Capítulo 7.

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Salgo de mi habitación con solo un camisón puesto, han de ser como las 12 del medio día y apenas acabo de despertar. No me culpen, merezco un descanso después de trabajar tanto.

Entro a la cocina y empiezo a prepararme un café, enchufando la cafetera para que quede bien caliente. Tocan el timbre y veo mi camisón gris a la mitad de mis muslos y de la parte de arriba sin sujetador, pero afortunadamente nada se ve. Abro la puerta y veo a Michael del otro lado, el chico con que llevo saliendo como 'amigos' desde hace un par de meses.

-Hola, Grace - su voz parece algo temerosa, como si me quisiera decir algo más.

-Michael, no te esperaba, me has encontrado desarreglada - niega con una pequeña sonrisa.

-Vine porque creo que tenemos que hablar.

Oh, no. Esto me huele a que algo está mal.

-Pues pasa entonces - me hago a un lado pero él se queda parado afuera.

-Grace, tengo que decirte que conocí a alguien más, y la paso muy bien con ella. Yo sé que nosotros estábamos empezando algo, pero estoy muy confundido.

Me quedo como en shock, tratando de analizar lo que me ha dicho. Justo cuando estoy por responder habla una voz a mis espaldas:

-Preciosa, que bien que has hecho café, estoy hambriento - Ronan aparece por el living con sólo el bóxer negro puesto y nos mira unos segundos para después irse a la cocina.

Michael me mira como con asco.

-Vaya, yo tratando de explicarte las cosas como son y tú revolcándote con otro. Menuda cualquiera, no me lo esperaba de ti. Bien dicen que las apariencias engañan, hasta nunca, Grace.

Las lágrimas empiezan a bajar por mis mejillas y corro hasta mi habitación. No puedo creer que Michael me haya dicho todas esas cosas, mucho menos que tuvo el descaro de meterse con otra chica y encima me tache de cualquiera. Sigo llorando debajo de las sábanas, no creí que recién despertando me iba sentir tan mal.

Tocan la puerta de mi habitación, sé que es Ronan, no creo que Michael se haya devuelto.

-¡Necesito estar sola, vete y no molestes! - grito aún tapada de pies a cabeza con la sábana.

Por un momento creí que me había hecho caso, pero lo descarté al sentir la cama hundirse con la presencia de Ronan.

-Grace, ¿qué pasó? - su voz seria me sorprende un poco, él nunca es serio con nada.

Me destapo hasta la cintura y lo veo a los ojos. Realmente parece dispuesto a escucharme, y yo necesito hablar con alguien.

-El chico que estaba en la puerta era como mi futuro novio, prácticamente acaba de terminarme y decirme zorra en la cara. Me siento de la mierda.

-Espera... ¿el idiota ese te dijo zorra? Dame la dirección de su casa y yo me encargo de patearle el trasero.

-¡Ronan! Esto es serio, se supone que deberías darme palabras de aliento, no ofrecerte a golpear a Michael.

-No se me da eso de los discursos motivacionales, pero solo puedo decirte algo - me mira a los ojos y sostengo su mirada.

-¿Qué cosa?

-Preciosa, no debes hacerle caso a las estupideces de ese marica ni a las de otras personas, hay miles de chicos que darían lo que fuera por tener una novia como tú, así que olvídate de él y sigue adelante.

Me sonríe dulcemente y limpia mis mejillas mojadas con sus pulgares.

-Gracias, ¿puedes darme un abrazo? - le digo y asiente.

Sus brazos me envuelven y pongo mi cabeza en su pecho desnudo, increíblemente aún está solo en bóxer. Estar así con él me hacía sentir una seguridad y una fortaleza como nunca la había sentido. Pongo mis manos alrededor se su cintura, apretujándolo más contra mí.

-Diablos, ¿no llevas sujetador? - lo fulmino con la mirada y ríe.

-Mueve tu mano de ahí, ¿quieres? - quita su mano de uno de mis pechos y vuelve a sonreír con dulzura.

-No quiero que vuelvas a llorar, estoy seguro que mañana no querrás amanecer como un mapache drogado.

-Nunca he visto a un mapache drogado - le digo con una mueca.

-Yo tampoco, pero seguramente son feos - reímos.

-Gracias por escucharme y levantarme el ánimo, Ronan.

-No es nada, iré a servir el café en dos tazas y enseguida vuelvo para que veamos un maratón de películas juntos, ¿vale? - deja un beso en mi frente y se pone de pie.

-Vale, en la alacena hay galletas de mantequilla, mientras veré qué películas podemos ver - asiente y sale de la habitación con una sonrisa.

Veo varias de amor pero las ignoro de inmediato, hay unas cuantas de terror y otras de comedia, rápidamente me voy por las de terror. Ronan entra con el café y las galletas en manos y se mete a la cama conmigo. Y así nos sometemos a poco más de cinco horas a ver las películas. Al terminar la última el chico me mira y le sonrío.

-¿Qué quieres hacer ahora? - pregunto y él sonríe.

-¿Realmente quieres saberlo? - contraataca ensanchando su sonrisa.

-Obviamente, si no, pues no hubiera preguntado - le sonrío también.

-Ahora mismo quiero besarte - su mirada baja a mis labios y yo hago lo mismo. Se ven tan apetecibles.

-Pues entonces hazlo - le contesto con un poco de pena.

Ladea su cabeza hacia la izquierda y estampa sus labios contra los míos. Percibo el sabor a café entre el beso y dejo pasar a su insistente lengua para que se encuentre con la mía. Sus manos van hacia mi cintura y pongo las mías en su cuello. Nos separamos un poco para tomar aire y me sonríe con sus labios hinchados.

-Después de este beso no me voy a contener más, ¿lo entiendes? - con cada palabra que dice sus labios rozan con los míos.

-No quiero que te contengas, Ronan - justo cuando termino de hablar vuelve a besarme intensamente, y yo claramente le correspondo el beso.

Así pasamos nuestra tarde, besándonos hasta que nos falta el aire y sintiendo la presencia del otro.

Porque lo que dijo Ronan acerca de contenerse también va ser imposible para mí, y juntos vamos a sobrepasar los límites.








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Intenso capítulo 7n7

Voten y cometen, preciosas, sin miedo.

También quisiera saber sus edades y el país de donde son. Yo tengo casi 16 años y soy de México.

Ya las leo. xD

¡Besos!




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