Capítulo 38 - ¿Caer?

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Rubén POV

“Ahora dónde coño dejé el aceite” pensé mientras rebuscaba entre las cosas, escuché que la puerta principal se abrió, sólo me hizo falta girar un poco la cabeza para ver que era _____ ya que la cocina y la puerta principal estaban casi juntas, cerró fuertemente la puerta y se pasó de frente sin siquiera voltear “Alguien está en sus días…” como si no tuviera suficiente con las dos gatas. Escuché que lanzó sus cosas y el maullido de una de las gatas. Salí para ver qué pasaba.

-Oye oye, no te desquites con las gatas eh –dije bromeando, pero la sonrisa se me borró de inmediato cuando volteó y vi su rostro, serio -¿Estás bien?

Se quedó unos segundos en silencio.

-No –respondió seca.

-Pero, ¿Qué pasó? –pregunté.

-Cierto par de idiotas me hicieron imposible poder estudiar anoche –dijo cruzándose de brazos.

-Lo sentimos –dije poniendo una mueca triste, quería hacerla sonreír pero lo único que obtuve fue que me fulminara con la mirada y podía leer su respuesta en los ojos “Tus disculpas no arreglan nada” –Tranquila que sólo es uno, no te preocupes, ¿vale?

-Pero es que… -dijo dejando su lado fuerte –no sólo es… -añadió e hizo un silencio, parecía que se iba a quebrar en cualquier momento – es que… el idiota de Guillermo –dijo arrugando su nariz, gesto que siempre hacía cuando estaba realmente enfadada.

-Tranquila, respira –intenté tranquilizarla.

-Es que, no puedo –dijo lanzándose en mis brazos, cosa que me sorprendió, ¿Estaba llorando? –Ey, ey ,ey, ¿Dónde está la _____ que conozco?

-¡No sé! –dijo ocultando su rostro. Hubo un largo silencio –Tengo miedo –dijo con voz poco audible.

-¿De qué? –me atreví a preguntar, era raro verla así.

-De caer.

¿Caer? ¿A qué? Tuve miedo de preguntar…

_____ POV

Entré a mi habitación después de darme una relajante ducha, realmente necesitaba una, me había hecho bien hablar con Rubén, aun que seguía molesta con él, necesitaba desahogarme y no podía hacerlo antes con Luke ya que no le tenía tanta confianza aún. Cerré la puerta ya dispuesta a dormir, aunque se me haría imposible con todos esos gritos que se andaba tirando Rubén desde hace ya más de cuarenta minutos, seguro estaba grabando alguno de sus juegos de terror… Me dirigí a mi cama, quedando frente a frente con el perrito de peluche que se encontraba en la cabecera.

-¿Qué me miras? –le dije cruzándome de brazos, cualquiera creería que estoy loca –No creas que dormirás aquí esta noche eh.

Tomé al pequeño Willy y salí.

-No me mires así que no vas a cambiar nada –le dije al perrito mientras pasaba por el oscuro pasadizo.

Antes de que pudiera llegar al sofá me detuvo el timbre “Ya vinieron a quejarse…” bufé, los vecinos de arriba siempre mandaban a su hijo a quejarse de la bulla de Rubén y yo tenía que responder como si fuera su madre, de colmo el niño era un odioso que me gritaba a mí como si fuera mi culpa, pero ya me iba a escuchar…

-Mira niño, no creas que… ¿¿Tú?? –dije al ver a Guille del otro lado de la puerta, escondí al perrito detrás -¿Qué haces aquí? –pregunté lo más seca que pude.

-¿Ya me cambiaste por un niño? –preguntó con una media sonrisa. Rodeé los ojos y tuve la intención de cerrarle la puerta en la cara pero me detuvo.

-No, no espera –dijo poniendo un pie.

-Tengo sueño –respondí.

-Por favor –dijo poniendo esa cara de perrito que, no podía negarlo, me mataba en el interior “Tonto Guille”.

-Está bien –dije soltando un suspiro –Habla.

-Lo siento mucho –dijo y sacó un pequeño ramo de rosas que no había notado de su espalda –Debí escucharte, soy un tonto.

-Sí lo eres, ¿es todo?

-¿No me perdonas? –preguntó desconcertado.

-No creas que todo se soluciona sólo con un ramo de flores, aparte soy alérgica.

-Mientes.

-Claro que no –quise cruzarme de brazos pero recordé que tenía a Willy detrás.

-Te encantan las rosas –dijo seguro, y tenía razón, era detestable.

-¿Algo más? –dije ignorando lo anterior.

-Bueno, si no me quieres perdonar… -dijo mientras se sentaba enfrente de la puerta, yo sólo lo miraba extrañada.

-Guille, ¿Qué crees que haces? –pregunté confundida.

-No me iré hasta que me perdones –dijo cruzándose de brazos.

-Hace frío, te vas a enfermar.

-Todo por ti –añadió e hizo ademán de acomodarse para dormir. Si tan solo supiera que me está matando por dentro.

Tenía dos opciones, mi corazón pedía a gritos que lo perdone mientras mi cerebro decía que lo deje afuera, igual se iría.

-Bueno, adiós –dije siguiendo las órdenes de mi cerebro mientras que mi corazón amenazaba con dejar de latir por lo que acababa de hacer, cerré la puerta pero la abrí de inmediato al recordar algo.

-Oh me olvidaba –vi como sus ojos cafés brillaban esperanzados –Sé de alguien que te puede acompañar esta noche –Guille me miraba confundido y le lancé al pequeño Willy -¡Buenas noches! –dije y cerré la puerta, una parte de mí se aplaudía mientras la otra se auto-odiaba.

Me tomó un largo tiempo caer dormida, no podía parar de pensar en cómo estaba Guille, para qué seguir engañándome a mí misma.

~

¡¡Hoooooola!!! :D

¿Cómo están? Espero que muy bien, no como yo que justo me enfermo en vacaciones :D ¿Mala suerte? ¿Dónde? Se supone que debí subir esto anoche pero me quedé dormida escribiendo jejeje También se supone que iba a ser más largo pero decidí dividirlo en dos capítulos, mañana subiré el otro y quizás comience una maratón también yaay Espero que les haya gustado y no se olviden de votar y de dejar sus opiniones en los comentarios, que me hacen muy feliz  :) Gracias por todo <33 sigo sin creerme todo a lo que ha llegado la novela :’) De verdad,  las quiero de aquí al centro de la galaxia <3

¿Tienen idea de a que se refiere rayita con “caer”? Porque yo no xD

Muchoos saludos, y muy buenas noches/tardes/madrugadas :D

Estás en mi camino (Willyrex y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora