The M.I.L.F. [Peterick/Frerard/Brallon/Jalex]

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—Bueno... entonces a las 9 me ayudas a estudiar matemáticas... perdón por pedirte esto justo hoy... pero tengo examen el lunes y el fin de semana no voy a existir...

—No importa... de todos modos no tenía nada que hacer. —le sonrío Pete.

Meagan le sonrío de vuelta y suspiró mientras Pete iba a arreglar sus cosas para ir a la última clase que tendría.

—¿Ya lo hiciste?

—Sí. Le dije que a las 9... ya saben qué hacer, yo voy a... ustedes solo hagan... da igual. Nos vemos luego.

Meagan fue por el pasillo hasta toparse con Patrick en su casillero. Por suerte estaba solo, pero ella dudaba en acercarse, en realidad no quería hacerlo, pero por alguna razón se sentía obligada.

Se paró tras él y le tocó un hombro con el dedo índice.

—Oye.

Patrick la miró.

—Qué quieres.

—Uy, ese carácter. —ella se cruzó de brazos.

—No diré nada al respecto. De nuevo, qué.

—Escúchame. Me caes peor que una patada en la teta, y sé que yo tampoco te agrado, pero... primero, nuestros padres están juntos y no quiero hacer que las cosas sean más difíciles de lo que son ahora, porque aunque no tengo alma ni corazón, tu mamá me cae bien y mi papá se ve feliz, así que no voy a arruinar esto porque no te soporto. Y por otro lado, hayas aparecido o no, Pete jamás se iba a fijar en mí, así que ya me da igual que estés con él. Pero, sigo siendo su mejor amiga quieras o no, así que ten cuidado con su corazón porque si lo rompes, lo pagas. En fin. Le vamos a hacer una fiesta de despedida en mi casa y como estás con él, obviamente tienes que ayudar. Si quieres vas primero a tu casa a dejar tus cosas y cambiarte de ropa, y luego vas a ayudar. Ah, y dile a tu amigo ese que tiene cara de rata que vaya también.

—Y tu papá qué. ¿Va a estar allá?

—¿Eres idiota? No, va a salir con tu mamá y no sé qué me dijo que tenía que hacer... le dije que iba a hacer una pijamada con las chicas y siempre evita estar en casa cuando eso pasa. Eso.

—Ok.

Ella alzó una ceja.

—¿Es todo?

—Sí. Bien, iré, pero no creas que voy a jugar al hermanito bueno contigo. Esto es únicamente por Pete.

—¿Tú crees que hago esto porque me agradas? Obviamente no. Ni cagando te invitaría a una fiesta. Ahora sabiendo cómo eres...

—Yo no iría a una fiesta tuya ni aunque me pagaran todo el dinero del mundo, ahora, sabiendo cómo eres...

Ella lo miró de arriba a abajo.

—Si hubieras sacado ese tú desde antes, nos pudimos haber llevado bien. Te espero, ya sabes cuál es mi casa.

Ella se fue y Patrick cerró su casillero haciendo una mueca y rodando los ojos.

—Bendito el hombre que la soporte.

Patrick fue a buscar a Pete. Se lo encontró a punto de entrar al salón, entonces lo agarró de la mano arrastrándolo afuera.

—¿Qué haces?

—Vamos a otro lugar.

—Pero es mi última clase...

—Por eso, no va a pasar nada. Aprovechemos de estar juntos...

—Pero tú puedes tener problemas...

—Ay, claro que no. Vamos, si me descubren, me pongo a llorar y digo que estaba muy mal —Patrick se acercó un poco a Pete—. Los tengo a todos en la palma de mi mano... —susurró—. Vamos, Pete. Aprovechemos tu última hora.