que eres para mi, incluso te quiere después de tanto tiempo conviviendo. ¿Qué te pasa? ¿quieres que todos seamos infelices solo por que a ti no se te dio bien tu primer amor?
No le respondo nada, ella no sabe la verdad y nunca la sabrá, así que no puede entenderme, nadie puede. Comienzo a llorar porque el dolor de perder a dos de las personas que más he amado en mi vida, no cesa, creí que había aprendido a lidiar con el dolor y el vacío de la partida de Uriel, pero perder a mi papá abrió las puertas de toda la tristeza y amargura que tenia encerradas. No puedo salir adelante sola, lo único que quiero es lastimarme, lo único que quiero es dejar de existir, dejar de sentir dolor. Jane camino hacia la puerta de la habitación y se quedo un segundo con la mano sobre la perilla y luego regreso a mi lado y me abrazo.
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Tú Eres Mi Ángel [Terminada]
Fantasy- ¿Que tal estoy? - giro para que me mire, es el mismo uniforme de todos los días pero hoy me hice un peinado distinto. - Estas preciosa mi a... - se detiene en mitad de la frase y me mira entrecerrando los ojos - ¿porque me lo preguntas? ¿acaso tu...