The M.I.L.F. [Peterick/Frerard/Brallon/Jalex]

76

—Oye.

—¿Tú? Me da igual que me quieras putear por lo de Pete, ya tengo suficiente...

—No es por eso. Mi padre me habló por lo de Vania. Por cierto... jamás en la vida te vi hablar con ella.

Patrick la miró un poco.

—Qué te importa.

—Si no me dices qué verga, le diré a mi papá que todo es mentira, ya que ni siquiera tienes pruebas.

—Agh... aquí no.

—No seas nena, nadie nos escucha. A nadie le interesa lo que dices.

—Agh. Ya, perra. Ella dijo que su mamá quería algo como venganza o qué sé yo. Ella es hija de mi papá y prácticamente estoy salvando a mi mamá de cualquier estupidez que ella haya hecho a mi edad. Jamás hablo con Vania, pero que todo esté tan calmado me pone nervioso, y con mi mierda de suerte, de seguro se le ocurre actuar justo cuando lo estoy pasando como el culo. Mejor prevenir que seguir curando.

Meagan achinó un poco los ojos y negó con la cabeza.

—Te admiro, ¿sabes?

—Qué verga contigo.

—Te voy a ayudar. La verdad es que esa niña tampoco me cae bien, Debbie me dijo que se joteaba a Jared y Hayley me dijo que se creía muy ruda, y además que como que se trata de integrar a nuestro grupo y estamos justas en la mesa, trabajos y todo, ella sobraría siempre, no entiendo por qué lo sigue intentando, en serio, ridícula.

—No necesito tu ayuda.

—La necesitas. No tienes pruebas, nadie te ha visto hablar con ella. Yo tengo un grupo de amigas que esparcen la información como mermelada en un pan. La gente va a creer que ella es mala y pues ahí vas a tener "testigos". Si vas a hacer algo, mejor hazlo bien, ¿no?

—Por qué quieres ayudarme si deberías odiarme por lo de Pete.

—¿Prefieres que te odie? Porque si así fuera al que expulsan sería a ti por mentiroso.

—Está bien. Haz eso que dijiste. Por cierto... ¿cómo está Pete?

—Pregúntale tú. Te diría, pero él quiere que le preguntes tú. Lo vi en la sala de matemáticas. Ahora permiso.

Meagan se fue y Patrick suspiró yéndose también a su clase de matemáticas, justamente. Pero en realidad Pete ya se había ido de esa sala.

Como siempre, Patrick se sentó en primera fila, pero no se dedicó a tomar apuntes, andaba con la idea de que en serio tenía que sacar y canalizar sus sentimientos porque ya no podía más. Pensaba que tal vez debería empezar un diario de vida o algo así. Pero bueno.

«Si sé que soy una mierda.

Me doy cuenta cuando la gente mira con asco o susurra cosas a mis espaldas, o tal vez soy yo el que se persigue demasiado y cuando alguien se ríe cerca mío creo que se ríen de mí. Tal vez ni siquiera soy nadie para que la gente diga algo malo de mí.

Yo en general no me siento mal por las cosas que hago, como la vez que le apague las velas a ese niño ciego, en realidad fue gracioso y no me arrepiento de nada. No entiendo por qué me arrepentiría de algo que fue una pequeña fracción en la vida de alguien, y estoy consciente de que a veces puedo causar un daño mayor, pero eso jamás ha sido porque sí. Si me entierran una aguja, yo entierro una espada y jamás me he sentido mal por eso.

Pero Pete es tan bueno y no se merece a alguien basura como yo. Pero de todos modos no quiero verlo feliz con alguien más, quiero que sea feliz conmigo y sé que voy a tener que cambiar cosas mías para que eso pase.