Eres la persona perfecta en la distancia equivocada.
El lunes, cuando volví de la casa de Leila, lo primero que hice fue entrar a WhatsApp a ver si tenía algún mensaje. No me había llegado ninguna notificación pero guardaba la esperanza de que haya sido un error del sistema. Pero no. Jony seguía sin hablarme y empezaba a preocuparme. ¿Estaría esperando a que lo haga yo? ¿O simplemente no tenía ganas de volver a hablarme?
Suspiré frustrada dejando el celular sobre mi mesita de luz y me metí en el baño para darme una ducha. No me podía permitir estar así por un chico que vivía a miles de kilómetros. ¿Qué estaba pasando por mi mente? ¿Qué clase de telenovela estaba creando en mi interior?
Una vez que salí del baño y me vestí, me obligué a mí misma a sentarme a hacer la tarea de matemáticas. Saqué la carpeta de la mochila y la llevé hacia el escritorio junto con mi cartuchera, pero al sentarme enfrente de este y ver la notebook no resistí la tentación. Dejé a las matemáticas a un lado, pero solo por unos minutos, y la prendí para dirigirme a Facebook… a su biografía.
Todo seguía igual que antes. La única cosa que había cambiado era una imagen que había compartido. Contenía una frase que la había leído muchas veces en páginas de internet, pero al leerla se me hizo imposible no sentirme identificada.
“Todo vale la pena si te hace sonreír.”
Congelé mi vista en esa pequeña frase, tratando de convencerme a mí misma de que era demasiado raro que fuese por mí, tratando de alejar toda la ilusión que se había creado en un principio. Seguramente era por otra cosa, no tenía sentido ponerme feliz por ese pequeño detalle. Pero ya estaba sonriendo, y eso era muy malo… O quizás no tanto.
Al ver que ya habían pasado los pocos minutos que me había permitido, me desconecté, cerré la notebook y me dispuse a hacer el trabajo práctico de matemáticas. Bueno, primero tenía que entenderlo y luego comenzar a hacerlo, porque si había algo en lo que no me iba bien era en esa materia. Lo mío eran las letras, no los números. Aunque en ese momento los ejercicios de matemáticas estaban compuestos por ellas… pero no de la forma en que a mí me gustaban. Hasta donde yo sabía las letras eran para leer, no para sumar.
Había empezado con el primer polinomio cuando escuché el sonido de mi celular. Me quedé completamente helada con el lápiz congelado a media x. Sonó nuevamente y me levanté para ver de qué se trataba sintiendo cómo mi corazón comenzaba a acelerarse.
Al ver quién era el emisor de los dos mensajes de WhatsApp tuve que sentarme para no caerme de la emoción. Era Jony.
>Jony: Hola Kim!!
>Cómo estás?
<Kim: Hola Jony :)
<Bien y vos?
>Jony: Aburrido y cansado
<Kim: Por qué? D:
>Jony: Aburrido porque no tengo nada que hacer
>Y cansado porque recién llego de mi entrenamiento de fútbol, jugamos el domingo
<Kim: Copado! Lástima que no puedo ir a verte jugar :(
>Jony: Tenés tiempo todavía
>Si te apurás, llegás jajaja
<Kim: Dale, ahora empiezo a correr hasta allá y con suerte para el domingo llego :P
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La distancia no es el fin (Borrador)
RomantikHistorias de amor con terceros en discordia hay muchísimas, pero... ¿Qué pasa cuando la que se interpone en una relación es la distancia? ¿Es posible que el amor salga victorioso en la lucha contra los kilómetros? ¿O la derrota es algo predecible? ¿...