Capítulo 31

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"A veces las personas deben separarse para darse cuenta de que necesitan estar juntos."

—Cómo te cambió la cara —me dijo Leila mientras yo seguía observando la foto—. ¿Ves que sí lo recibió?... ¡Hasta lo está usando!

La foto que me había mostrado era una que había subido uno de sus amigos hacía apenas unos minutos. En ella aparecía Jony usando una camisa que parecía de color blanco. Estaba de perfil, sosteniendo una vela de cumpleaños con la mano derecha donde se podía observar que llevaba un anillo en el dedo anular. No era cualquier anillo... era el que yo le había mandado.

Entonces... ¿por qué no me había respondido? ¿La carta no había significado absolutamente nada para él?

En ese momento sonó mi celular. Rápidamente le devolví el suyo a Leila y agarré el mío para leer el mensaje que me había llegado.

>Félix: Hola, tengo noticias :)

>El paquete había llegado el jueves pero la mamá de Jony no le dijo nada pensando que era un regalo para su cumple así que lo guardó y hace un ratito se acordó y se lo dio

>Tendrías que haber visto la cara de Jony cuando leyó tu nombre

—¿Qué pasó? —me preguntó Leila observándome mientras leía por segunda vez lo que me había escrito—. Dejá de hacer tantas caras raras y respondeme —repitió al ver que no obtenía una respuesta.

—Jony... —estaba por decirle lo que Félix me había escrito cuando empezó a sonar mi celular. Era una llamada entrante... y en la pantalla apareció su foto.

—Jony, ¿qué? —inquirió ignorando el sonido del aparato que yo aún observaba sin saber cómo contestar.

—¡Jony me está llamando! —logré pronunciar finalmente.

—¡¡¡Atendelo!!! —me gritó y así lo hice.

—Hola —lo saludé algo temerosa.

—¡Kim! —escuchar su voz fue... inexplicable. La sensación que tuve fue muy parecida a la que uno tiene cuando escucha su canción favorita, o esa que le gustaba tanto pero que hacía mucho tiempo no escuchaba. Sentí tanta tranquilidad, pero a la vez tantos nervios. Mi corazón latía tan fuerte que temía que se rompiera.

—Jony...¡Feliz cumple! —lo felicité nuevamente cuando conseguí desbloquearme y volver a tomar el control de mí misma.

—Gracias... y gracias también por el regalo —se notaba que estaba sonriendo, lo percibía en su voz—. La carta fue... increíble. La verdad es que yo creía que... —en ese momento se escuchó una puerta que se abría, lo que provocó que hiciese una pausa.

Luego se escuchó una voz: "Hace un montón que estas acá. ¿Te podes apurar? Se nos hace tarde". Era un chico que seguramente estaba en la casa por el cumpleaños. Lo odié profundamente por interrumpirlo. "Ahora voy". Fue la respuesta de Jony.

—Kim... tenemos que hablar, quiero que hablemos... pero ahora estoy...

—Sí, la fiesta —lo interrumpí comprendiendo la situación, aunque hubiese preferido que aquello no acabara ahí.

—Sí... —noté un tono de decepción en su voz... el mismo que seguramente tendría yo.

—Bueno... ¿Hablamos después?

—S-Sí —respondí entrecortadamente, cosa que odié.

—Ok... Chau —entonces escuché el tono de la llamada finalizada. Llamada que había marcado, definitivamente, un antes y un después. O eso era lo que creía.

La distancia no es el fin (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora