Capitulo 39

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Solo despertar y toparse con el gesto de Aitor y Elena, supo que algo malo había pasado, jamás se había sentido tan asustada, salvó cuando algo amenazaba a Catalina. Y ahora después de saber lo que sucedía  estaba totalmente aterrada.

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Mucho más tarde, Ariana caminaba nerviosa, de un lado a otro de la sala, ante unos ojos azules que la seguían. 
—está tardando mucho— se quejó sin dejar de caminar nerviosa. 

Aitor cerró los ojos y medito un poco antes de responder. —Ariana, cariño solo podemos esperar a que vuelva Andrés, basándonos en lo que él nos diga actuaremos, te prometo que no se llevarán a catalina.

—¿y si no hay solución? ¿si me obligan a devolverla?— refutó sin disimular su miedo. Se detuvo frente a él, que se encontraba sentado en el sofá con los codos apoyados en sus piernas, observándola.—¿Qué haré si me la quitan?

—entonces escaparemos, huiremos de aquí con Catalina— afirmó,  tomando la mano de Ariana, Jalandola para que ella se sentara en su regazo.—No la separaran de ti, lo prometo.

—No quiero perderla— sollozó Ariana.

En ese instante Elena entró a la sala
—Lamento, inquietarlos más, pero creo que cata está enferma, no ha querido levantarse de la cama y no ha probado bocado.— soltó totalmente preocupada.

Al escucharla, Ariana se incorporó rápidamente, sin decir nada se dirigió a la habitación de Catalina. 

Aitor la siguió con Elena a un lado. 

El estómago de Ariana se encogió, nada más entrar a la habitación, noto a Catalina sin el brillo vivaracho en sus ojos negros, además tenía el rostro rojo y los ojos enrojecidos e hinchados señal de que estuvo llorando.
 

—Catalina ¿Qué sucede? — preguntó preocupada sentándose al  lado de Catalina en una esquina de la cama. --¿Que te duele? — trató de acariciar el rostro de su hermana pero la chiquilla se apartó evitando mirarla.
—Cata, ¿Dónde duele?— insistió y volvió a tratar de acariciarla. 

La niña se alejó un poco removiéndose en la cama haciendo que su hermana la mirara totalmente confundida.

—¿no te apetece hablar?— volvió a tratar Ariana, mirando fijamente a Cata.

—No quiero hablar contigo. -- dijo la chiquilla sin ver a su hermana. 

Cuatro palabras y la mueca que se formó en el rostro de Ariana, mostró cuán herida la dejó aquel rechazo.

Al ver aquello, Aitor frunció el ceño ante el desplante de la niña, se acercó a la cama y miró con ternura a los ojos grises de Ariana que rebosaban de confusión. 

—Podrías traerle un poco de agua, cariño,yo le haré compañía.— sugirió Aitor 

Solo para que la niña no la viera llorar, Ariana  asintió, se levantó y salió encontrándose con Elena justo fuera de la habitación quien le dio una mirada compasiva y la acompañó a la cocina. 

—¿quieres decirme qué pasa?— Preguntó Aitor   a la niña que evitaba mirarlo. 

Negó con la cabeza y agachó la mirada. 

—Cata, has hecho sentir mal a Ariana, lo sabes ¿verdad?— al decir esto los ojos de Catalina se abrieron sorprendidos y brillaron de culpabilidad. —No se que haya pasado, pero todos en esta casa te queremos y estamos preocupados, lo que sea que hicieras Cata, lo que sea que pasara, no importa, pero tienes que soltarlo.

La niña suspiró ante las palabras de Aitor ,y cuando él acarició su mejilla ella recargo el rostro en su mano. 

—Y si no es que hiciera algo, si no por el contrario, ¿Que no hubiera hecho nada?—preguntó sollozando . 

—Si no hiciste nada, entonces no hay culpa Cata ¿quieres contarme?—insistió.

Los labios de Catalina temblaron y lloro con ruidos estrangulados, hipando de llanto se abrazó a Aitor. —Se lo que Ari paso en casa, se lo que papá le hizo y yo no hice nada para ayudarla, nunca la ayude, no la cuide.

—Catalina— la llamó, sin saber exactamente que decirle, así que la abrazo, sostuvo a la niña hasta que dejó de llorar hipando. 

—Ari soporto lo que mi padre le hizo por mí— chilló. Aitor la abrazó un poco más fuerte.

—Eres pequeña, no hubieras podido hacer nada Cata, y Ariana jamás te culparía por nada de lo ocurrido —la consoló. 

 Catalina sintió alivio, se había sentido culpable, y ahora sabía que esos pensamientos no tenían ningún sentido. 

Aún así, quería seguir llorando y lo hizo, lo hizo hasta que se quedó dormida y las lágrimas se acabaron.

+++

Cuando Catalina despertó se topó con los ojos grises de su hermana. 
Suspiró y se tapó la cara con la sábana. 

—¿te lo ha dicho Aitor?— Preguntó  desde su escondite  y sintió el movimiento de la cama al sentarse su hermana. 

—me lo ha contado y lamento tanto que te enterarás Cata— las manos de Ariana retiraron de a poco la sábana y Catalina pudo apreciar que Ariana no la culpaba ni le reprochaba. 

—si lo hubiera sabido pude haberte ayudado Ari— murmuró la chiquilla. 

—Y ambas hubiéramos vivido con miedo, Cata los hermanos mayores debemos proteger a los menores ese es el orden no al revés, ni tú tienes culpa, ni yo. -- explicó y suspiro aliviada cuando Catalina la abrazó. 

+++

Más tarde cuando Catalina estuvo tranquila, Ariana bajó a la sala a reunirse con Elena y Aitor que aguardaban el regreso de Andrés. 

—aun no llega—dijo Aitor leyéndolo el pensamiento a Ariana. 

Ella resopló frustrada y se dejó caer pesadamente en el sofá al lado de él.

Como si lo estuvieran llamando con el pensamiento, la puerta se abrió un rubio de aspecto fatigado entró se le veía tenso, sus ojos achocolatados estaban ocultos tras el vidrio de unos anteojos que solo usaba cuando tenía la vista cansada. 
Alzó una ceja sorprendido de verlos esperando por él. 

Todas las vistas estaban sobre él, así que 
 Andrés sonrió amplio, un suspiro unísono de los tres que aguardaban noticias se escuchó, y el rubio abogado se acercó a contarles lo que arreglo. 

—La cosa no se ve tan mal— empezó a decir tomando asiento al lado de su madre. 

Ni Aitor ni Ariana le interrumpieron. 

—Por el momento Catalina permanecerá aquí, he Alegado que Ariana y Catalina vinieron a España huyendo de Ricardo. Han pedido el testimonio de los involucrados, incluyendo el de Catalina. Dicho esto, tengo mucha fe en que saldremos de esta bien parados. 

+++

En ese momento en  otro lado de Madrid. 

Unos ojos verdes fulminaban a un chico de aspecto aburrido.

—Me juraste que funcionaría Antonio— reclamo en berrinche Laura.

Antonio la ignoro sentado, fijando la vista en Marina quien estaba desesperada por recuperar a Catalina.

—Te estoy hablando grandísimo imbécil— chilló furiosa. 

Antonio la miró de reojo y frunció el ceño molesto. 

—¡No vuelvas a llamarme así! y tiene que ser así, si vas y los acusas de secuestro para que entreguen a la niña rápido meterían a la cárcel a tu adorado Aitor ,y Andrés lo sacaría, ten paciencia Laura esto va como lo tengo contemplado, la niña se irá con Marina, Ariana la seguirá sin problema, tú tendrás el camino para seguir arrastrándote tras Aitor de nuevo, y yo tendré un poco de venganza a la vez que tú me entregas de una vez mis fotos.— siseo en tono que no admitía discusión. 

Laura sonrió traviesa había estado chantajeando a Antonio, tenía fotos de él en posiciones muy incómodas  y el presa de las apariencias había accedido a ayudarla.

Lo que Laura no sabía era que Antonio la hubiera ayudado sin necesidad de chantaje, él odiaba a Aitor casi tanto como a Andrés, ayudaría a cualquiera que les arrebatara toda felicidad.

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