El rostro de Ariana se desencajo en una mueca de horror, comenzó a hiperventilar al recordar al tipo de la galería, la idea le cayó como agua fría al ser consciente que pudo ser abusada de nuevo, lágrimas de rabia le surcaron sus pálidas mejillas.
Aitor le tomo la mano tratando de aliviar su pánico trazando círculos sobre su palma con el pulgar.
—Ariana, necesito saber si tomaste algo raro en la galería— pidió con firmeza, sin dejar de acariciar la mano de Ariana.
Los ojos grises de Ariana se cerraron haciendo esfuerzo de recordar lo ocurrido la noche anterior.
—solo bebí una copa — susurró y su voz se quebró por el llanto de impotencia que corría por su rostro.
Las cálidas manos de Aitor abandonaron su mano, y acudieron a su rostro tratando de limpiar las lágrimas de sus mejillas rojas de irá.—había un hombre— recordó de pronto, los ojos azules de Aitor la miraron fijamente a espera de que continuara.
Ariana se froto la frente nerviosa recordaba la sonrisa torcida, los ojos fangosos siguiéndola, pero nada más le venía un nombre a la mente pero tan rápido como venía desaparecía.
—Ariana ¿puedes decirme quién era ese hombre? ¿puedes describirlo?— preguntó con firmeza, Ariana detecto entonces una chispa de culpa en el azul de sus ojos.
—tengo recuerdos vagos — murmuró agachando la mirada, Aitor tenía ese brillo en sus ojos y estaba ahí con ella pero lo notaba extraño, distante.
—hice algo que te decepcionó, ¿verdad?— preguntó con la cabeza agachada mientras sus manos retorcían la esquina de la sábana blanca de hospital que la cubría.
Las cejas negras de Aitor se elevaron en gesto sorprendido, levanto el rostro de Ariana tomándole la barbilla para poder mirar a sus ojos.
Tomó aire tragando saliva nervioso.—No has hecho nada mal, yo por otra parte, debí saber que algo no iba bien contigo y aún así…— no termino de hablar cerró los ojos con fuerza y su rostro se contrajo de culpa.
Un flachazo de recuerdos inundo la mente drogada de Ariana, se vio desabrochando la camisa de Aitor, tocándolo, abrazándose a el como mono, sus mejillas ardieron de vergüenza, pensó sentirse asustada pero lo cierto era que deseaba las caricias del ojiazul, de nuevo lloro de rabia de no recordar lo ocurrido y que su primera noche juntos les fuera arrebatada por una mala pasada de alguien sin duda malvado.
Cuando él miro llorar a Ariana, maldijo para sus adentros, le había fallado, ella confiaba en él y él prácticamente se propaso con ella cuando estaba drogada.
—Ariana te juro que lo siento tanto, yo...—
no pudo terminar de hablar la mano suave y acaramelada de Ariana le cubrió los labios callandolo. Sus ojos grises lo miraron directo a los suyos, vio en el rostro de Ariana la rabia y decepción, «claro que está decepcionada, le he fallado»pensó.
—yo deseaba tanto estar contigo, y me duele y enfurece que nuestra primera noche será un recuerdo borroso en mi pero, no tienes que pedirme perdón, Aitor se que tú jamás me harías daño.
Aitor la miro incrédulo, sin embargo una ola de alivio le llegó, había estado tan asqueado de él cuando supo que Ariana fue drogada, porque fue otro el que la drogo pero el que prácticamente aprovecho la oportunidad fue él, y ahora las palabras de Ariana le devolvían la calma.
—Ariana tu y yo no hicimos nada anoche salvó unos besos subidos de tono— aclaro para que ella no siguiera pensando que les habían arrebatado su primera noche juntos.
—¿No hicimos nada?— parpadeo confundida y frunció el ceño con un toque de incredulidad.
Aitor arqueo una de sus negras cejas ante el gesto de Ariana.
—claro que no hicimos nada, no suelo aprovecharme de las mujeres ebrias, pensé que estabas ebria, Ariana — respondió un poco indignado.
Una risa de alivio salió de Ariana ante un confundido Aitor que la miraba sin comprender su reacción.
Tomando aire para recuperar el aliento ella se explico. —cuando dijiste que no hicimos nada, por un momento pensé que no quisiste porque yo no te atraía, pero cuando has explicado el por que yo simplemente no pude evitar reír, me pone muy feliz que me correspondas en todos los sentidos,se que es un muy mal momento por lo ocurrido…—
no termino de hablar los labios gruesos y húmedos de Aitor la silenciaron.
La puerta de la habitación del hospital se abrió, y un joven médico carraspeó para avisar a los j enamorados que no estaban solos.
Apenados miraron al Doctor.
—¿Y bien, Doc?— cuestionó Aitor—¿Cuánto más crees que deba seguir aquí, Ariana?— soltó con familiaridad.
El médico le revoleo los ojos— siempre impaciente, Aitor— lo riño, evidenciando una camaraderia—, esperamos unos resultados y después de eso podrán irse— informo.
En otro lado en la misma ciudad de Madrid Laura estaba tumbada tomando el sol a orillas de una gran piscina, estaba molesta odiaba que las cosas no le salieran como planeaba.
—estuve a punto de que esa pueblerina aprovechada se fuera a retozar por ahí con otro, y al final resulta que se fue con mi Aitor, la maldita furcia— hablo molesta a otra persona por su celular.
La persona de el otro lado de la línea dijo algo que provocó una enorme sonrisa en los labios rojos carmín de Laura.
—En cuanto el pise España comenzaremos con el plan— respondió gustosa, se incorporó desatando la parte superior de su bikini para broncear sus pechos al aire libre.
Se recostó de nuevo y sus ojos verdes brillaron de anhelo pronto Aitor sería suyo de nuevo.
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¿Puedo tomarte una foto?
RomanceAriana ha crecido rodeada de la belleza de las playas cálidas de su pueblo natal y, del miedo, la rabia, el dolor y, la violencia a manos de su propio padre. Desde sus escasos diez años ha vivido sumergida en su propio infierno personal sin poder...