Capitulo 11: El secreto de Tara

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Nao

—¿Cuando llegaremos Karusa-sensei?—Pregunté por décima vez.

—Llegaremos cuando te hayas callado, Princesita—dijo Tori irritado.

—¡Basta!—Gritó el sensei—¡Y Tara deja de pensar que eres un oso panda y camina normal!

Tara ha estado actuando más loca de lo normal y creo que Tori ya se dio cuenta. Hoy en la mañana me pregunto si le pasó algo a Tara mientras no estaban y no supe qué responder.

—¡Sensei falta mucho!—Dije cansada.

—Estamos cerca, muy cerca solo espera un poco más— Dijo.

Caminamos media hora más. Hasta que por fin llegamos al país del té. Fuimos recibidos por los sirvientes del señor de Feudal que también estaban allí.

—Que bueno que ya están aquí, estuvimos esperándolos—Dijo uno de los sirvientes.

—Lamentamos la demora—Hablo Karusa con una sonrisa extraña.

—No se preocupen. Pasen el señor feudal los está esperando—Habló de nuevo el sirviente que tenía una voz extraña.

Seguimos a los sirvientes hasta donde se encontraba el señor feudal.

Tori me tocó el hombro y siguió caminando. En ese momento me percate que Tara no está. Me acerque a Tori.

—¿Dónde está?—Pregunté en susurro.

—No lo sé—Dijo en susurro—El sensei también se dio cuenta.

—Señor...Ya están aquí—Dijo el sirviente.

—Que pasen Haroto—Respondió el señor Feudal seguida de una risa.

Entramos a la habitación donde estaba el señor feudal junto con su familia.

—Creí el Hokage me mandaría shinobis más capacitados y no lo digo por ti querido Karusa-Dijo el señor feudal con una risita.

—Le puede asegurar que estos chicos están capacitados para esta misión.

—Si tu lo dices Karusa, entonces me alegra que Sarutobi me haya enviado a personas tan capacitadas para resguardar mi seguridad ¡Que gratificante!—Volvió a reír.

Que persona más extraña el feudal.

La familia del feudal estaba sentada comiendo un poco de pastel. La esposa era una mujer gorda que tenía en su regazo a un pobre gato con expresión de ayuda, las dos hijas eran muy distintas solo una de ellas se parecía a su padre la otra era totalmente diferente tenía el cabello platinado, ojos azules y piel clara.

—Supongo que sabrán el peligro en el que estoy.

—Si... Digame señor Feudal cuando quiere que regresemos al país del fuego.

Una de las hijas se levantó y pidió permiso para hablar.

—Mañana mismo padre estoy realmente aburrida—Dijo la hija del feudal con expresión cansada.

—Si así lo quiere una de mis hija mañana mismo partiremos—Dijo y volvió a reír.

El sensei se levantó para retirarse. Yo también lo hice al igual que Tori quien tenía la mirada puesta en una de las hijas del feudal.

—Nosotros nos retiramos, iremos alistar algunas cosas—Informó Karusa sensei.

—Está bien Karusa, pero antes déjame presentar a mis hijas—dijo el feudal riendo.

La hermana de NarutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora