The M.I.L.F. [Peterick/Frerard/Brallon/Jalex]

58

—Meagan, ven aquí.

Ella miró y fue con cara de pregunta.

—¿Sí?

—Mira lo que tenemos. —le dijo Josh.

—¿Viagra?

—Exacto. —le dijo Jack.

—Vayan al punto.

—Vamos a distraer a Pete mientras tú le pones todo en la Coca-Cola que se está tomando.

—¡Son unos idiotas! Por es me caen tan bien. Hecho.

Ella fue al lado de Pete, el cual estaba hablando con Patrick de la actividad que todos estaban a punto de tener. Estaban en em Monte Palatino para recorrer y luego iban a hacer unas actividades al respecto.

—Oye, Pete. ¿Me das Coca-Cola? —le dijo Meagan.

—Sí, toma.

Ella abrió la botella y tomó un poco.

—¡Pete, mira esto! —lo llamó Josh.

Mientras Pete iba, Meagan se fue a un rincón a echarle el viagra. Cuando ya le había echado todo, le hizo una señal a Josh. Ella le devolvió la Coca-Cola a Pete y le sonrió.

—Gracias.

Ella fue junto a Josh y Jack a ver a Pete. Justo iba pasando una chica (bastante linda a decir verdad) que le habló pidiéndole alguna indicación. Todo normal, Pete negó con la cabeza diciendo que no era de ahí, entonces vieron que la expresión de Patrick cambió totalmente y le pegó en el brazo.

—¡Pete!

La chica vio y miró a Pete impactada.

Los tres se reían a carcajada limpia mientras Patrick se cruzaba de brazos.

—Pero bebé...

—¿Cuál es tu problema?

—¡No sé!

Pete se tomó el resto de la Coca-Cola y los tres se rieron aún más fuerte.

—Vaya, Pete, ¿me prestas tu pistola de agua? —le dijo Alex.

—Es su pene, Alex.

Pete hizo un face Palm y como no vio nada más con qué taparse, agarró a Patrick y lo pegó a él.

—¡Suéltame!

—¡Pero, bebé! —Pete lo abrazó por la cintura para que no se saliera.

—Déjame, en serio.

—Mierda, no te muevas, entre más lo haces, más crece. —le susurró.

—Suéltame si no quieres que te llegue una patada. —Patrick se tapó la cara al sentirlo.

—Con qué me tapo, mierda...

—Qué se yo, no voy a estar todo el recorrido así.

Patrick puso las manos en las caderas de Pete y comenzó a empujar para zafarse, pero Pete lo agarró más fuerte.

—Vamos, por favor...

—Deja de perrearme.

—No puedo evitarlo. —dijo comenzando a respirar en su cuello.

Dieron las indicaciones de que había que seguir, entonces Patrick se apartó y se quedó un poco más atrás. Pete se cubrió con su mochila y ya se reía de la desesperación.

Patrick vio que Meagan, Jack y Josh estaban muriendo de la risa.

—¿Te gustó el regalito, Patrick? —se rió Josh.