Varios días después, el caso iba según lo esperado por Andrés, solo faltaba la declaración de Catalina y sería justo dentro de una semana, con la niña enterada de todo lo ocurrido era más fácil para el rubio prepararla para subirse a declarar.
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Por su parte, lejos de ahí Antonio sonreía mientras hablaba con Marina.
—¿está seguro?— preguntó insegura marina.
La sonrisa torcida de Antonio apareció.
—Claro que sí, Catalina está por declarar a llegado el momento de que usted visite a sus hijas—escupió con maldad, mientras bebía de una copa.+++
Por su parte Laura se encontraba disfrutando de la remodelación de la galería, faltaba poco para que todo terminara había dicho Antonio y ella estaría lista para recoger los pedazos de Aitor. Sumida en esos pensamientos no se percató de que la observaban y se asustó al escuchar la voz que le hablo.
—¿Por qué Laura?— ella sonrió porque reconocería esa voz en un millón.
Se giró con su sonrisa carmín en los labios, la cual desapareció al ver los ojos azules que la miraban con rabia, decepción y sin pizca de cariño.
—¿por qué qué?— Preguntó tratando de parecer ocupada para no mirar a Aitor a la cara.
Como respuesta una lluvia de papeles le llegó hasta sus zapatillas de tacón de aguja. Se inclinó y recogió algunas curiosas. Al ver de lo que se trataba abrió los ojos asustada de ser descubierta.
—Yo… no es lo que piensas aitor— trató de explicarse. forzó su mente a buscar alguna mentira que sonara creíble. Solo que no pudo.
—Laura no juegues con mi inteligencia. -- advirtió él, sin disimular la repulsión que sentía por la que había considerado su amiga.
—Aitor de verdad que no es lo que piensas— no podía mentir el modo en que Aitor la miraba la había dejado helada.
—¿No es lo que pienso? bien, Laura, esos papeles que tienes a tus pies muestran que fue tu dinero el que pagó el abogado para liberar al padre de Ariana, es un gilipollas un maldito gilipollas y tú le has ayudado solo para fastidiarme— la enfrentó furioso.
—Para fastidiarte a ti no— se apresuró a decir Laura, llorosa.
—¿a mi no? —una ceja negra se elevó en gesto incrédulo en el rostro de Aitor.
—Yo solo quería que Ariana se fuera— confesó con voz infantil como niña pequeña tras ser descubierta.
—Si fastidias a Ariana me fastidias a mi, que te quede claro. -- contraatacó él sin dejar de ver a Laura, que se removió incómoda por lo tenso de la situación.
—Aitor yo lo lamento— se excusó falsamente
Los gruesos labios de Aitor hicieron una mueca de desagrado. Laura palideció porque él jamás se había negado a recibir una disculpa de ella, él siempre perdonaba.
—¿tambien lamentas haberle enviado el estúpido vestido?— la interrogó.
—No sé de qué vestido hablas—mintió lloriqueando falsamente, tratando de despertar lástima en Aitor.
—Rastreamos el paquete Laura, se que lo enviaste tú, se desde donde lo enviaste, el día que lo enviaste, ¡hasta la puta hora! y por si eso no te basta las huellas que encontraron eran tuyas— espeto lleno de rabia.
Laura trató de acercarse a él para suplicarle que la perdonara que era una broma. Pero Aitor extendió la mano haciéndole un gesto para que no se le acercara.—No he venido por tus disculpas, si no a romper todo lazo contigo, no volveré a exponer ni una foto mía en tu galería, no soporto la idea de estar en el mismo lugar que tú, jamás había sentido tanto desprecio y asco por alguien como el que me provocas Laura.— se giró y se dirigió a la salida.
Ella quiso gritarle, suplicarle que la escuchara. ¿Pero qué le diría? Así que entre lágrimas vio al hombre que amaba salir de la galería y de su vida.
Se dejó caer de rodillas y lloró, había creído que haría las cosas y simplemente todo saldría como ella quería, que obtendría lo que deseaba, toda su vida siempre fue así.
Por eso no lograba comprender ¿Por qué esta vez se quedaba ahí con las manos vacías? ¿Por qué no podía tenerlo si lo quería? ¿Por qué si trato de retenerlo fracaso?
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¿Puedo tomarte una foto?
RomanceAriana ha crecido rodeada de la belleza de las playas cálidas de su pueblo natal y, del miedo, la rabia, el dolor y, la violencia a manos de su propio padre. Desde sus escasos diez años ha vivido sumergida en su propio infierno personal sin poder...