Paso la noche más angustiosa de su vida. casi no concibió el sueño y, cuando lo hizo; los ojos tristes de Ariana aparecían ante él llorando, la soñó alejándose de su alcance, la escucho llamándolo, en sueños Aitor miraba a todos lados en su busca, sin embargo; estaba solo, Ariana se desvanecía y él era incapaz de hacer nada para evitarlo.
La angustia que sintió fue tanta, que, despertó agitado, sudoroso y agobiado. Su respiración comenzó a relantizarse al caer en cuenta que solo había sido una pesadilla. Miro el reloj en la mesilla al lado de la cama, de la habitación de hotel donde se estaba hospedando, solo para darse cuenta que aún era demasiado temprano.
- unas horas mas- se dijo-. Unas horas más y podré ver a Ariana- repitió, tratando de tranquilizarse.
Incapaz de consiliar el sueño, se levantó y se dirigió a darse una ducha. La habitación de pronto le parecía demasiado pequeña; tenía que salir, se estaba volviendo loco esperando encerrado.
Justo salía de la ducha cuando llamaron a su puerta-¡Enseguida voy!-grito anudando una toalla a su cintura, mientras otra le cubría los hombros.
Abrió la puerta, frunció el ceño al encontrar de frente con una furibunda y, celosa Laura que lo miraba furiosa. Sin decirle nada lo empujo pasando de lado, entrando a su cuarto.
-Claro porque no pasas lau-dijo sarcástico. Cerró la puerta revoleando los ojos, por el comportamiento de su amiga.
En el tiempo que estuvieron juntos como pareja, Aitor aprendió a ver los cambios de humor de Laura. No obstante esta vez no lograba entender si estaba enojada, dolida o resentida, cansado como estaba tampoco le importaba mucho-¿Vas a mirarme así, hasta que me perfores con la mirada o me dirás qué ocurre?-confronto, comenzó a secarse el cabello de malas, dormir poco y, no lo ponía ánimo para lidiar una batalla de miradas.
Al escucharlo, Laura entrecerro los ojos tanto que, casi se le desvanecían en una sola línea-¿¡es cierto!?-chillo furiosa.
-A gritos no entiendo lau- respondió con la poca paciencia que le quedaba. paso la mano por su negro cabello húmedo tratando de peinarlo.
-no quieras hacerte el listillo, Aitor, ¿es verdad que pasaste todo el día de ayer con la zorrita que te encontraste? ¿es cierto?-su voz sonó ahogada, a punto de llorar de celos, maldijo tres veces haberse enterado de lo que Aitor hizo la tarde anterior.
Recordo entonces que, él jamás podía dejar de consolar a alguien que lloraba, asi que Laura decidió que dejar salir las lágrimas era su mejor arma para atraparlo y, atraerlo de nuevo.
Llorar le había funcionado antes, cuando fueron pareja, está vez no fue así; Aitor la miro con sus ojos azules fríos y severos, apretó los puños furioso. Al ver su semblante serio, Laura retrocedió un paso, jamás lo había visto así, al menos no con ella.
--Es la primera y última vez que te refieres de esa forma respecto a ella-advirtio sin que le temblará la voz- ¡coño! Laura, tú y yo no somos nada-le recordo- no te debo explicaciones- la voz de Aitor sonó tan fría que a Laura se le partió el corazón.
Su decepción por no obtener su consuelo fue tan grande que, ahora sí lágrimas sinceras salieron de sus ojos.
Su desilusión se volvió despecho; Aitor jamás le había hablado así, por nadie, por ninguna mujer, aunque no fueran ya nada, él siempre tenía consideraciones hacia ella, que las perdiera por una total desconocida le daba rabia- ¡Aitor! ¿como puedes ponerte así, por una...- no termino la frase, él la interrumpió.
-Cuida tus palabras Laura-advirtio una vez mas- y si valoras en algo nuestra amistad, dejaras de meterte en lo que no te incumbe- se giró dejándola boquiabierta.
ESTÁS LEYENDO
¿Puedo tomarte una foto?
RomansaAriana ha crecido rodeada de la belleza de las playas cálidas de su pueblo natal y, del miedo, la rabia, el dolor y, la violencia a manos de su propio padre. Desde sus escasos diez años ha vivido sumergida en su propio infierno personal sin poder...