Extra 3.

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-Y aquí con Dios como testigo, yo los declaro marido y mujer - todos en la iglesia aplauden luego de las palabras del sacerdote.

Mis ojos se llenan de lágrimas al ver la enorme sonrisa que tiene Ronan en los labios, esa sonrisa que me derrite en cada segundo y que me descontrola los sentidos. Su mano acaricia mi mejilla, seguido se acerca para besar mis labios. Le correspondo el beso rápidamente, la dulzura y delicadeza que éste transmite es maravillosa.

-Vamos afuera, una gran fiesta nos espera - río un poco.

-Es lo que más te importa, ¿cierto?

-De cierta forma, aunque el banquete y el dj también son importantes - contesta con algo de diversión.

Al salir nos lanzan pétalos de rosa, aplaudiendo y coreando nuestros nombres.

-¡Beso, beso, beso! - gritan todos.

Ni siquiera dudamos, simplemente nos besamos frente a los demás. Luego de las felicitaciones y los abrazos decidimos irnos para el salón de fiestas que rentamos. El lugar se encuentra perfectamente adornado de colores dorados y blancos; cuenta con pista de baile, jardín, piscina y juegos infantiles. Al llegar todos los invitados ordenamos que empiecen a servir la merienda; la comida italiana se ha vuelvo la favorita de mi familia durante muchos años y ahora la de Ronan también.

-¡Dios, me divorcio de ti y me caso con este platillo! - suelto una carcajada al escuchar semejante exageración.

-Cállate, puedo dejar que este platillo sea tu amante si quieres, siempre y cuando seamos los únicos en tu vida - asiente con rapidez.

-Acepto, pero debo confesar que cuando me hablas de amor y de comida al mismo tiempo me dan ganas de comerte también.

Lo miro con algo de perversión.

-Esta noche soy yo la que va comerte bañado de chocolate, bebé - reímos.

Luego de terminar de comer me levanto para ir a saludar a otras personas que invitamos, también aprovecho para charlar un poco con mi madre.

-No sabes lo feliz que me hace el que hayas encontrado a un hombre tan maravilloso como Ronan, hija - le doy un apretón a su mano.

-Gracias, mamá, aunque no pienses que me olvido de que aún te atrae - ríe levemente.

La dejo con mi cuñada Paula, mientras me voy por Ronan para que demos nuestro discurso antes de que empiece la música. Le pido al chico un par de micrófonos, luego llamamos la atención de todos al centro de la pista.

-Hola a todos, sólo queremos agradecerles por estar aquí con nosotros en este día tan importante, cada uno de ustedes a formado y seguirán formando parte de nuestra vida.

Veo al chico a mi lado para que siga.

-Hemos pasado por demasiadas cosas alrededor de nuestra relación, situaciones que quizá nos hubieran obligado a terminar, pero aprendimos a superarlas. Es por eso que decidimos unir nuestras vidas para siempre, ustedes son testigos de ello y estamos muy agradecidos porque están aquí acompañándonos.

Todos aplauden, sonreímos a la par y caminamos por el jardín para que el dj ponga algo de música. Un pequeño columpio para dos personas se encuentra al borde de la piscina, nos guío hasta él para sentarnos.

-Estoy tan feliz, ahora soy la señora Davis - murmuro.

Pasa uno de sus brazos por mi espalda, besando mi mejilla al mismo tiempo.

-¿Sabes quien soy yo? - pregunta naturalmente.

-¿Quién?

-El hombre más feliz en toda la faz de la tierra - me mira como si quisiera llorar.

Me abrazo a su torso con una sonrisa, sentirlo cerca nunca va dejar de hacerme sentir como una adolescente enamorada.

-Amor, te prometo que seré la mejor esposa para ti y la mejor madre para nuestro bebé de ahora en adelante - sonríe.

-No tienes que prometerme nada, yo sé que lo serás.

Veo la piscina y por un momento me dan ganas de lanzarme al agua, observo a mi esposo con diversión.

-¿Te apetece entrar con tu esposa al agua? - niega divertido.

-Si a ti te apetece, a mí también.

Se empieza a despojar de su smoking, quedando sólo en su bóxer negro y dejando al descubierto su bien formado y tatuado cuerpo. Dejo que mi vestido caiga hasta quedar en el césped, la mirada de Ronan cae en mis bragas de encaje, luego en mis pechos. Pasa saliva, yo muerdo mi labio inferior con lujuria.

-No te pongas cachondo aquí, porque no haremos el amor en nuestra boda - forma un puchero.

-Me dueles, Allen. Habíamos quedado en experimentar, y nunca lo hemos hecho en una piscina, yo creo que deberíamos romper la rutina.

Asiento con una sonrisa, seguido tomo su mano y nos empujo hacia el agua. Tomo una larga respiración, lanzándole agua a Ronan en el rostro. Se acerca a mi cuerpo, levantándome de las caderas y haciendo que lo rodee con mis piernas. Pongo mis brazos en su cuello, observando directamente a sus intensos ojos azules.

-Rompamos la rutina entonces.

Me besa con toda la ferocidad que le caracteriza, con toda la intensidad que me encanta. Tiro de su cabello hacia atrás, gruñe contra mis labios.

-Te amo, mi preciosa pervertida - dice rozando nuestras narices.

-¡Te amo más! - grito sin pudor a que alguien me escuche.

Atrapa mi labio inferior entre sus dientes, sonrío como puedo.

-Shh, alguien puede oírte y nos descubrirían - niego rápidamente.

-¿Entonces este será nuestro secreto? - pregunto intentando sonar inocente.

-Totalmente nuestro.

Ambos sonreímos, traviesos y deseosos, tal y como la primera vez.








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¡Holaaaa! xD

Este es el último extra de la historia, lo hice doble porque quería agradecerles por los 50k de lecturas, ¡muchísimas gracias, de verdad!

Voten y comenten, bebés, los amo.

¡Besos!



Tentación criminal #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora