Capitulo 66-Momentos.

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—Aun está muy pequeño.—Murmuro con ternura cosa que le empequeñecio aún más el corazón a Federico.

—Quiero que este pequeño sea felíz.—Le sonrió mientras la tomaba de la manos.—no quiero perderme la oportunidad de verlo crecer dentro de tí.—Era la primera vez que tocaba el tema después de días de conocer la noticia, después de tanto pensar llegó a la conclusión de que aquél bebé no tenía la culpa de nada, quizás llegaba en el momento menos indicado, pero era su hijo y asumiría su responsabilidad como padre.—Esto tampoco significa que las cosas van a cambiar entre los dos.—Aclaró rápidamente, Cristina dejó de sonreír lentamente, le hacía felíz que Federico quisiera estar presente durante todo el proceso, eso significaba que estarían conectados aunque él no lo quisiera aceptar.

Cristina le apretó las manos y después de algunos segundos se alejó, se sentó en la cama cruzando las piernas, mirandolo respectivamente, él no había dejado de mirar ningúno de sus movimientos.

—Ve a desayunar, yo estaré bien dile a Vicenta que suba por favor.—Pidió suavemente, sobándose el cuello con expresión cansada.

—Cristina...—Ella se sentía mal y él comportandose como un completo idiota, pero de qué otra manera debía ser.

Lo malestares al parecer comenzaban a dar tregua, pero había algo que no la dejaba, era esa pequeña puntadita que le atravesaba el pecho, era como un presentimiento.

—No es la primera vez que me pasa, recuerda que con María fue casi igual, solo que esta vez los malestares son más intensos.—Él se sentó a un lado de ella contrariado, por una parte no quería involucrar los sentimientos, pero por la otra, quería quedarse con ella y cuidarla, acompañarla en todo el sentido de la palabra.

—Ire a la cocina por algo liviano para ti, no quiero que estés con el estómago vacío.—La vio queriendo contradecirlo y la calló interponiendo un dedo entre sus labios.—mi hijo tiene que comer, voy a pedir que suban mi desayuno.

Cristina lo miraba sin entender, ¿A qué se debía todo ese cambio? Tal vez lo hacía solo por el bebé, pero de igual manera al parecer no quería dejarla sola, era como un pequeño bálsamo para el alma, no todo estaba perdido.

—¿Pero como? Federico de verdad no te preocupes, no es necesario.—Insistió con algo parecido a una sonrisa.

—Quiero hacerlo, además con eso me aseguro de que de verdad comas.—Acaricio su mejilla con suavidad y se levanto.—Ya regreso.

Cristina solo lo observó mientras se desaparecía del lugar, no entendía que estaba pasando pero sin importar el motivo le gustaba, estarían más tiempo juntos y estaba más que segura de que iba a recuperarlo, solo que ese día no estaba de ánimos para siquiera tocar el tema.

Minutos después Vicenta ingresaba con Federico detrás, ambos con el desayuno, la mujer saludo a Cristina y reiteró de que se trataba de algo normal en una mujer embarazada.

—Pequeña si me necesitas no dudes en buscarme.

—Eso haré te lo prometo.

La mujer le sonrió una vez más y cerró la puerta tras de si, dejandolos completamente solos.

—Bien, buen provecho.—Le señaló mientras comenzaba a disgustar de su plato.

Cristina asintió sin muchas ganas, lo menos que quería era probar bocado. Sin embargo si no lo hacía Federico era capaz de darle hasta el último bocado en la boca y no era lo que precisamente quería.

—Gracias.—dijo sin más.

—¿Porqué?.—Sin entender a que se refería.

—Por estar aquí conmigo.—Se removía en su lugar acomodandose un poco.

¿Porque Debo Quedarme?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora