Capítulo 30

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Hola!! Aquí estoy con el capitulo de la semana :) 

Nuevamente MUCHÍSIMAS gracias a todos por leer la historia, por votar y en especial por sus hermosísimos comentarios... me hacen muy feliz y me dan muchos ánimos para continuar escribiendo :D

Este capítulo se lo quiero dedicar a Lu :) Muchas gracias por todos los comentarios que me dejas y por todas tus palabras de apoyo, por tus opiniones... gracias :D

Y sin mas, los dejo con el capítulo 30 :D 

★★★★★★★★

"No te estoy diciendo que será fácil, te estoy diciendo que valdrá la pena."

Habían pasado dos semanas. Dos semanas desde que Marcos y yo habíamos tenido esa última charla, dos semanas desde que me había enterado de lo que le estaba sucediendo a Jony; dos semanas desde que Félix me había propuesto la idea de enviarle algo. Dos semanas desde que había decidido arriesgarme. Y ya iba a ser un mes desde que Jony había decidido dejar de hablarme (sin contar la última charla cortante que habíamos tenido).

Durante ese tiempo habían pasado bastantes cosas en la escuela. Hacía ya una semana que habíamos terminado oficialmente las clases; después de una serie de presentaciones de trabajos y actos finales, ya estábamos de vacaciones.

Y no era la única que había terminado el año escolar. Hacía una semana, Leila me había pasado algunas fotos de la fiesta de recepción de Jony. Aunque pareciese raro, no la había eliminado de su Facebook por lo que ella tenía acceso a toda su información, fotos y demás cosas. Cuando lo vi en esas fotos, sonriendo y con el mismo traje que me había mostrado hacia unas semanas, una sonrisa se dibujó en mi rostro. Estaba demasiado lindo y parecía muy feliz, lo que hizo que me relajara un poco. En un momento deseé haber podido estar allí, que me invitara. Verlo entrar cuando lo nombraban y después bailar el vals con él hubiese sido... mágico.

Entonces caí en la cuenta de que al año siguiente me tocaría a mí la recepción. Se sentía raro saber que sólo me quedaba un año de escuela, que prácticamente ya estaba con un pie en el último año. Pero en ese momento, el colegio era a lo que menos importancia le daba. Tenía demasiadas cosas en qué preocuparme.

Dentro de dos semanas sería Navidad y eso significaba ir por unos cuantos días a la casa de la playa, o sea, encontrarme con Marcos. Con sólo pensarlo se me hacía un nudo en la garganta. Era difícil aceptar que había perdido un amigo... me hacía sentir demasiado culpable. Aún no lograba acostumbrarme a la idea de ir allí y no hablar con él. Ni siquiera sabía si él iba a querer estar conmigo. Me había dicho que necesitaba acomodar ideas, pero no sabía si eso significaba perder total contacto conmigo o sólo por un tiempo. No creía poder soportar perderlo para siempre. Desde que tenía memoria él había formado parte de mi vida. ¿Cómo iba a poder borrarlo de un día para otro? Era imposible.

A esta preocupación también se le sumaba el problema familiar que estábamos teniendo. Finalmente, después de ver que las cosas seguían raras, me había animado a preguntarles a mis padres qué era lo que estaba ocurriendo. Me dijeron que era cierto: la empresa estaba pasando por un momento crítico y las deudas eran cada vez mayores, pero por el momento no había que hacerse mucho drama porque, al parecer, habían encontrado una manera de solucionar una parte del problema. Lo único que faltaba era que se cierre el trato. Eso fue todo lo que me dijeron así que, más relajada, me propuse olvidarme del tema. Si algo pasaba, seguro me lo dirían.

Otra de las cosas en la que mi cabeza estaba ocupada era en la carta que le estaba escribiendo a Jony. Después de pensarlo durante unos días y hablarlo con Leila, me había decidido a enviarla.

La distancia no es el fin (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora