Intenté volver a llamarlo pero fue imposible, ya se había desconectado. Cerré mi laptop fuertemente y me tiré en la cama en posición fetal, cubrí mi rostro con mi dos manos, no quería pensar en nada, estaba furiosa y triste, mi novio, bueno ahora ex, me había dejado por una idiotez y lo peor es que no me creyó y me dijo “fácil”. Intenté relajarme, “¿Por qué llorar por un idiota?“ pensé e intenté inhalar y exhalar para calmar mi llanto, aún caían algunas lágrimas por los recuerdos que venían a mi mente, “Muy bien cerebro, hazme llorar más” susurré para mí misma, estaba cansada de todo, cogí una almohada e inundé mi rostro en ella, poniendo mi mente en blanco y evitando que más lagrimas se asomen, no pasaron ni diez minutos para que mi mente vuelva con la recopilación de momentos con Daniel, era inútil intentar superar una ruptura en menos de una hora. El sonido de notificación interrumpió, yo sólo lo ignoré y proseguí con mi inútil intento de olvidar todo pero volvió a sonar y me comenzaba a molestar, segundos después entró una llamada, no veía quién llamaba ya que mis ojos estaban nublados pero contesté ya que podía ser una emergencia.
-¿Aló? –dije con voz baja.
-_____, soy yo –dijo la voz del otro lado de la línea.
-Guille, ¿Qué pasa? –dije haciendo mi mayor esfuerzo para sonar normal.
-¿Estás bien? Se te escucha raro. –dijo Guille preocupado.
- Sí, es que… Me ha dado un resfriado –mentí –Y no puedo hablar muy bien ahora así que hablamos más tarde –volví a mentir y añadí un tosido falso.
-Vale, adiós, mejórate –dijo Guille en respuesta a mi sucia mentira.
-Adiós –dije y colgué. Volví a mi posición anterior. Tras varios minutos de lucha contra mis sentimientos estaba logrando caer dormida, estaba en esos pequeños sueños que se tienen antes de caer profundamente dormida, hasta que un golpe en mi ventana hizo que me levantara y todos mis sentidos se pusieran alerta, el golpe sonó de nuevo, volteé y me quedé fijamente mirando las ventanas del balcón que era de donde venía el ruido, podía ser desde un fantasma que venía por mi o un gatito que busca refugio. Me armé de valor y fui a ver que era, no sin antes buscar una cobija para el frío nocturno, abrí la las puertasventanas y salí a ver al balcón.
-¿Qué coño haces aquí? –dije susurrando para no hacer ruido.
-Pues me sentí culpable de que te hayas enfermado y traje unas pastillas –dijo mostrando una pequeña bolsita. –déjame entrar.
-¿Estás loco? ¡No! –dije frunciendo el ceño.
-No he venido hasta aquí con pastillas para que me botes –dijo cruzando los brazos.
-Nadie te mandó a venir –respondí acomodándome la cobija, tenía frío.
-Claro uno se preocupa por la salud de su amiga y lo botan –reclamó el chico.
-Guille por favor…
-Si no me abres treparé hasta ahí –dijo desafiante.
-¡Ja! Ya te quiero ver… -respondí y me quedé observándolo para ver si cumplía. Se metió la bolsita en uno de los bolsillos e investigó la estructura de la casa, comenzó a trepar un árbol, yo sólo lo observaba. Ya había llegado a la misma altura que el balcón, sólo le quedaba pasar por una ramita para llegar.
-Que te dije, ya voy a llegar –dijo acomodándose para pasar por la ramita -¡Ostras Julián! –gritó al resbalar, quedando abrazado de la ramita, no pude evitar soltar una risa. –Sólo un poco más –llegó al exterior del balcón, solo faltaba que entrara.
-¿Sabes? En este momento podría empujarte –dije riendo.
-No serías capaz –dijo y entró, al estar enfrente de mí tomó mi barbilla y levantó mi rostro -¿Has estado llorando? –preguntó posando sus ojos cafés sobre los míos.
-No, es por el resfrío –dije y aparté mi rostro.
-No suenas enferma –dijo Guille, “Rayos” pensé, se estaba dando cuenta.
-Pero sí lo estoy –mentí, nuevamente –Y bueno ya me trajiste las pastillas así que creo que ya puedes irte –dije intentando botarlo antes de que me haga más preguntas.
-No hasta que me digas qué ha pasado –dijo cruzando los brazos. Hubo un contacto visual de un minuto, todos los recuerdos comenzaron a venir, las fotos, mi despedida, como me gritaba, nuestro último beso, sin darme cuenta ya había comenzado a llorar. Sentí como Guille limpiaba mis lágrimas con sus pulgares y seguidamente me rodeó con sus brazos.
-Dani terminó conmigo –susurré. No pensaba contarle por qué ya que él estaba involucrado. Nos sentamos en un sillón decorativo que tenía el balcón y nos quedamos ahí en silencio, yo en su hombro y él acariciando mi cabeza. Me sentía segura.
~
¡Hooola! :D
Aquí tienen un capítulo nuevito en plena madrugada como siempre, no sé de dónde serán pero si son del continente americano seguro que se han dado cuenta que siempre subo capítulo a estas horas. Espero que les haya gustado y lo hayan disfrutado mucho y no olviden dejar sus opiniones en los comentarios.
Mil gracias a todas las que están siguiendo la novela y a todas las que votan y comentan, me hacen muy feliz :)
Intentaré subir capítulo mañana a esta misma hora (es decir el 6 en la madrugada).
Un abrazote :D, voy a comer ya que cada vez que escribo a estas horas me da hambre.