Me tira contra una de las paredes más cercanas, mi espalda choca contra el muro, por suerte no he sufrido ningún daño, cuando abro los ojos está encima de mi, apoyado con las manos en la pared, por encima de mi cabeza.
Me tiene acorralada cual animal indefenso frente a un voraz cazador.
- Quítate de encima Ian. - digo con la vista clavada en la camiseta blanca que se ajusta perfectamente a cada músculo de su torso perfectamente.
-No me gusta que me digan lo que tengo que hacer.- dice con voz ronca y profunda.
- Por favor. - estoy sumamente nerviosa, estamos tan juntos que mi pecho choca con sus torso.
- La próxima vez que me digas que me quite dilo un poco más convincente. - acerca su rostro a mi cuello.
- Ian... Quítate. - cierro los ojos, al sentir su respiración chocar contra mi piel.
Coloca sus manos en mi cintura. -Sé que no quieres eso.- inhala el perfume de mi cuello. -Hueles deliciosamente bien.
Se me entrecorta la respiración, ¿por qué tiene que ser tan sumamente sexy y provocador?
Besa mi mejilla y luego atrapa entre sus dientes el lóbulo de mi oreja. - Ian... - digo como último intento.
- Shhh... Déjate llevar muñeca.
-No me llames muñeca.- digo casi en un susurro con los ojos ya cerrados y embriagada por el aroma de Ian.
Noto como sonríe contra mi cuello, para después dar unos cuantos besos húmedos en la zona.
Sin darme cuenta ya tengo las manos colocadas al rededor de su cuello acercándolo más a mi.
Termina con mi cuello y me mira a los ojos, - Eres preciosa. - mira a mis labios y yo miro a los suyos, y en milésimas de segundo tiene su boca pegada a la mía.
Comienza a mover sus labios y yo quedo inmóvil.
- Abre la boca muñeca, lo estás deseando tú igual que yo.- vuelve a pegar su boca a la mía y a los pocos segundos hago lo que me a dicho. Su lengua se mezcla con la mía, besa lento y muy bien, bueno a decir verdad, extremadamente bien.
Sus labios amasan a los míos, me acaricia la cintura y poco a poco va bajando las manos.
El beso a medida que pasa el rato se torna más salvaje, pero no por eso deja de ser delicioso.
Me levanta por los muslos y yo enrollo las piernas en su cintura. Una de sus manos la sube a mi nunca para acercarme más a él y la otra la deja sujetándome por el trasero.
Muerde mi labio inferior y tira de él, provocándome un pequeño gemido, sonríe al escuchar el sonido y vuelve a besarme.
Nos separamos por falta de aire, miro a sus labios los cuales están hinchados y rojos, seguramente al igual que los míos.
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Never ® (Completa) [Saga Frecuencias]
RomansaPrimer libro saga: Frecuencias Segundo libro: Forever® - Déjame ser el dueño de tus sueños, el único que está en tus pensamientos incluso en aquellos tan profundos y morbosos que no creías capaz de imaginar, déjame ser el dueño de tus fantasías, has...