Capítulo 30: amor y odio

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El señor Lee abrió la puerta y le dio paso a Hyukjae. Éste ingresó a la casa seguido por su madre. Había cierta reticencia en él. Hyukjae no se sentía muy a gusto estando allí, en el hogar de sus padres, pero tuvo que acceder a ir con ellos cuando éstos no quisieron quedarse en su departamento a conversar. Al parecer Jaejoong les había causado una mala impresión, y por ello no quisieron hablar estando éste cerca. Hyukjae simplemente se fue con sus padres cuando sugirieron ir a casa para tener más privacidad. "Es lo mejor", se dijo convencido. Estando en el departamento, en cualquier momento Junsu podría aparecerse con su actitud sobreprotectora frente a su madre, quien claramente no le tenía estima, entonces se armaría una buena discusión. Por esa razón, tratando de evitar cualquier posible enfrentamiento entre sus padres y sus amigos, Hyukjae los acompañó a aquella casa que no pisaba en años. Se sintió raro estando allí de nuevo, sobre todo porque la última vez no la pasó muy bien.

A pesar del tiempo transcurrido, todo parecía estar en el mismo orden que antes. Hyukjae caminó vacilante hacia la sala de estar, sin saber si sentarse o permanecer de pie. Después de todo, no tenía idea de cuál era el motivo que tenían para querer conversar con él. No hablaba con su padre desde aquel día en que lo echaron de casa. Con su madre había hablado hacía unos meses atrás, pero por teléfono, y ella le había colgado la llamada sin ninguna consideración. Es por eso que el repentino interés que ellos demostraban le generaba nerviosismo y ansiedad.

—Ponte cómodo, hijo. Anda, toma asiento — le dijo su padre, mientras ordenaba los cojines del sillón para él.

Hyukjae se quedó un poco sorprendido al escuchar que su padre se refirió a él de aquella manera, con familiaridad. "Hijo", la simple palabra ingresó en su mente al igual que un huracán, arrasando con cualquier otro pensamiento existente. Sin embargo, al llegar a su corazón frío y receloso, una sensación cálida se instaló, trayéndole a la memoria aquellos días de su infancia cuando su padre era como un héroe para él, y a su vez, Hyukjae era considerado un buen niño para su padre. Hacía muchos años que no se sentía así.

—¿Quieres tomar un café? ¿Un té tal vez? —preguntó su madre toscamente.

Aunque ella parecía un tanto brusca, Hyukjae notó que se esforzaba por ser amable.

—No, gracias, omma —contestó nervioso.

Su madre permaneció pensativa unos segundos, sus labios apretados en una fina línea. Hyukjae creyó que se había excedido al decirle "omma", pero ¿cómo debía llamarle? Era su omma después de todo.

—¿Cómo estás? —preguntó ella cabizbaja, tomando asiento junto a su esposo—. Tuviste neumonía, ¿verdad?

—Estuviste grave, ¿no es así? —continuó su padre, con un gesto preocupado.

Hyukjae los observó en silencio, sintiéndose confundido por un instante ante la inquietud de ellos. ¿Ésos eran sus padres? ¿Los señores que se estaban preocupando por su salud? Aunque intentó resistirlo, una sonrisa nerviosa bailó temblorosa en sus labios. Los ojos de Hyukjae se llenaron de brillo, un destello de alegría le inundó. Bajó los ojos sintiendo un cosquilleo en el corazón.

—Sí, estuve un poco complicado —respondió torpemente, apegándose a la versión que circulaba en las noticias. Sus padres no necesitaban saber acerca de su depresión—. Tuve neumonía, pero ya estoy bien.

Contrario a su reticencia inicial, poco a poco fue entablando una conversación tranquila con sus padres. Ellos le preguntaron cómo había pasado su internación, si todavía estaba en tratamiento, cuánto tiempo debía estar en reposo y muchas cosas más. Aunque era algo extraña la situación, Hyukjae no pudo evitar sentirse un tanto regocijado. El interés y la preocupación que demostraban sus padres por su salud era algo grato después de todo. Hyukjae se sintió querido, y aunque quiso hacerse el duro, la sensación le agradó.

La espera de Hyukjae [FINALIZADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora