—8 de marzo —le dije a Blake despertándole de su lectura. Él se enderezó y prestó atención a mis palabras—. Sí, el 8 de marzo me presentaré por fin a las audiciones para The Julliard. Esa es la fecha final que han puesto. Y yo... —me atraganté—. Dios, ¡solo queda un mes y medio! ¿Qué voy a hacer? No he practicado nada...
Se levantó de su asiento y me abrazó. Su boca se acercó a mi oído y me dijo:
—Deja de preocuparte, yo confío en ti, todos lo hacen, incluso Eve y ese Jared. Pero si tanto miedo tienes, deja que te ayude.
Y eso hice. Me dejé pender de sus brazos y enseguida recibí su ayuda. Blake me mostró distintas obras rusas que guardaba en su biblioteca, todas ellas del mismo autor. Chejov. Eligió una que, según él, me encantaría interpretar. El Jardín De Los Cerezos. El nombre ya era hermoso de por sí. Y él objetaba que era una obra dotada de profundidad. No tuve mucho tiempo para terminar de leerla, así que empezamos a practicar los diálogos del principio. Durante una semana estuve aprendiéndomelos y recitándolos en mi mente mientras trabajaba por las mañanas con Magnolia. Después —cuando nos encontrábamos— se los recitaba a Blake y él me puntuaba lo que creía justo, pues tampoco se veía un genio de la interpretación. Sin embargo, puso todo su empeño en ayudarme, en escucharme durante horas repetir cada frase hasta que se viese plenamente realista; me dio su opinión (sincera, cómo no) para que yo así pudiese corregir cualquier fallo, pero sobre todo para que la confianza en mí misma alcanzase su apogeo.
—Blake... estoy cansada —dije cerrando los párpados.
—Lo sé, todos lo estamos. Pero, Ela, hazme caso, no nos iremos a dormir hasta que digas bien esa frase.
—¡Ya la he dicho bien! —me quejé.
—No, no lo has hecho. Dila bien y ambos dormiremos, ¿quieres?
¡Exigente! Así era él. Cómo no sorprenderme después de saber su pasado, todo lo que se impuso así mismo para no solo ser perfecto en el ballet sino también el mejor.
—Vale, Mr. Higgins —si le llamé así fue porque, sin darnos cuenta, estábamos interpretando una versión actualizada de Mafer Lady, más concretamente la escena en la que Mr Higgins tortura a Elisa a repetir toda la noche la misma frase absurda.
—Piénsalo: tú y yo durmiendo abrazados. ¿Cómo se te presenta?
—Tentador —refunfuñé.
—Bien, ¿pues a qué esperas?
«A que sientas compasión de tu pobre novia y te la lleves a dormir» contesté en mi fuero interno.
—¿Digo la frase o empiezo desde el principio?
—Empieza desde el principio, por favor.
Gruñí. Iba a soñar con ese endemoniado párrafo.
Toma 214, allá vamos... ¡Acción!
—Toda Rusia es nuestro jardín... La tierra es tan grande y maravillosa, y encierra infinidad de lugares encantadores —hago una pausa como dice en el texto— Fíjense, Ania. Su abuelo, su bisabuelo y todos sus antepasados tuvieron siervos..., fueron poseedores de almas vivas. ¿Será posible, entonces, que no sienta usted cómo desde cada cerezo de jardín, desde cada hoja, desde cada tronco, la miran seres humanos? ¿Será posible que no oiga usted sus voces? ¡Oh! ¡Es terrible! Su jardín es medroso, y cuando se le atraviesa el anochecer, o durante la noche, la vieja corteza de sus árboles reluce con un brillo opaco! Diríase que los cerezos contemplan en sueños lo que fue hace ciento o doscientos años y que una agobiadora pesadilla les oprime. ¿Por qué callarlo? ¡Vivimos en un atraso de, por lo menos, doscientos años! ¡No tenemos absolutamente nada! ¡No existe con el pasado una relación definida! ¡No hacemos más que filosofar, lamentarnos de nuestras tristezas, beber vodka! ¡Y, sin embargo, es todo tan claro! —y ahí estaba la siguiente y más compleja frase, causante de nuestro insomnio—. ¡Si hemos de empezar a vivir nuestro presente, tenemos, primero, que pagar por nuestro pasado..., liquidarlo! Y..
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100 Preguntas para Blake
عاطفية1. Blake no es amable 2. Blake no quiere ser tu amigo 3. Blake tiene problemas (grandes problemas) 4. ¿Por qué sigues insistiendo en conocerle? 5. ¿Por qué él? Aunque intentó hacer caso a la parte más racional de mi cabeza, no puedo. Y quizás me hab...
