Extra: del Super Show y ellos tres.

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Un mes después...


Hyukjae dio un par de saltitos en su lugar. Estiró su cuello en todos los ángulos posibles. Llenó sus pulmones lentamente y exhaló fijando su vista en aquel escenario que tenía a escasos metros. Era increíble como el tiempo había pasado. Hoy en día se encontraba palpitando un Super Show, un concierto que daría inicio a una gira mundial.  Su corazón no podía latir más desbocado de lo que ya lo hacía. Más allá de la oscuridad del escenario, se podía escuchar el murmullo de miles de fans. 

Hyukjae estaba un tanto intranquilo por la respuesta del público. Se sentía inseguro, nervioso. Sin embargo, también estaba muy feliz de estar de regreso. Ese día iba a subirse al escenario con sus compañeros de banda. El sueño de su juventud, ese que se forjó en sus días de aprendiz junto a sus compañeros, volvía a brillar en su pecho como una estrella. Hyukjae se sentía un soñador.   


—¿Nervioso? —preguntó Donghae, llegando a un lado suyo. 


Ahí estaba su hermoso novio, quien le devolvió el deseo de soñar. Éste envolvió un brazo alrededor de sus hombros, mirándolo a los ojos con la más dulce de las sonrisas. Hyukjae se apoyó en su cuerpo, sintiéndose reconfortado en su calor.


—Sí, un poco —una risita nerviosa escapó de sus labios—. Espero que no me lancen tomates si me equivoco.   

—Nada de eso —aseguró Donghae estrechándolo fuerte—. El público te ama, mucho —depositó un beso sonoro sobre la mejilla de Hyukjae—. Ya verás cuánto te quieren.  


Ese aire misterioso...


—¿Qué? ¿Acaso sabes algo que yo no sé? —Donghae ignoró sus preguntas y se escabulló entre risas hasta el frente de la formación del grupo—. ¡Yah, Donghae, vuelve aquí!  


Hyukjae resopló, sintiendo una curiosidad difícil de aplacar. Quiso llegar hasta su novio y sacarle lo que sabía, pero el director del show llegó y les instó a tomar sus lugares.

Bajo el manto de oscuridad, salieron al escenario. Un océano de luces azules fue formado por las miles de fans que asistían al concierto. Éstas gritaron eufóricas al reconocer sus siluetas.

La música, las luces del escenario, se encendieron y el show comenzó.

Comenzaron la performance cantando Mr Simple. A ésta le siguieron Bonamana y Sorry Sorry.

Cuando terminaron el primer bloque de canciones y debían presentarse, unas luces rosadas comenzaron a encenderse entre el público, en la zona de los asientos. Luces pequeñas, que no pertenecían a la consola de luces del estadio, sino a las fans. Al principio, fue desorden, pero con el paso de los segundos, éstas fueron tomando sentido transformándose en palabras. Sin embargo, Hyukjae no entendía nada. Una palmada en su hombro, y al voltearse distinguió a Donghae sonriéndole todo feliz. 


—¿Qué está pasando? —preguntó Hyukjae confundido. 


Al parecer, Donghae sabía algo, y sus compañeros también, porque ellos sonreían y observaban a Hyukjae como esperando su reacción.  


—Observa —le dijo Donghae por toda respuesta, señalando a lo lejos. 


Entonces Hyukjae distinguió la frase finalmente formada. Las luces rosadas iban de un extremo del estadio hasta el otro, haciendo contraste con el océano azul. Al parecer, las fans habían hecho un regalo para él. 


"No hay otra persona en el mundo que ocupe tu lugar. Te extrañamos mucho, Eunhyuk oppa", 


Hyukjae mordió su labio inferior, conmovido. Las lágrimas sobrevinieron solas. Releyó la frase de luces rosadas y su corazón se llenó de emoción. Cubriendo su rostro con ambas manos, Hyukjae se largó a llorar sobre el escenario, frente a la ovación de las miles de fans. 


—Te dije que te aman —susurró Donghae mientras lo envolvía en un fuerte abrazo. 


Más brazos lo envolvieron y al final Hyukjae estaba encerrado en un abrazo grupal, sus amigos  susurrando palabras de cariño y su novio murmurando palabras de amor. 

Cuando Hyukjae pudo calmar un poco su llanto, agradeció a todos por semejante gesto de amor hacia él. 

Luego, el Show continuó.

Durante el apogeo de la presentación, Hyukjae tuvo que subirse a uno de los carritos que bordeaban la primera fila de la zona de los asientos. Estaba lanzando regalos autografiados al público cuando distinguió a tres personas sentadas en la zona central de la fila. Éstas sostenían luces azules también y las agitaban al ritmo de la música. Sus padres y su hermana eran esas personas. 

El contacto visual con ellos lo dejó atónito. Hyukjae no supo qué hacer. Cuando el carrito lo alejó paulatinamente, Hyukjae volvió a prestar atención al público que gritaba por él. Volvió a lo suyo y evitó pensar en su familia el resto de show. 

Cuando todo terminó y regresó al camerino, se encontró con un arreglo floral pequeño allí. La nota en la tarjeta decía que estaban orgullosos de él y que lamentaban no haber valorado a su hijo. Hyukjae reconoció la letra de su omma en ésta. Con un suspiro, la tarjeta se deslizó de entre sus dedos. Él no se molestó en levantarla.


—¿Cómo estás? —preguntó una voz que hacía su corazón latir apresurado. 


Donghae se asomó por la puerta, sonriente, con la mirada iluminada. Hyukjae fue hacia él necesitando uno de sus abrazos llenos de amor. Se sentía un poco afectado por ver a su familia así, tan repentinamente. El mensaje escrito de su madre no calmó su sentir. 

Donghae acarició su espalda mientras besaba su cabeza. Susurró palabras amorosas cuando notó que había algo más allí, algo que lo estaba afectando. Hyukjae se sintió seguro en sus brazos, pero también más sensible. Con Donghae no necesitaba hacerse el fuerte. Con Donghae podía dejar sus sentimientos y emociones fluir solas, sin control, y eso le hacía sentirse mejor. En esa ocasión, necesitaba mucho cariño, necesitaba un poco de consuelo aunque no sabía bien por qué. Donghae le dio eso y mucho más. 

Los encuentros repentinos con su familia se fueron sucediendo más adelante. En algún concierto, en algún programa, en algún evento público. Hyukjae los encontraba ahí, en la distancia. Si no era su hermana, eran sus padres. Sin embargo, nunca se acercó a ellos. Así mismo también fueron llegando presentes de vez en cuando a su casa de parte de ellos. No eran ni muy grandes ni muy costosos. Eran sencillos y siempre tenían una tarjeta cuyo contenido hacía pensar a Hyukjae. 

Hyukjae no sabía muy bien el motivo del acercamiento de ellos, tenía desconfianza y miedo a ser lastimado nuevamente. Sin embargo, Donghae estaba ahí, alentándole y recordándole que no estaba solo. 

Pasaron los meses. La gira mundial finalizó y Hyukjae hizo una llamada, siempre contando con el apoyo de Donghae. Fue junto a él que tuvo el valor de concertar una cita con su familia a la cual asistieron los dos juntos. Y habló con sus padres y su hermana, intentando recuperar de a poco ese lazo que habían perdido hacía mucho tiempo. 


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La espera de Hyukjae [FINALIZADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora