Capítulo 26. No Perdona

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Despedir a la familia Hitaka me rompió el corazón. Obligué a Hiro a prometerme que me escribiría, como mínimo cada mes. ¿Por qué esa manía de echarme amigos que no eran de mi país? ¿Por qué? Alice fue la que peor lo pasó, pero, desde un punto de vista más optimista, Mara y ella se habían arreglado y eso era quitarme un enorme peso de mis hombros.

Cuando volvimos yo no tenía ánimos de ir a clase, pero aún así fui. En muchas clases me sentí vacía y desprotegida sin Hiro a mi lado. Ahora estaba sola. Ni James se había atrevido a acercarse a mí, decía que con las hormonas tan revueltas...

Me pasé dos días más triste que cuando se fue Isaac. Yo sabía que Isaac se iría a final de curso porque era de otra escuela, pero que Hiro, que formaba parte de Hogwarts y mi vida se fuera sin tan siquiera tenerlo previsto me mató.

Mis hermanos parecían haberse relajado. Jack volvía a su senda, al igual que Charlie. Luke seguía apartándose de mí, pero con el pretexto de que las demás chicas pensaban que era homosexual por pasar tanto tiempo con nosotras. Harry, sin embargo, seguía más apartado que nunca. Más cerca de Albus y Malfoy que el año pasado, y que estuviera tanto tiempo rondando por el clima de Slytherin no me gustaba nada, aunque Scorpius y Albus me cayeran bien.

La excusa que había usado James ese día le había servido para volver a alejarse de mí haciendo cosas de lo más raras.

Volvía a desaparecer incluso después de los entrenamientos o de la cena. No me decía de quedar ni nada parecido. Yo intentaba hacer algo para pasar tiempo juntos, porque necesitaba desconectar de los problemas y él siempre conseguía que yo desconectara de todo.

Pero estaba claro que el mal no perdonaba y, además, estaba entusiasmado con el sufrimiento de los demás. Y lo peor de todo eso, es que no se podía hacer nada para evitarlo, porque tuvo su momento y ese momento ya pasó.

Lo único que se salvaba, como ya he dicho, fue la reconciliación de mis amigas, aunque Alice estaba de una llorera inaguantable y por eso me alejaba de ello. Intenté juntarme más con Luke, para no estar sola, porque no aguantaba más suspiros y lágrimas y dramas por no haber ido a por lo que quería a su tiempo, pero Luke me evitaba.

Tuve que acercarme a los amigos de James, pero también me evitaban y eso me hizo darme cuenta de que ellos sabían lo que se traía entre manos. Intenté por todos los medios sonsacarles algo, pero a la mínima de cambio se iban y me dejaban con la palabra en la boca.

Así que volví a seguirle, con menos éxito que la primera vez, por no decir que nulo. Con lo poco que me gustaba a mí perder.

Lo único bueno fue que el gran partido fue reservado para el final del año. Y eso era esta semana, nos jugaríamos la copa contra Slytherin, ya que íbamos empatados en puntos.

Yo estaba enchufadísima para el partido. Esta vez nada me golpearia en la cabeza, ni me tiraría ni nada por el estilo. Esta vez iba a ganar y lo iba a hacer con un partido sublime.

- No estoy seguro de si dejarte jugar o no todavía. Ya sabes tengo miedo de que...- me dijo en el entrenamiento previo al partido.

- No me va a golpear nada, James.- le corté.

Ningún Sanders era débil, Ken lo había demostrado y se había quedado ciego. Yo no ibas ser tan extremista, pero no podía seguir sin hacer nada. Y más aún quería demostrarle a Potter que seguía siendo la de siempre.

Comenzamos el partido y justo antes de empezar vi como Jack me sonreía de esa manera tan cómplice. Les íbamos a patear el culo.

Entre Jack y yo, el otro cazador nos sobraba, y sobrarnos nos sobró cuando una bludger le dio en el mango de su escoba, rompiéndola y haciéndole caer. Él llevaba el quaffle, pero para mi suerte fui más rápida y la recuperé con un descenso vertiginoso. Pasé corto a Jack, una pared y la quaffle entró ella solita en el aro menos esperado, "dejando sin cadera" al guardián de Slytherin. Mi hermano y yo chocamos la mano antes de volver para defender.

Mientras tanto, veía como James y el buscador de Slytherin estaban envueltos en una carrera que podía llegar a superar los límites de velocidad. Se movían a la par en busca de la pequeña bola alada.

Quité mi vista de allí, no iba a dejarme golpear por otra bludger. No, Sam iba a ganar este partido.

Jack interceptó un pase y salí disparada de apoyo, dos fintas y tres pases más tarde, Jack volvía a anotar.

Y al segundo escuchamos como anunciaban que James había capturado la snicht. Bajamos al terreno de juego celebrar la victoria mientras saltábamos en un corro. Una victoria con más 90 puntos de diferencia.

Me fui a duchar con Rose y Ana a la parte del vestuario femenino sin parar de sonreír. Ana estaba bien a pesar de la caída pero estaba algo destrozada por lo de su escoba. Por lo visto no podría comprarse una hasta dentro de mucho tiempo.

Cuando salí de la ducha quise buscar a James pero no lo encontré por ninguna parte. A quién sí vi fue a uno de sus amigos y le pregunté por él. Me mencionó algo de la biblioteca y eso, para ser Potter me sonaba rarisimo. ¿Se iba a perder la fiesta post paliza a las serpientes por estar en la biblioteca? Eso no se lo creía nadie.

Me dirigí hasta allí para arrastrarlo a la fiesta. Tenía ganas de recuperar el tiempo perdido con él. La bibliotecaria me avisó con un signo de que no hiciera ruido y yo asentí. Empecé a buscarlo por allí esperanzada. Escuché una risita, de alguna chica y, como curiosa que soy, decidí ir a echar un vistazo. Quizás fuera George con la chica misteriosa, aunque yo seguía pensando que era Clara, porque habían tenido química desde el segundo uno.

Cuál fue mi sorpresa al ver a James y a una chica de Huffelpuff tonteando y besándose detrás de la estantería. Notaba cómo el calor se me instaló en la cara, seguramente ya estaría roja de rabia. Y como si una fuerza se apoderase de mí, cogí mi varita y le lancé un tragababosas a la chica, que empezó a vomitar de inmediato. Y en ese tiempo había acortado el espacio que me separaba de ellos, Potter me vio y se puso blanco, pero no le di tiempo a nada más, porque le di un puñetazo en la nariz y salí muy digna de allí. Yo no había hecho ruido.

Me aguanté las lágrimas hasta que llegué al baño de chicas del segundo piso donde Myrtel la Llorona se burló de mí y se puso a imitar mis llantos.

Ahora mismo no necesitaba ni a Mara, ni a Alice, ni a Hiro... Necesitaba que mis hermanos hicieran de las suyas, pero no podía volver a ellos, no después de la bronca que les eché. Mi ego no iba a dañarse más ese día.

Me quedé allí hasta que me entró hambre y Myrtel agradeció que me fuera pero me invitaba a volver cuando quisiera.

Llegué a la mesa bajo la atenta mirada de mis amigas y mis hermanos, incluido Charlie, notaba su mirada en mi nuca. Me senté, sorbí mis mocos antes de coger dos filetes con salsa. Mara carraspeó como esperando que le diera una explicación. Entonces llegó James, con la nariz ya reconstruida pero todavía con restos de carmín de ella en el cuello. Ipso facto, me levanté de mi sitio y me coloqué junto a un grupo de niños de primer año que me felicitaron por el partido.

Giré mi cabeza y vi a Mara amenazar a James con un cuchillo, este se vio obligado a levantarse y marchase del comedor. Jack y Charlie no dudaron en seguirlo. Alguien tocó mi hombro, asustándome. Era Harry.

- Sólo di sí y le hechizaré todos los días.- dijo y yo intenté sonreír, pero empecé a llorar otra vez.

Mi hermano pequeño, el que ya había dejado de jugar con sus coches, se hizo un sitio a mi lado y me abrazó.

No me odiéis. Odiadle a él 😒

Mrs. Malfoy 💥

After HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora