The M.I.L.F. [Peterick/Frerard/Brallon/Jalex]

53

—¿Te sientes bien? —dijo Dallon poniéndose los pantalones.

—Sí... no es nada.

—¿Seguro...?

—Es que... pues... hoy es mi... es mi cumpleaños.

—Nah...

—De verdad. En la mañana me dieron un pan con mantequilla con una velits enterrada.

—Como te aman en tu casa.

—Mh...

Brendon no lo había dicho que lo echaron de su casa y tampoco tenía intenciones de hacerlo. No quería dar lastima o que se preocupara por él y mucho menos que en realidad no le importara y lo dejara pasar.

—Espero que te haya gustado tu regalo. —se rió Dallon.

—Sí... —forzó una risa.

—Broma. No tengo dinero, pero te puedo comprar un helado de un dólar en el McDonald's.

—No te molestes... yo debo volver.

—Está bien... feliz cumpleaños, ¿eh?

—Gracias... nos vemos otro día. En una de esas hay pichanga.

—Sí...

Brendon lo miró unos segundos y le dio un beso de despedida. Podía ser algo muy masoquista pasar siempre por su casa cuando iba a casa de Dallon. Descubrió que jamás había nadie, cuando pasaba, estaba completamente vacío, aunque le daba cosa asomarse por la ventana o llamar.

Llegó a la casa de Patrick y entró intentando pasar desapercibido. Su mamá no estaba y él se había echado en el sillón a hablar con Pete por teléfono.

—¿Tienes... algo para comer? —le preguntó.

Patrick no lo miró y simplemente señaló a la cocina. Brendon fue hacia allá y vio un pastel de chocolate sobre la mesa, con las velas que ponían «16». Claro estaban apagadas, pero el gesto lo hizo pensar que no lo odiaban tanto.

—Cumpleaños a mí...

Brendon buscó un cuchillo y lo miró un rato. Decidió, a pesar de no estar muy seguro, pasar la hoja del cuchillo por la delicada superficie de... del pastel, pues ni que se fuera a cortar las venas a lo Hannah Baker. Los suicidios para después, amores.

No tenía demasiada experiencias cortando pasteles, pero no lo hizo mal. Al salir de la cocina, se sentó en uno de los sofás y le dio una rebanada a Patrick. Él lo miró un poco mal, pero la recibió.

Brendon se quedó mirando un punto fijo mientras comía pastel y escuchaba a Patrick hablar.

—Sí, sí, pero en realidad yo no quería... no, es que no me agrada demasiado... ¿como que por qué? Es como esos nerds en Shrek que cuelgan a Arturo... bueno, pues yo soy Arturo y él es uno de los nerds. Estoy como en la caca de la vida... los únicos que no me tratan mal son tus amigos... no, yo sé que es por ti... sí, Pete... sí es por ti... pastel... sí, como pastel. Es que es el cumpleaños de... sí. ¿Seguro? ¿No lo quieres hacer tú? Puta, no... ya... —Patrick se alejó un poco del teléfono—. Pete te dice que feliz cumpleaños. Aunque seas una basura y... cállate, no te metas, Pete. Eh... eso.

—Dile que gracias...

Patrick volvió a acomodarse.

—Bueno... eh... sí, ya llevamos hablando 6 horas... aw... bueno... no tengo problema con que te duches, ¿eh? Yo sigo aquí. No, tú pásalo —Patrick soltó una carcajada—. ¿En serio? No, yo feliz. Ay, idiota. ¿De verdad vas a pasar? Pero yo... una sola. Una. Bueno, dos, tómalo o déjalo. Por Snapchat. Bueno, puedes sacar el screenshot. Te odio...