Andrés se despertó con dolor de cabeza, víctima de los shots de tequila que compartió con su colega y amigo Raúl. Trago saliva dolorosamente y juro que no volvería a beber licor mexicano en su vida, después de un segundo reconsideró y juro no beber tequila al menos por unos días.
Unos fuertes golpes aportaron su puerta. Eran insistentes hasta la demencia de quien sufre resaca. El sonido fuerte le partia la cabeza, presa de la cruda causada por las bebidas ingeridas se tapo la cara con la almohada, maldijo tres veces a quien sea que tocase a su pierta. Frustrado de no poder permanecer en cama, se removió en entre las sábanas.
Tras maldecir un poco mas se levantó a abrir la puerta, llevaba el cabello rubio revuelto, los ojos hinchados por la desvelada y el alcohol,y vestía unos calzoncillos de pierna negros. A diferencia de Aitor, Andrés tenía un cuerpo menos musculoso, pero bien definido gracias a los ejercicios que había practicado al lado de su hermano.
En cuanto abrió la puerta, puso los ojos en blanco. fastidiado y resacoso dejo pasar al agente que llevaba el caso de su hermano y Ariana.
—supongo que no viene a traerme el desayuno y una cura para la resaca— refunfuñó dejándolo pasar.
El agente le dio una fría mirada y pasó sin ningún comentario. Se limitó a permanecer en silencio unos minutos, provocando que Andrés dejara escapar un resoplido de frustración.
—No me malinterprete—rompio el silencio Andres—adoro su compañía,pero permanecer en silencio mirándonos fijamente me parece algo muy íntimo, no quiero desilusionarlo pero no me van los agentes—refunfuño sarcástico.
el oficial le hizo una mueca de desagrado al escucharlo.
—Deje de bromear abogado— resolló furioso, en verdad había algo en ese abogado español que le molestaba, quizás el que sea tan joven o su arrogancia, pensó.
—No bromeo no me van los agentes, los doctores por otro lado—a pesar del fuerte dolor de cabeza Andrés parecía disfrutar molestando al agente que obviamente no lo toleraba.
—Abogado he estado pensando que usted nos oculta donde está su hermano y las hermanas torres— afirmó mirandolo fijamente en busca de mentiras.
Andrés observo el gesto concentrado del agente y sonrió para sus adentros, era abogado podía mantener la calma y decir casi cualquier excusa sonando creíble, no obstante la satisfacción de molestarlo era grande, así que en su lugar contesto.
—¡Coño! nos ha descubierto justo tengo a Ariana y su hermana bajo la cama—señalo a donde la cama—y Aitor saldrá del closet—las últimas cuatro palabras le resultaron graciosas e hizo nota mental de comentarle a su hermano la broma.
—Sabe lo que pienso— interrumpió sin gracia el agente—, ustedes son españoles ¿no?-—insistió el agente quien trataba de ver a traves de la careta tranquila de Andrés.
—¿Nosotros españoles? ¡Madre mía! a usted no se le va ninguna ¿eh?— contesto irónicamente bostezando mientras se ponía unos pantalones y buscaba una camiseta.
-—sabe a lo que me refiero, creo que su hermano regreso a España ¿a donde más si no?— siguió hablando el agente observando el gesto tranquilo de Andrés.
El español por su parte estaba preparado para esa pregunta.
—tiene razón están en España, porque es el lugar menos pensado donde irían a buscarles—sonó divertido, un tanto sarcástico.
Al escucharlo el agente se sintió tonto, el abogado español tenía razón sería estúpido esconderse en el primer lugar donde les buscarían, pensó para sus adentros.
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¿Puedo tomarte una foto?
RomanceAriana ha crecido rodeada de la belleza de las playas cálidas de su pueblo natal y, del miedo, la rabia, el dolor y, la violencia a manos de su propio padre. Desde sus escasos diez años ha vivido sumergida en su propio infierno personal sin poder...