La espera de Hyukjae [FINALIZADO]

Capítulo 34: granito de arena

Suelo sonreírle al mundo y llorar en mi corazón...

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—Sé que no te gusta que te inyecte, Hyukjae, pero en este momento estás muy alterado y necesitas la inyección.

Hyukjae estaba gritando y retorciéndose con fuerza mientras Donghae lo tenía inmovilizado contra el suelo. Minji bajó un poco el pantalón de Hyukjae y, tras limpiar la piel con un algodón, clavó la aguja larga e inyectó el medicamento. 

—No, por favor —rogó Hyukjae en un sollozo mientras lloraba impotente.

A Donghae se le llenaron los ojos de lágrimas al verlo en esa situación tan lamentable.  

Desde el momento en que despertó todo fue problemas. Donghae había abierto los ojos recibiendo su violenta furia. Cuando Hyukjae dejó de agredirlo, su aura furibunda se transformó en angustia y desconsuelo. Las lágrimas llegaron con un llanto desgarrador. Hyukjae sollozaba y parecía tan quebrado que Donghae no supo qué hacer. Llamó a Minji de inmediato pidiendo ayuda. La psiquiatra llegó poco después y al ver a Hyukjae tan angustiado decidió administrarle un sedante. Cuando Hyukjae lo escuchó, se resistió y todo fue un desastre desde allí. Donghae apenas pudo inmovilizarlo contra el suelo mientras Minji preparaba la medicación. 

—Se está calmando —dijo Donghae al notar que Hyukjae ya no luchaba por soltarse.

Observó cómo Hyukjae comenzaba a ralentizar su respiración agitada mientras sus brazos caían a los costados. Éste apoyó la cabeza contra el frío piso mientras sus pestañas batían con pesadez. A los pocos segundos, cayó profundamente dormido. 

—Hay que llevarlo a su cama—le ordenó Minji—. La medicación que le administré es fuerte por lo que dormirá el resto del día. Es más, seguramente mañana estará somnoliento también. 

Donghae asintió decaído, creyendo que eso era lo mejor para Hyukjae por el momento. Con la ayuda de Minji cargó al bailarín en los brazos y lo llevó a su habitación. En su corto trayecto, le fue inevitable notar lo liviano que era su cuerpo. Le sorprendía pensar que Hyukjae siendo tan delgado podía ser capaz de causar tanto daño físico. Prácticamente la habitación donde había dormido Donghae había quedado destruida cuando Hyukjae se resistió a recibir la inyección. Minji dijo que una persona fuera de sí era capaz de adquirir una fuerza extraordinaria en su arranque de ira. Lamentablemente, Donghae lo había comprendido en primera persona.

Una vez en la habitación de Hyukjae, Minji retiró los cobertores y Donghae lo recostó sobre la cama con mucho cuidado. Observó los pantalones gruesos que Hyukjae llevaba y pensó que sería muy incómodo descansar con eso puesto. Con cierta timidez y el rostro ruborizado, Donghae le retiró los pantalones y los calcetines antes de taparlo con los cobertores hasta el cuello. 

—Así estará más cómodo —le comentó apenado a la psiquiatra en caso de que ella estuviera pensando que era una especie de pervertido.