Capítulo 39

4.6K 177 187
                                    

"Lo que busco no es olvidarte, mi objetivo simplemente es no sentir nada al recordarte."

—Kim —me llamó Leila tratando de traerme a la realidad. Yo seguí con la mirada perdida—. Kim —volvió a insistir—. ¡KIM!

—¿Qué? —pregunté con un tono apenas audible.

—Decime por favor que no estás mal por lo que te dijo la loca esta.

No fui capaz de responder, no tenía sentido mentir y tampoco decir en voz alta lo que sentía. Al verme así y al entender la obvia respuesta, se puso de pie y me ayudó a pararme para luego abrazarme. Nos quedamos unos segundos así mientras rogaba en mi interior que las lágrimas no comenzaran a caer de nuevo.

—No tenés razones para dudar de Jony —me dijo mientras nos separábamos para volver a sentarnos enfrentadas.

—Ya se... pero... —suspiré sin saber qué decir y bajé la mirada.

—A ver, razonemos —me pidió haciéndome levantar la vista—.  ¿Qué ganaría Jony jugando con tus sentimientos?

Lo pensé por unos segundos tratando de buscar alguna respuesta coherente.

—No sé —me rendí encogiéndome de hombros—. ¿Burlarse?

—¿Y qué ganaría burlándose? —siguió insistiendo.

Esta vez no dije nada, no encontré ninguna respuesta.

—Vez, no tiene sentido —sonrió victoriosa.

—Capaz disfruta burlándose de las personas sin razón alguna —continué proponiendo ideas idiotas.

Ella suspiró algo frustrada.

—Por lo que conozco de Jony, que es bastante, no aparenta ser una persona con problemas psíquicos —persistió con su objetivo de defenderlo—. Conocemos a sus amigos, vos conoces a sus hermanos y a su primo —enumeró—. No tiene ningún sentido que haga todo para burlarse y si lo hiciese no creo que te hubiese presentado ante su familia, o parte de ella. En cambio esta chica, con lo poco que sé y con lo que vi recién, te puedo afirmar que tiene problemas; muchos y graves.

—Puede ser...

—No desconfíes de él por las pavadas que te dijo esta chica —insistió—. A ver... ¿Cuántas horas pasaron hablando? ¿Cuántas sonrisas, risas y carcajadas compartiste con él? ¿Cuántos recuerdos tienen en común a pesar de que están lejos? —me preguntó, y sin esperar una respuesta continuó hablando—. Kim, ¡Lo viste llorando! ¡Te confesó su amor con lágrimas en los ojos! —me recordó haciéndome sonreír—. Es imposible que no sienta nada. O es un actor salido de Hollywood o te ama de verdad. Y sinceramente te lo digo, no creo que sea un actor —finalizó riendo.

Yo también reí. Tenía razón.

El silencio nos invadió por unos segundos; yo volví a ponerme seria y ella, al verme, volvió a la carga.

—¿En qué te quedaste pensando ahora? ¿Seguís dudando?

—No, ya... entendí —hice una mueca—. Pero no es solo eso —confesé lo que hacía un tiempo estaba rondándome en la cabeza.

—¿Qué pasó? —me pregunto más preocupada que antes.

—Hace unos días me puse a pensar... —tomé aire antes de continuar—. ¿De verdad puede durar una relación así? ¿Sin abrazos, sin besos, sin... nada? Hay veces que uno necesita de esas cosas, es algo fundamental para... vivir —le dije no muy convencida de la última palabra—. ¿Cuánto puede durar una persona estando de esa manera? Yo creo poder soportarlo, pero no sé si él podrá —hice una mueca y ella me miró extrañada—. Yo creo que si aparece una chica, allá en Córdoba, que le interese... no lo va a dudar dos veces.

La distancia no es el fin (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora