Capítulo 33. Los celos te ciegan

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MARATÓN FINAL (3)

Alguien abrió la puerta de la habitación despertándome de golpe. Entonces vi que estaba dormida abrazada a James y que él a mí. Lo malo era que quien abrió la puerta fue el señor Potter. Intenté alejarme de James, pero él me agarró y me hizo una seña en el brazo, no sabía que significaba.

- Buenos noches, señores.- dijo sonriendo.- ¿desean la cena en la cama? El jetlag debe traerles muertos.- preguntó con sarcasmo.

- Huía de unos vecinos y hablando nos quedamos dormidos.- le conté.

El señor Potter no me creyó, sabía que no me estaba creyendo.

- ¿Te quedas a cenar no? Ginny ha hecho ración para ti.- dijo mientras nos levantábamos de la pequeña cama, no sabía ni cómo no me había caído, pero por otro lado, si cabíamos en la de la enfermería, en esta cabíamos perfectamente.

- Bueno, vale. Seguro que está mejor que la comida del barco.- le dije y él rió.

Cené con los Potter y luego, James me acompañó a la puerta mientras Ginny y Harry "se habían ocultado" tras unas cortinas.

- Siento haberte abrazado mientras dormíamos. Y siento haberme quedado dormida. Y haber huido a tu casa.- dije mientras caminábamos a mi cada.

- Supongo que es la costumbre, ¿no?- dijo él dándome una excusa, pero esa excusa le dio a un interruptor en mi cabeza.

- Es la necesidad.- le debatí.- Todavía te necesito.- Merlín había lanzado la caña, YO A ÉL y me estaba poniendo muy roja.

Él no contestó. Se paró frente a mi puerta y yo delante de él.

- ¿Salimos a explorar mañana esto desde arriba?- me preguntó quitando dulcemente los pelos de mi cara, viendo lo roja que estaba.

- Sabes que si es salir de esa casa y con la escoba siempre puedes contar conmigo.- le dije sonriendo.

Me dio un suave y rápido roce en los labios, que volvió a sacudir mi corazón y electrificar mi cuerpo.

- Se creen que no sé qué están mirando.- se excusó y se fue.

La puerta de mi casa y mi madre apareció con las manos en jarra. Yo miré al suelo y entré rápidamente sin levantar la mirada, y directa a mi habitación. Cuando llegue me tapé la cara tumbada en la cama y entonces me di cuenta de que Luke seguía en la habitación.

- Te has perdido la visita guiada con Jane y Malcom.- me comentó.- Este sitio mola. Pero la coartada esta mejor que nunca, os deberían dar un Oscar.

¿Qué diantres era un Oscar?

- Ya les conocí antes, y por eso decidí huir con James, me dan arcadas de lo perfectos que son.- le dije sonriendo pero a él no le hizo gracia, eso o se acordó de que no me hablaba.

Me quedé un rato escribiendo a Mara, preguntando sobre qué pasó con Isaac y contándole mi problema. Lo malo es que la carta tardaría lo suyo, primero viajaría por barco y luego por lechuza hasta Escocia, ya que pasaba los veranos allí con su abuela. Genial.

Al día siguiente me despertó Harry, que supongo que no apoyaba a Ken, sino a Jack con una pluma haciéndome cosquillas en la nariz. Me levanté cómo un resorte tras él para hacer una guerra de cosquillas, pero fue más rápido y no supe encontrarle después. Cuando estaba en medio del salón, mamá llamó al desayuno. La mesa estaba algo callada, hasta que Charlie le preguntó a papá qué era lo que tenía que hacer aquí, entonces habló sobre papeles y departamentos del Ministerio y dejé de escuchar. Se escuchó la puerta y corrí a abrir. James estaba en la puerta con la escoba, tan guapo cómo siempre o incluso más.

- Oh, James. Pasa, cariño.- le dijo mi madre que estaba también aburrida de la conversación entre mi padre y mi hermano.- Aquí tenemos a alguien madrugador y no como otros.- cogió aire y nosotros nos tapamos los oídos cómo acto-reflejo.- ¡¡JACKSON SANDERS LEVÁNTATE DE UNA VEZ!!

James se dio cuenta tarde y quedó algo abrumado por el chillido.

- Voy a vestirme, ahora bajo.- le dije y besé su mejilla antes de salir corriendo escaleras arriba.

Me metí bajo la cama buscando algo cómodo para volar, aunque acabé poniéndome lo primero que pude sacar. Bajé y cogí la escoba de detrás de la puerta. Salimos a sobrevolar el bosque, que era bastante espeso. James volaba un poco adelantado a mí. Entonces me puse yo un poco adelantada, él sonrió y me adelantó bastante y así estuvimos un rato hasta que dejamos de mirar el paisaje y estuvimos volando picados el uno con el otro. Llegamos por encima del río, James descendió y yo le seguía, hasta que decidí, no sé en qué momento, que sería divertido darse un chapuzón mañanero, como iba delante mía, desestabilicé su escoba y él cayó. Yo me tiré detrás de él. Él salió del agua algo confuso y yo comencé a reír a carcajadas. Entonces entendió y quiso hundirme. Cuando salí del agua, pude respirar.

- Me alegro de que volvamos a ser amigos.- me dijo él.

Ese "amigos" fue un dardo envenenado para mi pobre corazón.

- No lo pasaríamos tan bien de seguir tan enfadados el uno con el otro.- continuó.

- ¿Volvemos a la orilla?- pregunté algo seca.- Me voy a ahogar.- sostuve.

Volvimos nadando, cuando llegamos, las escobas habían chocado con un bote, la mía se había rayado, maldición. Eso hizo que estuviera más molesta.

- Voy a cambiarme, te veo luego.- dije sin tan siquiera mirarle.

Estaba empapada, se me pegaba la ropa y mi madre me hizo fregarle el suelo que mojé, cosa que me llevó bastante tiempo, aunque me vino bien, para calmarme un poco. Si James pensaba que sólo éramos amigos era sólo culpa mía, por no ser valiente y decirle lo que sentía.

Cuando hube acabado, salí de la casa y vi que estaban todos con los gemelos perfectos. Lily, que estaba en el porche leyendo, dejó su libro y se me acercó.

- Los chicos son unos idiotas hormonados.- me dijo y miré que se refería a su hermano hablando con Jane y ella estaba toqueteándole. Estaba tocando el pelo de MI Potter.

Mis hermanos y Albus estaban jugando con Malcom a algo con una pelota, pasé por medio del terreno de juego esquivando todo, tenía claro mi objetivo. Llegué hasta ellos, Jane me saludó y yo me senté entre los dos. Miré a James.

- ¿Tú eres tonto o qué? No puedes tontear con ella, nos pillarán.- le dije un poco alto, por lo que ella se enteró.

- Disculpa, Samantha.- dijo y le interumpí.

- Sam, tú me llamarás Sam.- le dije con el ceño muy fruncido.

- Sam, nena, a ti lo que te pasa es que estás celosa. Si tú y él ya no sois nada no puedes recriminarle nada.- me dijo tocando su pelo con cierta gracia. ¿Qué le pasaba a James con las rubia? La próxima sería Alice.

- ¿Cómo sabes tú eso?

- Tu hermano Charlie me comentó ayer el panorama.

Miré al rededor y vi a Charlie. Idiota hiperhormonado.

- Pues supongo que sabrás que tenemos que mantener una coartada. Así que ya te puedes ir pitando, guapa.

- Solo Sam.- me llamó James, pero estaba esperando a que Jane se levantase.

- Vuestras madres están en tú cocina y vuestros padres vuelven a la tarde, así que podemos seguir con la conversación hasta dentro de una hora y poco.- dijo ella con una sonrisa.

Miré a James, que se encogió de hombros.

- Me parece más que perfecto.- dije claramente enfadada.

Volví a cruzar por el terreno de juego pero esta vez en dirección al río.

Sam, Sam querida que se te ve el plumero y os van a pillar pero bien.

Andrea 🐙

After HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora