Capitulo 3 - Que me ames...

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- Que sucede Cristina.- sonando algo seco. Miraba atravez de la ventana, recordaba que tenía que asistír a un consejo de propietarios de todo el lugar.


- estás bien?- Acercándose lentamente a el.

Federico Suspiro levemente y se giró encontrándose con la mirada de Cristina.

- Porque no debería de estarlo?.

- No lo se yo... Desde ayer te he notado muy distante conmigo, solo quería saber si sucede algo, no se si hice algo para que tú cambiarás de actitud hacia mi.- por primera vez en la vida no le hablaba como solía hacerlo siempre, cosa que sorprendía a Federico.

Sonrío irónicamente, que si no le había echo algo? Solamente había roto todas sus ilusiones sin siquiera darse cuenta...Era lamentablemente pero de eso estaba echa la vida.

- No Cristina no me has echo nada, y lo lamento si mi actitud te incómoda, solo que tu no puedes ser la única que trate de ser fría con los demás. Yo también puedo serlo, hasta puedo llegar hacer peor.

Cristina parpadeo varias veces mientras algo en ella se removía.

- Que? No...No te entiendo.

- Que estoy cansado de que siempre sea yo quien tenga consideraciones contigo, cuando tu no lo haces.

- de que estás hablando? De donde sacas esas estupideces.

- esas estupideces como tú le llamas son las que han mantenido estable este maldito matrimonio, por que si yo me fuera cansado créeme que hace tiempo me fuera separado de ti.- alterándose .- he soportado 17 años de mi vida a tu lado solo por una razón, pero ya estoy cansado Cristina, cansado de luchar contra la marea, cuando se que nunca va a llegar a suceder lo que tanto he anelado.

Cristina abrió los ojos como platos, nunca había visto a Federación de esa manera, siempre se mostraba pasivo frente a ella, pero en esa ocasión era todo lo contrario.

- Y que es lo que tanto has anelado? Para que demonios te casaste conmigo si era un sacrificio para ti! Ya tuviste lo que querías de mi, te entregué mi cuerpo te di una hija que más quieres!.- enojándose.

Sus propias palabras lo decían, le había entregado su cuerpo pero no su corazón. Sonaba como algo sin vida.

- y tu crees que eso lo es todo en la vida? Por que déjame decirte que si es así estás muy equivocada. Yo nunca te obligue para que te acostarás conmigo, y lamento si lo hiciste por ese motivo.- estaba dolido, no lo había echo por que lo deseaba, tal vez todo ese tiempo había estado fingiendo.

- y que querías? Sí no lo hacia quién sabe con que zorra te hubieras metido!!.- la sola idea le desgarraba el alma.

- yo nunca te sería infiel, que concepto tan bajo tienes de mi, nunca he tenido la necesidad de engañarte con alguien pero si así fuera a ti que te interesaría! Yo no te importo en lo absoluto!

Ese era el problema, el si le importaba y mucho.

- eres mi esposo y me debes respeto!

La miro seríamente y negó, en definitiva no quería seguir esa discusión que no llegaría a ninguna parte, necesitaba pensar seriamente en su vida y lo que quería en ella.

- no pienso seguir con esto, nunca vamos a llegar a nada.

- a donde vas! No hemos terminado!!.- tomandolo de un brazo para que no salieran de la habitación.

- ya yo he terminado Cristina ahora sueltame!.

- No! Yo no he terminado! Quiero que me digas que demonios quieres de mí!

La miro por un momento a los ojos y pensó en que no tenía porque seguir callando. Para que seguír sufriendo?

- que me ames...- susurro para luego soltarse del agarré de Cristina y salir de la habitación, no le interesaba esperar su reacción ante esa confesión, no quería ver como ella se burlaba en su cara.

Se había quedado de piedra...Que había dicho? Qué Quería que ella lo amará? Acaso el lo hacia? No sabía cómo reaccionar, escucho la puerta cerrarse y volvió a la realidad, no sabía si seguírlo a quedarse allí, estaba tan confundida, ni ella misma sabía que sentía por el, pero lo que si sabía es que el le importaba lo suficiente como para no poder vivir sin el, no sabían en que momento el se había vuelto algo tan importante para ella.

- mamá? Qué sucede...- entrando a la habitación un poco tímida.

- limpio rápidamente las lágrimas que hasta el momento no había sabido que corrían por sus mejillas.- nada...

- estás llorando?

- no yo...

- por que lloras, que sucede escuche que papá y tu discutían, por que?- triste.

- hija son cosas de adultos,es algo de lo que no tiene porque preocuparte.

- no mamá si me preocupa, yo no quiero que tú y papá se separen!

Se sorprendió un poco, María la abrazo y no supo que decir, hasta el momento caía en cuenta que Federico había dicho que si se hubiera cansado hace tiempo ya la hubiera dejado, que habría querido decir? Acaso pensaba hacerlo?

¿Porque Debo Quedarme?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora