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Bostecé a medida que me acomodaba en mi asiento, lo hice más de una vez para que mi joven maestra se diera cuenta.

—Ni lo intentes.— murmuró mientras hojeaba el mismo libro de siempre.

—Por favor, el cerebro me va a explotar, no quiero estudiar ahora, ¡Chad!, ¿no quieres verlo?.— Sonreí pícaramente.

—No, esta en su trabajo de medio tiempo.— sonrió tímida.— Si fueras a la escuela no tendrías que pasar esto— comentó.

Sin responderle tome el libro y comencé la tarea que me había dejado.

—Yo conocí a Chad en la preparatoria, y al parecer será mi acompañante de vida. —decía con ilusión. —¿Que hay si tú encuentras al amor de tu vida en la escuela?.— preguntó curiosa.

Garraspé mi garganta un par de veces, la miré seria y seguí escribiendo.

—Creo que es hora de irme.— dijo levantándose de la mesa. —Sobre aquel chico que me contaste, creo que solo te atormentas con su recuerdo, deberías olvidarlo.— musitó de espaldas antes de salir.

Sentí una presión en el pecho, los ojos se me cristalizaron de inmediato, no sabia ni que hacer para ya no llorar más.

(...)

Luego de aquella pequeña decaída, guarde mis cosas y salí de la pequeña biblioteca que se encontraba alado de la oficina de mi padre, acomodé mi cabello y tape mi rostro bajando la mirada, pase de largo de su oficina, al parecer no había notado que había pasado, por lo que decidí dirigirme rápidamente a mi habitación.
Dejé mis libros en los estantes, y me dirigí a la cama, ya cerca de ella me tiré encima, estaba cansada y triste.

(...)

Una leve caricia en mi cabeza hizo despertarme. —Te he traído la cena.— dijo mi padre.

—No era necesario, no tengo hambre. —dije adormilada.

—¿Has tomado tus pastillas?.— preguntó como todos los días, yo asentí levemente. —Por favor come cariño. — se despidió con un beso en la frente.

Lo seguí con la mirada hasta la puerta, en cuánto la cerró, mire la charola que se encontraba en la cama, me acerqué a ella lentamente, sonreí levemente al ver mi deliciosa cena, ya que era mi comida favorita, ramen.

“Nunca cambias, papá ” susurré mientras llevaba un poco a mi boca.

(...)

En cuánto desperté, sentí un gran dolor recorrer toda mi cabeza, pareciera como si fuera a explotar.

—¿Qué es esto?, si no he tomado.— me quejé.

Me incorporé un poco con las manos en la cabeza, mi cara con gestos de dolor cambio en un segundo al mirar el par de botellas en mi cama.

—Estaré en problemas si no recojo esto rápido. — dije asustada, me pare de inmediato y tome las botellas.

Ya con las botellas en mis manos, miré a todos lados, ¿donde podía guardarlas?, miré mi cama, me agache y las metí debajo de ésta, suspire y me levante, me dirigí al baño para lavar mi rostro y buscar aspirinas para el dolor.

Era curioso no recordar nada de ayer, pero en éstos momentos no quería pensar, baje a desayunar, era extraño que la casa estuviera tan sola y silenciosa, papá siempre ponía su música para despertarme e incluso me dejaba el desayuno en la mesa.

"Lᴀ́ɢʀɪᴍᴀs ᴘᴏʀ ᴀᴍᴏʀ" ¦¦ [Lᴇᴏɴᴅʀᴇ Dᴇᴠʀɪᴇs ʏ ᴛᴜ́] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora