Capítulo 46-Emociones.

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--Necesito que bajemos.--Susurró trazando figuras imaginarias en su espalda. Ella solo cerraba los ojos al sentir el contacto de sus dedos, deseando congelar esa sensación tan cálida que le llegaba a lo mas profundo.

--¿Porque esta aquí?.--Preguntó sin abrir los ojos, estaba calmada, se había olvidado de todo cuando el la había tomado entre sus brazos, repartiendo pequeños besos por todo su rostro, eran como pequeñas caricias para el alma.

--Necesito aclarar cosas...que aún no logro entender y que solo ella sabe.--La alejo un poco de si y Cristina abrió los ojos, protestando al sentirse abandonada por sus caricias, él le sonrió con ternura y una vez más le robaba el corazón a Cristina.

--¿Eres feliz?.--creyó ver un destello en su mirada y algo en ella se alborotó, era fascinante como los ojos café de su marido la hipnotizaban, podría quedarse a observarlos durante horas sin cansarse.

--¿Sabes cual fué y siempre será el significado de mi felicidad?.

--No.--Él negó sonriendo.

--Tú.--Cristina sonrió conmovida y se acercó a besarlo con todo el amor que le hacía sentir ese hombre.--siempre has sido y serás mi felicidad, la mujer que amo. Mi Cristina.--Su corazón latía emocionado, queriendo salir a gritarle que se estaba desbordando de amor por él.

Cristina tomó su mano y la poso sobre su frenético y alborotado cómplice. Él al sentir sus latidos su corazón también se regocijo de felicidad, contento por el poder que tenía sobre ella, como unas simples palabras cargadas de honestidad podían desencadenar tantas cosas en otra persona.

--¿Vez lo que me haces?.--Federico suspiró satisfecho por la reacción de su amada, no había duda de que ella lo era todo, lo mataba no poder ver su hermoso rostro, esos ojos que llevaba grabado en lo más profundo de su ser.--Creo que me acabó de enamorar una vez más de ti.

--Te amo mujer, como no tienes una idea.--Apreto su mano con dulzura hasta toparse con el anillo que la unia a él.--Besame.

Cristina se acercó a su boca obediente y depósito un pequeño beso, le siguió uno más comenzando con ternura, queriendo explorar sus bocas sin prisas pero la necesidad de algo más que un beso surgió entre ellos. Federico la pego a él besandola con pasión queriendo unir algo mas que sus bocas, Cristina suspiró ante la intensidad que estaba tomando aquello que comenzó como algo tierno, lograba derretirla de pies a cabeza, su respiración estaba agitada al igual que la de él, un hormigueo comenzó a consumirla haciendole entender que su cuerpo reaccionaba ante sus caricias. Se separaron lentamente entre pequeños besos tratando de buscar un poco de aire y se encontró con que sus senos estaban erguidos.

--Me encanta como reacciona tu cuerpo ante mis caricias.--Murmuró con la voz ronca, notando la presión de los senos de su esposa contra su pecho.

--Es tu culpa.--Logró decir sonrojada, sintiendo la respiración de Federico pasearse por su cuello, cerro los ojos al sentir como toda su piel se erizaba, él lo noto y depósito unos cuantos besos por todo el lugar hasta llegar a la clavícula.--Federico...

--Me vuelve loco tu olor...siempre ha sido mi debilidad.--Murmuró aspirando con fuerza su aroma.

Ella suspiro remojandose los labios, de repente sintiendolos tan secos que solo Federico podía saciar lo que su boca necesitaba. Rozo sus labios y cuando ya se estaban acariciando un par de toquecitos en la puerta los interrumpio.

--Que inoportuno por Dios.--Refunfuño entre besos, negandose a siquiera soltarla.

--Creo que debemos bajar.--Comentó resignandose a la idea, aunque su cuerpo se negara y le gritara que quería quedarse entre esos brazos.

¿Porque Debo Quedarme?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora