The M.I.L.F. [Peterick/Frerard/Brallon/Jalex]

57

Fue un viaje algo largo, pero llegaron al fin.

Estaba ya anocheciendo cuando llegaron, así que les dijeron que dejaran su maleta y bajaran a cenar.

—Bueno, igual sí. Por si acaso, en la pieza nos sobra una cama, como tú amigo va a estar en otra... nos tocó una pieza fina, por si acaso.

—Ya, buenísima. Igual estaba pensando en conseguirme una pieza. ¿Con quién más estás?

—Gerard.

—Puta, siento que me odia.

—Los odia a todos. Pero no, o sea, cuando lo conoces es muy tela.

—Ah, ya. Bueno —Kellin se encogió de hombros—. Habían piezas hasta de a cuatro, ¿o no?

—Sí, sí.

Vic lo llevó hasta el cuarto y Kellin puso su maleta en una de las camas.

—¿Qué crees que haya de comer?

—¿Pasta?

—Estoy en la pasta.

Vic se rió.

—Sí, yo también.

—¿Y Gerard?

—Bajó a cenar, dijo que quería ser el primero.

—Ah...

Kellin se sentó en la cama y se estiró. Vic se sentó a su lado y lo miró apoyándose en la pared.

—Qué rápido pasó el tiempo, ya estamos en Roma... y falta poco para las vacaciones...

—Sí... ¿qué vas a hacer tú?

—A surfear, perro.

—Yo también.

—A buena, en una de esas topamos.

—Sí...

Se quedaron haciendo contacto visual un buen rato. Vic lo cortó unos instantes para bajar la vista a su boca unos segundos.

—¡Vic! —tocaron la puerta.

Los dos se alejaron un poco y el mencionado se levantó a abrir.

—¿Vamos?

—Sí, eh... dame un segundo, pasen.

Meagan pasó junto a Hayley y saludaron a Kellin con la mano. Vic dejó su abrigo sobre la cama y se acercó a la puerta.

—¿Vamos? —dijo.

Kellin se levantó y salió después de ellos. tomaron el ascensor y llegaron al comedor donde estaban todos haciendo fila, ahí se fueron cada uno con sus respectivos grupos.

—Hey, Patrick... ¿de casualidad les sobra una cama?

—Sí, sí. Pero... ¿No que solo se podía primero, segundo?

—Ya sé, pero los de tercero ya están llenos... o eso dicen. Además, nadie se va a dar cuenta.

—Alex, ¿tú qué dices?

—Por mí no hay problema.

Frank sonrió levemente.

—Eso sí, la cama grande es mía. —dijo Patrick.

—Es la que menos suena —asintió Alex—. Es para que podamos dormir.

—Entiendo... —dijo Frank frunciendo un poco el ceño.

—Hola... —llegó Pete abrazando a Patrick por atrás y le dio un beso largo.

—Hola... cuéntame cómo es tu cuarto. —sonrío Patrick poniendo sus manos en los brazos de Pete.