Capítulo 14. EEUU

268 30 0
                                    

El viaje fue horrible. Simplemente horrible. Mi yo de Australia no recordaba que mi hermano Isaac tenía pánico a volar. Me dio un viaje de 10. 000 demonios. Y para colmo había muchas turbulencias. En conclusión, por más de 8 horas no pude ni dormir, ni ver una película ni hablar con él. Se dedicó a gritar cada vez que había turbulencias, montando un numerito.

Llegué al aeropuerto sin hablarle, pasé tanta vergüenza y sueño...

Cuando pasé hasta la salida mis ojos llenos de ojeras se abrieron como platos. Me encontré a la familia Sherman al completo estaba esperándome y saludándome. Charlie, Jack, Ken, Luke y hasta el pequeño Harry. Me quedé estática. ¿Cómo era posible?

- Vamos, Sam. Llevan un rato llamándonos.- dijo Isaac empujándome hacia ellos.

Harry fue el primero en abrazarme. Y luego se unieron los demás, formábamos una enorme piña en medio de la puerta.

¿Cómo es posible? Mi mente era completamente incapaz de entenderlo. Por otra parte, si estaban Isaac, Mara, Alice, Hiro... Ellos también tendrían que estar en alguna parte.

- ¿Qué tal el viaje?- preguntó mi "tía".

- Horrible.- dije mirando a Isaac.- Alguien es un miedica y no ha parado de gritar durante todo el vuelo.

- Era para que las azafatas se acercaran.- dijo y mis primos rieron.

- Solo había azafatas hombres.- dije yo y rieron más.

Estados Unidos tampoco era muy distinto de Australia, lo único que cambiaba es que llevaba ropa de invierno en Navidad, hasta un gorro y seguía teniendo frío.

Mis tíos rieron al verme en modo cebolla. El viaje en coche fue largo, ellos también llevaban maletas.

- Me encantaba aquel lago. Espero que esté congelado, he traído los patines para que podamos jugar al hokey.- dijo Jack.

- Yo ya no me acuerdo cómo se patina.- dije yo.

- Eso es porque sabes que te daré una paliza.- eso me encendió.

- Já, más quisieras.- dije yo picada. Delante los tíos intercambiaron una rápida mirada y sonrieron.

Me quedé dormida, no recuerdo cuándo, pero cuando desperté había babeando el hombro de Luke que me miraba como si no tuviera remedio.

Salí del coche y miré el lago. Unas vistas impresionantes, y me llegaron recuerdos de la infancia, muy lentamente.

- Vamos a bajar las cosas.- dijo él tío y me apresuré a coger mi maleta.

Entré en la casa de madera y lo primero que busqué fue el WiFi. Nada más le metí la contraseña vi que tenía veinte llamadas perdidas por Skype de Mara. ¿Qué diablos habría pasado en un día?

Dejé la maleta en la habitación que compartiríamos Luke, Harry y yo y me tiré en el sofá dispuesta a devolver la llamada. En ese momento, llamó de nuevo.

- Sam, es un puto cabronazo.- dijo nada más descolgué.

- Sí, Mara, estoy bien. La casa es una pasada y no he muerto en el viaje. Aunque debes saber que tu novio no soporta volar. Es un niño llorón.

Ella chasqueó la lengua.

- Estoy hablando de Evan. ¿Estás sentada?

- Sí, ¿por qué?- pregunté confusa.

- Mira el vídeo que te he enviado. Ni 12 horas...- colgó.

Decidí abrir el vídeo. Me desesperaba que tardase tanto en descargarse, supongo que todos estábamos chupando WiFi.

Mientras recordé a mi familia. Hasta Ken estaba ciego, aunque aquí fue por un mal tratamiento de láser para quitarse la miopía y tuvieron una buena indemnización.

Por fin se descargó. Al principio salían mis amigas saludándome y obligando a Hiro a saludar. Luego las dos miraron al horizonte y cambiaron la cámara. Se veía el otro lado del parque, un pequeño Ron jugaba en los juguetes del parque con otros niños mientras Evan y Steacy... Mi teléfono cayó al suelo. No era posible.

Era increíble que hubiera sido tan incrédula. Decidí no hacer nada. No llamé a nadie y decidí no llorar. Pensaba que tras ese pequeño bache que trajo consigo Steacy volveríamos a salir a flote. Está claro que se hundía cada vez más, era hora de que abandonase la nave.

Mara me volvió a llamar. Decidí mentirme a mí misma a medida que iba hablando con ella. Le dije que seguramente era uno de esos casos donde las cosas se malinterprentan y que no había ocurrido lo que ella pensaba. Entonces ella se dio por vencida y me colgó para llamar a Isaac.

Parecía que Hiro estaba esperando a que colgase para llamarme.

- Hola, ¿qué tal el viaje?

- Un poco cansado. Isaac teme volar y ha sido horrible. ¿Hiciste lo que te dije?

- Sí.

Siempre dando información escasa.

- ¿Y?

- Su padre me echó de su casa bajo amenaza de denunciarme por acoso a Alice.

- ¿Qué? ¿Qué dice ella?

- Que debe dar ejemplo a sus hermanas y reservarse de los chicos hasta que cumpla la mayoría de edad.

- Esta chica es idiota. No tiene otro calificativo: I-DI-O-TA. Hablaré con ella.

- Déjalo, Sam. Esta claro que sino pone interés es porque realmente no existe y yo no quiero algo que dure dos meses, yo quiero algo estable. Pensé que ella sería la chica adecuada. Visto lo visto no es así, si depende tanto de sus padres...

- Lo siento, Hiro.

- Yo más, Sammy. Oye, ¿me traes algo de EEUU?

- Mm... Ya veremos.- dije y se quejó. Por lo menos así le levantaría el ánimo un poco.

La tía me llamó a la cena cuando abrí la maleta para sacar la ropa. Así que tuve que dejar aquello para otro momento.

Durante la cena mis primos/hermanos Sherman, me contaron qué era ahora de su vida.

- Jack ya está en la universidad. California, ha sido un milagro que quisiera venir, don Independiente.- dijo tía Jen.

Mi primo la miró algo avergonzado e incrédulo de que con casi veinte años su madre le echara la bronca, yo sonreí.

- Charlie va a acabar y tiene una beca para Harvard.

- Vaya, qué clase.- dijo mi hermano picando a mi primo. Ambos estaban en el mismo curso y siempre andaban picados.

- Yo sigo en Europa. Debéis conocer el año que viene a Dominique. Es una chica fantástica, me tiene loco.

Luke y Jack comenzaron a hacer muecas de enamorado por detrás suya y tuve que reprimir la risa.

- Espero conocerla algún día. Pero la próxima viajo en otro avión distinto al de Isaac, por favor. Vaya tela el viaje que ha dado.- me quejé y todos rieron.- ¿Y tú Harry?

- Este año he empezado en béisbol.

- Vaya, eso es genial. ¿Y qué tal...?

Me hicieron señas de que no siguiera por ahí. Por lo visto no le iba muy bien.

- ¿Y tú Luke?- preguntó Isaac.

- Estoy algo... Estancado.

- Estancado en casa por un mes porque le han expulsado del instituto por echar pegamento dentro del traje de la mascota del instituto.- dijo mi tío.

Luke se encogió de hombros y tuve que aguantarme la risa. Típico del Luke estadounidense, destacar de entre sus hermanos por el mal comportamiento.

Tras la cena llamé a la rubia. Tenía que acabar con Hiro, haría de celestina desde miles de kilómetros más lejos. No me lo cogió. Suspiré.

Llamé varias veces más pero esperando a que me cogiera la llamada por Skype me quedé dormida.

After HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora