Cristina miraba a su alrededor satisfecha con todos los cambios, se sentía bien, había quedado mejor de lo que esperaba, cada cuadro nuevo, mueble u objeto de decoración en ese lugar lograban la armonía perfecta, esa que había estado buscando, le daba un aire más tranquilo a la casa, sonreía contenta con lo que había logrado, todo el tiempo invertido logró que despejara la mente por un tiempo, sin pensar en todo aquello que la perseguía sin amarguras, ni decepciones, ese mal sabor desde la confesión de Mariana.
Se acercó al porta retrato que Mónica había tomado días antes y la sonrisa en sus labios murió lentamente, la realidad la golpeaba fuertemente, todo se agolpaba en su cabeza, el inicio de todo, los errores, la manera en la que se había equivocado con Federico, los malos tratos pero sobre todo, el no haber aprendido a valorar el amor que Federico le había dado sin condición alguna, cada vez se le venía a la mente todas las injusticias que había tenido con él, se le llenaban los ojos de lágrimas, ella y nadie más que ella era la culpable de todo lo que sucedía, y todo por haberse empeñado en hacerle la vida imposible sin siquiera haberse permitido conocer al hombre que se desvivía por ella, era increíble la manera en la que la vida la golpeaba, las lecciones tan duras que le daba, de quién menos lo había imaginado terminaba por apuñalarla sin medir consecuencias, pero él, él siempre había estado ahí, si importarle cuántas veces le dejara caer el corazón.
—Siempre fui una tonta.—Murmuro con pesar, acariciaba con tristeza la fotografía, ni siquiera en esa foto se les mostraba feliz, ni siquiera una sonrisa, que tarde se daba cuenta de las cosas.—Espero puedas perdonarme por todo lo que te hice, no te lo merecías.—Se lamento acariciando aquel rostro que tanto extrañaba y añoraba tener frente a ella.
María se detuvo al pie de las escaleras, comprender todo lo que sucedía a su alrededor no había Sido fácil, sentía que su vida se desvanecía, cada recuerdo ahora lo veía amargo, parte de casi toda su vida había Sido una completa mentira.
—Todo está precioso.—Dijo admirando el lugar.—me gusta, la casa se siente diferente.
Cristina dejo el porta retrato en su lugar con la promesa de que todo cambiaria, parpadeó varias veces alejando las lágrimas para después girarse hacía María.
—¿De verdad te gusta?.—Le sonrió mientras ella se acercaba acariciando cada cosa que le llamaba la atención.
—Creo que debiste hacer esto hace mucho tiempo, a papá le encantará.—Comento con un deje de tristeza, la vio sonreír aún más pero estaba melancolíca e imaginaba porque.
—¿Tú crees?.
—¿Lo extrañas verdad?.—Tomaba el porta retrato de sus padres entre sus manos.
La observó analizar la fotografía mientras una punzada se instalaba en su pecho, su hija seguramente se daría cuenta de lo que ella no había querido ver.
—Mas de lo que te imaginas, aunque no lo creas esto es difícil.
—Mamá, quizás las cosas no comenzaron de la mejor manera.—Dejaba el retrato en su lugar, tenía un millón de sensaciones rondandola.—pero tal vez aún hay esperanzas entre ustedes no se, alguna pequeña oportunidad.—La tomaba de las manos.—¿De verdad lo amas?.—buscaba la verdad en su mirada, quería aferrarse a la posibilidad de que fuera cierto.
Cristina suspiro buscando la definición de esa pregunta, ¿Que si de verdad lo amaba? No solo eso ahora era parte de ella, lo tenía en la mente, tatuado en la piel, en el corazón.
—No se en que momento me enamore de tú papá, pero lo hice, no concibo mi vida sin él, no hay día de que no me arrepienta de no haberle dado la oportunidad que se merecía.
ESTÁS LEYENDO
¿Porque Debo Quedarme?
Fanficaños juntos de matrimonio pero solo uno luchando por mantenerlo estable, merecía la pena luchar por que ella le correspondiera de igual forma?