Capítulo 32.

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Balanceo mi mano junto con la de Ronan mientras caminamos por la acera.

-Descargué una receta por internet, la prepararé para la cena, ¿te parece? - ríe pero asiente.

-¿Desde cuando te volviste tan hogareña? - suelto una risita.

-Desde que estoy contigo, bobo.

Me abraza a mitad de la calle con una sonrisa. Mi cabeza queda sobre su pecho, por lo que puedo oír los latidos acelerados de su corazón. Tomo su rostro entre mis manos y lentamente me acerco para besarlo. Sus besos son simplemente los mejores del mundo, tan dulces, apasionados y delicados al mismo tiempo.

Nos separamos y seguimos caminando hasta el departamento. Hoy, como todos los días, pasó por mí al despacho y nos hemos vuelto caminando a casa. La verdad me gusta estar así con él, pasando más tiempo juntos, disfrutando de la compañía del otro. Sonríe y aprieta mi mano.

-¿Sabes algo? Me gusta que seas así, que te preocupes por cuidar la casa y mantenernos bien. Me hace imaginarte en un futuro, cuidando a nuestros hijos, haciendo la comida, esperando por mí - lo abrazo por la cintura mientras el ascensor sube.

-Suena muy genial, pero para que eso pase tendrías que dejar esos negocios sucios en que estás metido. Y bien sabes que no me gusta darte órdenes ni nada, tampoco pretendo hacerlo, pero no me gusta que trabajes en eso, me pone de los nervios porque es algo peligroso - deja un beso en mi frente.

-Tranquila, ya estoy viendo opciones para dejarlo todo, porque quiero un futuro contigo, Allen.

-Luego dices que no quieres compromisos y ya me hablas de una vida juntos, ¿quién es el bipolar ahora? - pone los ojos en blanco.

-Siempre arruinando los momentos cursis, Grace. Bonita costumbre.

Salimos del espacio entre risas, abre la puerta con su juego de llaves y nos quedamos congelados al ver el interior del departamento.

-Mierda... - murmura Ronan antes de entrar.

Todo está hecho un desastre prácticamente. Los sofás volteados a cada lado de la habitación, la televisión quebrada en el piso, las demás cosas tiradas también. Las habitaciones y la cocina en las mismas condiciones. Y justo detrás de la cabecera de mi cama está escrita la frase 'Este es el comienzo apenas, preciosos'.

Las lágrimas empiezan a bajar por mis mejillas, así que me siento en la orilla de la cama y escondo mi rostro entre mis manos.

-Muñeca, tranquilízate, todo estará bien, mi amor - se arrodilla frente a mí, tomando mis manos.

-Ronan, conseguir este apartamento hace varios años fue lo más difícil que he hecho, tuve que trabajar y esforzarme muchísimo por tenerlo. Y ahora, verlo hecho trizas me pone muy triste, ¿qué mierda le hice yo a esa estúpida para que me haga esto? - le digo, limpiando mis mejillas.

-Lo material es lo de menos, nuestras familias, tú y yo estamos bien, y eso es lo que verdaderamente importa.

Asiento cautelosamente.

-Lo sé, pero igual no puedo evitar sentirme mal al ver este desastre, es mi hogar después de todo.

Me abraza unos segundos y luego se aparta.

-Iré a solucionar esta maldita situación de una vez por todas, no me gusta verte mal, no lo mereces, preciosa.

Sale de mi habitación y lo sigo a pasos rápidos.

Tentación criminal #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora