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El número de días que han pasado desde lo ocurrido en el club son dos, lo que significa que llevo aproximadamente cinco días en París. No lo sé, me sentí un poco extraño, estaba abrumado con la idea de conocer a Josette durante tanto tiempo que cuando realmente lo hice, me dejó confundido. Las cosas en mi mente no habían sido las mismas desde que llegué, no desde que conocí a la verdadera Josette. Esa chica estaba dentro de mi mente desde que la vi, no podía sacarla ahora menos que nunca, no cabía en mi mente nada que no fueran sus ojos extremadamente azules, con esa mirada de ángel... También recordaba a Hannah y todo se volvía complicado.
Hannah había sido mi novia durante mucho tiempo que todo entre nosotros es difícil de dejar ir, no estaba preparado para hacerlo, sabía que detrás de su rechazo yo debía entender las razones por las que ella me decía que no, pero entonces pensaba de la forma egoísta y se volvía mucho más complicado porque la amaba, era mi chica, lo había sido desde siempre y que esto entre nosotros sea así me hace imaginarme cosas estúpidas.
Me llevé una mano al rostro en cuanto mis pensamientos se fueron por ese lado. Traté de prestar atención a la explicación del instructor, pero estaba de más decir que en los últimos días mi cabeza no estaba para otra cosa más que para pensar en la chica rubia. Esa chica de ojos azules, con una pizca de picardía en ellos, las facciones de ella eran como las de una modelo lista para ser utilizada como una musa, no importaba de qué tipo, ella era perfecta. Sin embargo, eso seguía atormentándome, era la clase de mujer que era peligrosa, por ser tan perfecta por fuera que podía hacer caer a cualquiera bajo el fuego de la tentación.
—¿Dave? —Alcé mi cabeza en cuanto escuché mi nombre. Miré a una chica con la cámara en mano, tenía el ceño ligeramente fruncido. Pero no le tomé tanta importancia.
—¿Si? Lo siento, como que tengo la cabeza por los cielos, creo que con todo esto de la mudanza..., el poco francés...
Ella sonrió.
—Supongo que te entiendo, pasé por lo mismo hace dos años. —Sacudió la cabeza para eliminar lo que sea que haya pensado, cuando vi que un suspiro brotó de sus labios me di cuenta que no era tan buena la experiencia—. Te he observado desde el primer día y se nota que estás un poco desorientado, es por eso que estoy aquí. Soy Laia.
—Me llamo Dave, es un gusto poder conocernos. Al menos alguien aquí me entiende.
—Bueno... así como que entenderte... no mucho. Hablas un poco extraño el francés y es difícil.
Me reí.
—Mi idioma es inglés, pero me crie en una ciudad cercana a un país latino, así que hablo español también.
—¡Perfecto! Yo hablo español también, soy de España.
Ella no era una chica para nada común. Decía que tenía que ver con su descendencia de genes españoles. Era toda una chica extrovertida que provenía desde una provincia cerca de Madrid, gracias a una beca que consiguió, realmente admiré algunos de sus trabajos, ella tenía un verdadero potencial para tomar las fotografías. Tenía muchas fotografías de pirámides, también en donde me mostraba aguas termales, paisajes indudablemente hermosos.
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Sueños lúcidos
Roman d'amourDave Prescott ha logrado manejar del todo sus sueños, él mismo considera que los controla y está seguro de que así es porque sabe que pronto podrá concluir la universidad, su familia es estable y sin dramas, y claro, mantiene una relación formal con...