Maratón - Parte 2/?

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Abrí los ojos como reacción al impacto de algo esponjoso en mi rostro.

-¡Imbécil! -gritó Daniel a Guille, lanzándole un pastelito. Supuse que su primer intento fue lo que sentí hace un segundo. Detuve  el brazo de Guille, que estaba a punto de coger unos mini brownies de una de las bandejas que no habían caído con Daniel.

-Guille ya basta -dije seria, aun con su brazo en mano.

-¿Ahora es mi culpa? 

-Pues sí es tu culpa, ¿o no? 

-Bueno, si tú lo dices -bufó y se zafó de mi agarre para así poder salir a dónde supuse que estaba el patio.

Quise detenerlo pero tenía que encargarme de la situación que acababa de provocar, se notaba en el rostro de Daniel que le hervía la sangre, habían pastelitos regados por todos lados y personas comenzaban a acercarse. 

-Lo voy a matar -dijo Daniel mientras dos mozos lo ayudaban a levantarse. 

-Tú cállate que  tú lo provocaste -lo defendí. Mi cabeza iba armando una historia diferente a la que ocurrió realmente para darla como explicación, pero aún corría el riesgo de que el estúpido de Daniel se haga la víctima y diga toda la verdad. Al fin y al cabo, Daniel era mi "novio" a vista de los demás, por ende, el "bueno"...  -¿Estás bien? -dejé de lado nuestra rivalidad al ver su mueca de dolor.

-¿Acaso me ves bien? Boba -respondió molesto, es que con él no se podía platicar...

-¡_____! ¿Qué pasó aquí? -escuché la voz de mi padre acercarse -Oh por Dios Daniel ¿Estás bien?

-Sí, claro señor, no se preocupe, sólo fue una caída -respondió amablemente a mi padre regalándole una de esas sonrisas de "No me molesto por nada, soy el novio perfecto". ¿Y a mí no me podía responder de la misma manera? Idiota

-Ey mozo, tráigale unas toallas y prendas de mi hijo al joven, por favor -dijo la señora que estaba detrás de mi padre, no me había percatado de su presencia. ¿Prendas?¿Toallas? Oh, no, era la dueña de la casa. Genial. Mi padre nos va a matar. 

-No se preocupe Señora Thomson -respondió Daniel. La verdad me sorprendía lo bien que actuaba. Era todo un amor, regalando sonrisas coquetas y no haciendo problemas, lástima que no era así en realidad.

-No me vas a negar una toalla -dijo la mujer de avanzada edad al ya haber recibido las toallas del mozo.

-Bueno está bien, muchas gracias pero no quiero manchársela de chocolate... 

-Oh no no no te preocupes, que yo sé cómo quitar las manchas de chocolate perfectamente 

-Oh pues me tendrá que pasar el truco porque este era un traje nuevo -dijo, mirándome a mi como echándome la culpa.

-Pero bueno, ya, ¿Qué pasó aquí? -dijo mi padre, interrumpiendo la charla de los dos.

-Pues... Daniel se tropezó -mentí, sentía la pesada mirada de Daniel sobre mí. No digas nada por favor.

-¿Ah sí? 

Daniel me miraba molesto fijamente a los ojos, sentía su intención de echarme...

-Sí, creo que había un pastelito en el suelo y resbalé con el 

No lo puedo creer, ¿me siguió la corriente?

-Ah bueno, si necesitan más toallas me llaman, no se preocupen por el desorden, no fue su culpa -dijo la señora Thomson -Bueno creo que debo irme -dijo después de voltear a ver que alguien la llamaba y nos dejó solos con mi padre y su esposo. 

Estás en mi camino (Willyrex y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora