Sueños lúcidos

14.

TE EXTRAÑÉ

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Salgo de un trance en el que estoy cuando sacuden mi hombro y me dicen que debo ir a casa a descansar. Probablemente llevo aquí unas veinticuatro horas, y mis horas de descanso no son para nada convincentes. Me mantuve todo el tiempo al lado de mamá, ya que convencí a papá de que fuera a descansar un poco a casa y que se aseara. Fue difícil convencerlo de que lo hiciera cuando lo único que quería es estar al lado de mamá. Pero tenía que ceder si no quería que la abuela comenzara con sus sermones.

—Dave, también debes ir a descansar, supongo que no has dormido ni comido desde que bajaste de ese avión —Jossie me da una sonrisa de medio lado, lo que más bien parece una mueca. Yo quisiera reprochar respecto, pero tiene razón—. Anda, yo estaré al pendiente, ella no despertará hasta dentro de unas horas.

Asiento en respuesta, me levando de la incómoda silla y siento mis músculos tensos por la postura en la que estaba. Tomo una respiración profunda antes de acercarme de nuevo a la cama para poder inclinarme y depositar un beso en la frente de mamá. Se ve tan tranquila, ajena a todo lo que está pasando alrededor de nosotros que no me importa que se mantenga así hasta que Emma también despierte, sé que es algo egoísta, pero no quiero que ella sufra.

—Volveré más tarde —susurro contra su frente, porque sé que ella en su sueño podrá escucharme.

Me separo de ella sin ánimos de alejarme, y camino al lado de Jossie. Lleva puesto su uniforme de enfermera, lo que me da a entender que ella debe estar trabajando.

Jossie me detiene del brazo, sus ojos verdes me miran con preocupación.

—Dave, sé que no es momento de decirte esto, pero en realidad no habrá más momentos... —Su voz suena preocupada, como si ella supiera algo que yo no—. Lo que sucede es que...

—¿Dave? —Sin esperar a que continúe Jossie me giro al escuchar la voz de papá. Se ve un poco mejor que ese aspecto desaliñado que traía antes de marcharse a casa, ahora se ve más fresco. Pero sé que solo es por el baño, porque sigue teniendo esas ojeras bajo los ojos que me preocupan un poco.

—¿Si?

—Ya puedes ir a descansar, tu hermano llegó a casa unas horas y creo que se quedó dormido profundamente. Por favor, no lo despiertes, me ha costado mucho que él concilie el sueño.

—No te preocupes, papá. Solo iré a darme un baño, no creo que pueda estar en casa.

—También debes dormir, Dave...

—No podré, me toca estar con Emma ahora. ¿Te han dejado verla?

El baja la mirada, derrotado. Sé que eso no es posible aun.

—No, aun está inconsciente. Los doctores dicen que su estado es critico, que podemos esperar lo peor pero... no lo quiero aceptar, Dave —Las lágrimas asaltaron los ojos de papá y comenzaron a caer por sus mejillas mientras se recargaba contra la pared—. Es mi princesa, yo la he cuidado de todo el chico que ha intentado lastimarla, he visto como crecía en lo que amaba, como ascendía en el baile mientras amaba lo que hacía, pero ya no quedará rastro de eso. Yo simplemente no la quiero perder, no quiero perderlas.

—¡Oh, tío! —Jossie lloró mientras se acercaba a él para abrazarlo y consolar su pena—. Todo estará bien, Emma es joven y fuerte. Tía Ellie ha demostrado serlo también. Ambas son sinónimo de fuerza, de guerreras.