Capítulo 42. "Realmente creer o no hacerlo"

5.4K 428 24
                                    

♦ "Realmente creer o no hacerlo"

Me encuentro recargada en el cabecero de la cama pensando en cualquier cosa por muy pequeña que sea para entretenerme y no morir de aburrición.

Veía todo a través de esa pantalla gigante que tenía delante, pero se acababa la acción cuando todos desaparecían de escena. Daniel se había ido a buscar mis "pistas" o lo que sea, pero antes de que se fuera le hice jurar que no iba a dar ni una sola dirección hacia mí y lo prometió, pero pese a que me pese y con todas las situaciones que pasaba, yo ya no confiaba en nada aunque, había algo en él que me hacía creerle.

Bien, ahora si necesitaba una buena bofetada que me partiera la cara en dos.

Yo no podía llegar a este extremo, no podía caer tan bajo como para confiar en el enemigo y entonces, ¿por qué lo hacía? ¿Por qué estaba dispuesta a confiar ciegamente en él? Por estúpida, claro. Pero uno elije a las personas con las que se relaciona y yo no elegía bien a nadie, creía conocer la gente que me rodeaba cuando ni siquiera sabía de donde venían, me hacían creer cosas falsas, cosas ilusas, cosas que no eran ciertas. Y confiando en Daniel me iba a arriesgar a todo y contemplando mi situación yo necesitaba confiar en alguien porque me hacía falta, porque debía hacerme falta.

Nunca fui bien bienvenida a este oscuro lado de la vida, tal vez era porque no pertenecía aquí, tal vez era porque no tenía nada que hacer aquí, pero uno puede adaptarse cuando pasa el tiempo y yo dejaba que pasara y que los días se hicieran minutos y los años segundos y lo único que pasaba era mi tiempo y con ello cosas horribles que no debería de haber visto jamás, así que tenía que salir de alguna forma de esto, tenía que acabar con todo de una vez, con todo y con todos. Según decía que estaba harta y cansada de todo esto, pero ¿por qué no hacía nada? Si de verdad me encontraba a la deriva, ¿por qué quedarme aquí sentada haciendo nada? Esa era mi definición de absolutamente no lo sé y no lo sabía.

 — ¿En qué piensas? —Daniel entra todo campante a la habitación, como si de algo normal se tratara.

—En nada.

—Estar con la mirada hacia ningún lado en particular es pensar en algo.

—No, no siempre es eso.

Se encoge de hombros. —Si no quieres hablar de ello entonces no lo haremos —se da por vencido.

—De todos modos no iba a hablar de nada contigo —refunfuño viéndolo directamente.

— ¿Quieres apostar? 

—No —una sonrisa burlona surca su rostro. 

—Buena elección —afirma.

Lo curiosidad me mata, sé que no debería pensar en ellos porque me habían traicionado de alguna manera, me habían mentido como si no les fuera nada, pero no iba a ser igual.

—Y... que sabes de ellos... —me mira con las cejas alzadas. —Tu dijiste que se dirigían al norte, ¿siguen ahí?

—Elizabeth, mentí —su expresión es seria. —Trina y Rodrigo siguen aquí, no se han ido a ninguna parte. —hago una mueca de dolor cuando el collarín me lastima.

—Eso espero —aprieto los dientes. —No quisiera enterrarme de otra cosa.

—No lo harás — niega con la cabeza. 

— ¿Por qué? —suelto. — ¿Por qué a mí me dices una cosa y a los demás otras? ¿Por qué me ayudas? ¿Por qué me sigues cuando no tiene que ser así? ¿Por qué no me dejaste en paz? 

FugitivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora