Toco el timbre de mi departamento, no sé qué diablos me pasó esta mañana que olvidé las llaves. Ronan abre la puerta con una pequeña bermuda azul puesta y con el cabello mojado.
-Hola, preciosa - me da un pequeño pico en los labios y sonrío.
-Hola, Ro - entro al departamento y me dejo caer en el sofá.
-¿Cansada? - se sienta a mi lado con una sonrisa.
-Mucho, necesito hacer algo divertido - me sonríe con picardía.
-Yo sé de algo muy divertido, podemos hacerlo, si quieres - me quedo en silencio un momento.
Este chico siempre dice algo con doble sentido, no me sorprendería que ahora mismo se estuviese refiriendo a otra cosa.
-¡Hey! - golpeo su brazo ante su insistencia de mover sus cejas de arriba a abajo.
-¡Auch! Me refiero a que podemos ir por un helado, no es lo que tu mente sucia está pensando, aunque si quieres también podemos hacerlo - ríe ante mi cara de horror.
-No pensé nada sucio, yo no pienso en esas cosas - le miento con una sonrisa.
-Já, estoy un 99% seguro de que eres igual, o incluso más pervertida de lo que soy yo.
-¿Y el 1% restante? - le pregunto con una mueca.
-Ese es de que eres virgen, aunque con ese trasero lo dudo - reímos y después le sonrío.
-Hay que ir por ese helado, pero tú pagas - me levanto del sofá.
-¿Tendremos una cita? - su pregunta me hace mirarlo a los ojos.
-Supongo.
-Dale, iré a vestirme, ahora te veo.
Me voy hasta mi habitación y empiezo a quitarme el vestido de esta mañana para cambiarlo por algo más casual. Decido ponerme unos jeans de mezclilla, una camisa negra y unos tenis negros. Salgo de mi habitación y veo que Ronan está vestido con algo muy similar a lo que yo me puse y que huele a ese perfume varonil que tanto me gusta.
-Vámonos - salgo del piso con algo de entusiasmo y noto la sonrisa divertida en el rostro del chico.
Subimos al auto y empiezo a conducir hasta el centro comercial, que es ahí donde está una de las mejores heladerías de la cuidad.
-Oye, Grace, ¿como te va en el amor? - su pregunta me toma desprevenida como por millonésima vez desde que lo conozco.
-Digamos que no me va tan bien, pero tengo salud y eso es lo que más importa, ¿y a ti? - suelta una armoniosa carcajada y sonrío.
-No me puedo quejar, desde que iba al instituto he traído a todas las chicas detrás de mí. Es que soy tan irresistible - pongo los ojos en blanco con diversión.
-Como usted diga, Mr. Ego.
Se queda mirando por la ventana unos segundos y luego voltea rápidamente hacia mí.
-A ver, quiero que describas a tu hombre ideal.
Me lo pienso unos segundos antes de hablar.
-Bueno, obviamente me gustan los chicos atractivos, pero creo que lo que más importa es que sea honesto, trabajador, y de bonitos sentimientos. Por lo menos yo me fijo en eso - lo miro unos segundos antes de volver la vista al frente y veo que está contando con los dedos.
-Qué suerte tienes, preciosa - sonríe arrogantemente y frunzo el ceño.
-¿Porqué?
-Porque yo cuento con todos tus requisitos y tengo una cualidad extra - niego divertida.
-¿Y cuál es?
-Pues conmigo vas a poder tener sexo las veces que quieras y cuando quieras, nadie te ofrece eso junto con todos tus requisitos, solo yo.
-¿Es que acaso siempre piensas en tener sexo? - le pregunto con una sonrisa.
-La mayoría del tiempo sí, pero también pienso en comida - suelto una pequeña risa y busco un lugar para estacionar el auto.
Cuando lo dejo bien aparcado nos bajamos y empezamos a caminar por los pasillos atestados de personas. Llegamos a la heladería y nos sentamos en una de las mesas para esperar por nuestros helados. El camarero nos trae nuestras copas de helado, el de Ronan era de vainilla y el mío de chocolate.
Se lleva la galleta a la boca y seductoramente me pregunta:
-¿Entonces no eres virgen?
Le doy una patada por debajo de la mesa y hace una mueca de dolor.
-Cállate, alguien puede escucharte - sonríe con malicia.
-Prometo no hablar del tema con una condición.
-No, presiento que tus condiciones no son lindas.
-Bueno, entonces prepárate para otras tres horas de charla sexual - le da una cucharada a su helado.
-¡Bien! ¿Cuál es la condición?
-Quiero un beso en los labios, pero que esté más intenso que los que nos dimos hace una semana.
Niego repetidas veces.
-Estás loco, no te daré nada - levanta las cejas fingiendo estar sorprendido.
-Entonces te lo daré yo - hace nuestros aperitivos a un lado y me toma del cuello para impactar sus labios con los míos.
El sabor a vainilla y chocolate creaba un sabor espectacular. Su lengua invade mi cavidad bucal en unos segundos y empieza a jugar con la mía. Paso mis brazos por su cuello y lo atraigo hacia mí un poco más. Muerde mi labio inferior y se separa bruscamente.
-Ves, admite que morías por besarme también - no le contesto pero igual seguimos comiendo de nuestros helados.
Cuando los terminamos Ronan va a la caja y le paga a la cajera. Pone su mano en mi espalda baja y caminamos juntos hasta unas bancas que están ahí con vista a la ciudad. Me sonríe con dulzura y acaricia mi mejilla.
-¿Sabes algo, Grace?
-¿Qué cosa? - pregunto con mi vista en sus hermosos ojos azules.
-Tú eres como el fruto prohibido que todos quieren probar, pero solo pocos pueden hacerlo - le sonrío con sinceridad.
-Ronan, no me digas esas cosas, no sé como responder o como reaccionar - pongo mi frente contra su hombro para ocultar el rubor de mis mejillas.
Nunca me sonrojo con nadie, no sé qué carajos me sucede ahora.
-Preciosa, no tienes que responder nada, sólo bésame - levanto mi cabeza y pongo mis manos en su cuello.
Lentamente me voy acercando a él, hasta unir nuestros labios. Esta vez es un beso dulce, pausado, algo que se siente muy bien, como una sensación nueva. Sus manos acarician mi cintura y yo me aferro más a su cuello, como no queriendo alejarnos.
Nos separamos y paso mis brazos por su cintura, juntándonos en un abrazo.
Bueno, para ser esta nuestra primera cita todo salió muy bien, espero haya más momentos así.
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Aww, que lindos, súper cursis. :3
Voten y comenten si les gustó el cap, quiero que lleguemos a más de diez votos, sé que podemos lograrlo.
Las amo, preciosas. Ya nos leemos.
¡Besos!
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Tentación criminal #1
RomanceGrace Allen ha demostrado ser una de las mejores abogadas de todo el país, consiguiendo dejar en libertad a muchas personas a pesar de todo lo que se les acusa. En un buen momento de su carrera, se ve obligada a demostrar su astucia y capacidad en u...