Capítulo 12.

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Termino de ponerme el short y voy a la cocina por un vaso de agua. Hoy fue un día muy pesado en la oficina, llegué tan cansada que ni siquiera he saludado a Ronan. Después de refrescar un poco mi garganta, toco la puerta de la recámara de mi compañero de piso. Se escucha un balbuceo desde adentro y abro la puerta para adentrarme.

Ronan está recostado en la cama con el rostro pálido y tapado con las sábanas.

-¿Ro?¿Estás bien? - rápidamente me acerco hasta su cama y me siento al borde.

-Sí, tranquila, sólo es algo de fiebre - su voz se escuchaba algo apagada. Pongo mi mano sobre su frente y efectivamente, tiene muy alta la temperatura.

-Iré por algo para que se te baje, ya vuelvo - asiente y voy hasta la cocina.

Tomo una bandeja con agua fría, unas cuantas franelas, y una aspirina junto con un vaso de agua. Vuelvo a la habitación y le entrego la pastilla, enseguida se la pasa. Exprimo uno de los trapos y lo pongo en su frente.

-Gracias por hacer esto, preciosa - acaricia mi mejilla y le sonrío.

-No es nada, lo importante es que te recuperes - sonríe a medias y lo sigo atendiendo hasta que la fiebre baja.

Ya se ve mucho mejor, comparado con el aspecto que tenía antes.

-Grace, ¿puedes acercarte un poco? - asiento algo confundida y lo hago.

Me observa con sus hermosos ojos zafiro y entonces me besa. Cierro los ojos para disfrutar del contacto y su lengua pasa por mi labio inferior, pidiendo que la deje pasar, y obviamente lo hago. Me toma de la cintura y quedo sentada sobre su abdomen, aún sin romper el beso. Muerdo su labio inferior y gruñe.

-A la mierda el autocontrol - dice y sin previo aviso nos da la vuelta en la cama.

Sus manos recorren cada centímetro de mi cuerpo mientras nos besamos, haciendo que nuestros cuerpos pidan para más. Enredo mis dedos en su cabello y doy un ligero tirón al sentir a su amigo sobre mi entrepierna. Busco el borde de su playera, al tenerlo entre mis manos tiro de ella y la lanzo a cualquier parte de la habitación.
Repaso su abdomen con mis dedos mientras él intenta quitar el broche de mi sujetador, y digo sujetador porque ni me he dado cuenta en qué momento desapareció mi blusa.

-Mierda... - le oigo murmurar en mi oído y suelto una risita. Después de unos segundos más de lucha, logra desabrocharlo y lo avienta hasta que se estrella en la pared.

Baja sus besos por mi cuello y luego hacia mis pechos. Donde empieza a chupar, morder y lamer, haciéndome gemir de placer. Baja mi short y mis bragas, dejándome totalmente expuesta ante él. Abre un poco mis piernas y se arrodilla a la altura de mi entrepierna, pasando su lengua por mi punto más sensible, haciendo que me retuersa de placer sobre la cama.
Me mira a los ojos y le lanzo una mirada cargada de súplica, súplica por tenerlo dentro de mí cuanto antes.

Toma el elástico de su bóxer y tira de él hacia abajo, liberando a su ya erecto miembro. Queda frente a mis ojos en toda su gloria, muerdo mi labio inferior con deseo y asiento en su dirección. Va en busca de un preservativo y cuando lo tiene entre sus manos, rasga el aluminio con sus dientes y con una agilidad impresionante se pone la cubierta de látex. Jala mis piernas hasta dejarme al borde de la cama y roza su virilidad en mi centro, haciéndome gemir nuevamente.

-Joder, hazlo ya, por favor - le digo mientras agarro la sábana entre mis manos.

-Vamos, Grace, dime qué quieres - vuelve a rozarse contra mí y cierro los ojos un momento.

-Fóllame, Ronan, hazlo - muestra una sonrisa victoriosa.

-Tus deseos son órdenes para mí, preciosa - su voz ronca y deseosa hace que me excite aún más, y eso si se puede estar más excitada que ahora.

Se acerca para besarme y le correspondo con rapidez, introduciendo mi lengua en su boca, yendo al encuentro con la suya. Y así sin más, se adentra en mí de un solo golpe, provocando un grito de mi parte sobre sus labios. Empieza a entrar y salir de mí con experiencia, y yo levanto mis caderas para sentirlo lo más que se pueda. Masajea uno de mis pechos mientras movemos nuestras caderas en un vaivén y en la habitación sólo se escucha el sonido que hacen nuestros cuerpos al juntarse y los gemidos que ambos soltamos de vez en cuando.

Adentro, afuera, más adentro, afuera nuevamente. Seguimos disfrutando un poco más, eso hasta que empiezo a sentir los espasmos del orgasmo que se avecina.

-Venga, preciosa. Quiero que te vengas, hazlo, cariño - murmura viéndome a los ojos.

Empieza a ir más rápido y siento mi cuerpo temblar, ya estoy cerca de alcanzar ese orgasmo.

-¡Ronan! - grito con deseo cuando siento su miembro en lo más profundo de mí.

Mi cuerpo estalla en mil fragmentos de placer, sintiéndose lleno, complacido. Sus movimientos se vuelven algo desequilibrados y sé que está a punto de venirse también. Gruñe mi nombre con lujuria palpando en su voz y entonces llega a su liberación, dejándose caer sobre mí. Duramos unos minutos intentando recuperarnos, con nuestros cuerpos sudados, las respiraciones aceleradas y nuestro sistema pasando por un éxtasis muy placentero. Sale de mí y se deshace del preservativo usado, tirándolo en el bote de basura.

Sus mejillas están algo sonrosadas, su cabello apuntando hacia todas partes y esa sonrisa complacida en su rostro, logrando que se vea más jodidamente caliente de lo que ya es. En cambio yo, seguro soy un desastre, pero qué más da.

Nos metemos debajo de las mantas y me recuesto en su pecho, sintiendo como mi cuerpo se relaja al tenerlo cerca. Sus manos me rodean y acaricia mi espalda lentamente.

-Eres una diosa, Allen - sonrío sobre su pecho.

-Bueno, estar contigo es mejor que el jodido paraíso, Davis - sonríe también e impacta sus labios con los míos.

Su beso dice muchas cosas que realmente no hace falta expresarlas con palabras, simplemente con ese roce tan dulce y esas caricias delicadas lo dice todo. Me aseguro de corresponderle de igual manera, para que ambos podamos sentir todas esas cosas inexplicables.

Se separa un poco, dejando nuestras frentes unidas.

-Descansa, preciosa - dejo un pico sobre sus labios y vuelvo a recostarme sobre su pecho, escuchando los acelerados latidos de su corazón.

-Tú también, Ro - besa castamente mi frente y sus brazos se aferran a mi cintura.

Y así es como ambos nos quedamos dormidos, sabiendo que después de lo que acaba de pasar se vendrán muchísimas cosas más, cosas que en estos momentos no nos importa saber.









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¡Woola!

Primero que nada les pido una gran disculpa a todas ustedes, que siempre actualizo diario, pero realmente ayer no pude porque estuve ocupada con mi family. ^_^

Volviendo a lo otro... ¡Amé escribir este capítulo! Espero que también les haya encantado, no se olviden de votar y comentar, porque ya no lo están haciendo y a me interesa saber sus opiniones, reacciones y todo.

Las amo con todo mi heart. Ahora me iré a dormir porque soy una niña buena y porque ya son las 12 de la madrugada. xD

¡Besos!





Tentación criminal #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora