Never ® (Completa) [Saga Frecuencias]

A ti te gusta...

Escucho una música que me despierta, abro los ojos, la habitación está oscura pero no del todo ya que a través de los ventanales entran rayos de luz.

Miro a mi derecha, Ian está abrazado a mi, me rodea con su enorme brazo y tiene la cabeza apoyada en mi vientre, parece que a él no le molesta el sonido ya que sigue emitiendo leves ronquidos.

-Ian.- digo bajito mientras le acaricio la espalda. Él se abraza más a mi -Cielo.- lo vuelvo a llamar y abre los ojos, me mira confundido -tu teléfono está sonando.

Se levanta y mira a todos lados, estira el brazo hasta la mesita de noche hasta alcanzar su iPhone, mira la pantalla y descuelga la llamada.

-¿Qué coño quieres? - se escucha la voz de un hombre- Más te vale que sea importante.- siguen hablando.

Escucho como Brutus araña la puerta intentando entrar, Ian se levanta y abre la puerta dejándolo entrar, este corre y se monta sobre la cama, anda patosamente hasta mi se tumba para que lo acaricie.

Ian vuelve a la cama y se mete entre las sábanas mientras sigue hablando - Ya te he dicho que no, porque no puedo volver ostia, no insistas.- se pasa la mano por el pelo.

Mientras acaricio el cuello de Brutus veo como Ian se pone tenso.

- ¿Y qué? No es más que una estupidez. No a ella ni te ocurra meterla en esto, te lo advierto. Si, haz lo que te dé la gana. - cuelga y deja el teléfono en la mesita de noche.

-Esto... Ian voy a hacer el desayuno ¿Vale?

- Sí, está bien.- sigue en sus pensamientos, se levanta y se encierra en el baño.

Me incorporo y caminó hasta el sofá, cojo la camiseta y me la pongo -Vamos Brutus.- me sigue escaleras abajo y hasta la cocina, se tumba y yo pienso lo que puedo hacer para desayunar.

Me decido por hacer pancakes, agarro todo lo que me hace falta y comienzo a cocinar.

La verdad es que siempre me a encantado cocinar, me enseñó mi padre ya que siempre era él el que hacia la comida en casa.

Escucho fuertes pasos dirigirse a la cocina, una gran cuerpo tatuado y sin camiseta aparece por la puerta, sin decir nada.

Se sienta en la mesa mientras mira su teléfono, escribe algo en él.

-¿Te gustan los pancakes o te preparo otra cosa?- levanta la vista del smartphone y me mira, me observa de arriba a bajo mientras me inspecciona, cuando llega a mi rostro confuso me sonríe y ahora sí que me desconcierta más. -¿Pasa algo?

-No esto...- se pellizca el puente de la nariz y me vuelve a mirar - Si, me gustan los pancakes.

Asiento y sigo cocinando, le preparo un café solo en la maquina expreso y se lo dejo en la mesa, justo delante de él.