La espera de Hyukjae [FINALIZADO]

Capítulo 35: roles invertidos

Pero hoy simplemente deseo olvidar

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Hyukjae despertó por la mañana, tiritando y estremeciéndose por la temperatura gélida que reinaba en su habitación. Hacía un frío terrible, tanto que podía ver el vapor de su respiración condensarse en el aire. ¿Se habría descompuesto la calefacción? Hyukjae así lo creía. Buscando un poco de calor, se enrolló en los cobertores hasta cubrir su cabeza. Pudo dormitar unos minutos más así, pero el sueño se esfumó cuando las ganas de ir al baño emergieron. A pesar de que prefería no salir de la cama, no tuvo más remedio que levantarse.

Llegó sin dificultad hasta el armario, agradeciendo estar lo suficientemente despabilado para no caer al suelo, entonces fue consciente de la ausencia de cierta persona. Esa mañana no había un cuerpo cerca suyo, ni manos sujetándole la cintura para evitar caer. Echando un vistazo a su habitación, notó que Donghae no estaba allí. Le pareció extraño en un primer momento, pero después recordó lo que sucedía al observar el escritorio bloqueando la puerta de su habitación de lado a lado. Él mismo lo había colocado allí la noche anterior, buscando estar un momento solo. 

"Salí con Jessica porque pensé que olvidarías tus sentimientos por mí si me veías con una chica."

El solo recuerdo de sus palabras llegaron con un sabor amargo y una opresión en el pecho. Hyukjae negó con la cabeza, rehusándose a llorar. Donghae ya no le sacaría lágrimas, así lo decidió la noche anterior y así sería de ahora en adelante. Él no valía la pena. Donghae no merecía ni un pensamiento suyo, ni una palabra, ni un poco de respeto. Ni bien estuviera libre de tomar las riendas de su vida, Hyukjae iba a buscar otros horizontes, dejando a Donghae en el pasado para siempre.

Rápidamente se quitó el pijama y se vistió una camiseta de mangas largas, un buzo y un pantalón bien abrigador. Una vez resguardado del frío, Hyukjae empujó el escritorio a su lugar habitual y abrió la puerta de su habitación. Inmediatamente, dio un salto torpe hacia atrás cuando un bulto pesado cayó a sus pies.

—¡Mierda! —maldijo sobresaltado, tomándose el pecho. 

Iba a lanzar más improperios al aire, pero quedó repentinamente mudo cuando distinguió que Donghae era el bulto que yacía de espaldas a sus pies. ¡¿Qué hacía el idiota ahí?!

—Hyukjae —murmuró Donghae desde el piso con una voz adormilada mientras lo observaba a través de sus ojos entrecerrados. 

Hyukjae sintió el rechazo encenderse con tan solo mirarlo. Molesto, pasó por sobre él en dirección al baño.

—Quítate de mi puerta —le ordenó antes de encerrarse en el sanitario.

Sin embargo, cuando regresó, Donghae continuaba en el piso, dormido, con la mitad del cuerpo dentro de la habitación de Hyukjae y la otra mitad en el pasillo.

—¡Idiota, te dije que te largues! —le recordó dándole un leve puntapié en el brazo, pero Donghae no despertó—. ¡Hey, levántate! —Hyukjae lo zamarreó de la camiseta que llevaba, sin embargo, el otro no reaccionó—. ¡Que te quites! —exclamó exasperado, tirándole del brazo, entonces lo notó. La piel de Donghae estaba caliente, ardiendo.