Abro la puerta de mi departamento y todo está perfectamente ordenado. Dejo mi bolso sobre el sofá y me voy a la cocina por un vaso de agua. Luego de saciar mi sed toco la puerta de la recámara de Ronan, no responde.
-¿Ronan? - pregunto a la nada, sin obtener respuesta.
Oh, no. Se salió sin avistarme y ya son casi las 7 de la tarde. Vale, como se supone que va avisarme si ni siquiera tiene mi número de teléfono. Voy a mi habitación y me pongo algo más cómodo. Opto por una camiseta de tirantes para usar sin sujetador y un pequeño short. Mis tripas piden recibir algo de comida y me obligo a ir a la cocina por un sándwich.
Ya sentada en la barra americana me doy cuenta de la soledad en la que vivía antes de que Ronan llegara a mi vida. El chico puede ser molesto, arrogante y todo lo que quieras, pero eso solo hace que te acostumbres más a su presencia. Aunque eso no quita que ahora que llegue no vaya a regañarlo, no, señor. Tomo un libro del estante y me dispongo a leerlo mientras espero a Ronan. Cuando están por ser casi las 11 de la noche se escucha el timbre y me levanto como impulsada por un resorte.
Abro la puerta y ahí fuera me encuentro a Ronan con un aspecto horrible. Trae el pómulo izquierdo hinchado, el labio roto y tiene su mano derecha sobre su abdomen.
-¿Qué diablos…? - pregunto a medias antes de ayudarlo a entrar.
Hace una mueca de dolor al estar sentado.
-Hey, tranquila, estoy bien - dice con una sonrisa.
-Ronan, como esperas que esté tranquila contigo así de golpeado, quiero saber qué te pasó - pongo mis manos en mis caderas y el blanquea los ojos.
-Sí, te lo diré, pero primero ayúdame a curar esto - asiento y lo ayudo a ponerse de pie.
-Vamos a mi habitación, ahí tengo el botiquín de primeros auxilios.
Lo dejo en la orilla de la cama y voy por unos algodones con alcohol para desinfectarle las heridas. Lo observo con severidad.
-Esto puede doler un poco - abre sus piernas y me posiciono en el medio para empezar a curarlo.
Paso el algodón mojado por su labio inferior y hace una mueca.
-Duele - murmura en un susurro.
Lo ignoro y sigo limpiando las demás heridas que trae, hasta dejarlo bien curado.
-Quítate la camisa, necesito ver si no te quebraron las costillas - me hace caso a regañadientes y me quedo embobada con su abdomen.
Tiene muchos tatuajes, aunque eso no es impedimento para notar los cuadros perfectamente marcados que tiene. Paso mi mano por un costado de su abdomen y verifico que sus costillas estén bien. Se queja un poco y lo dejo de tocar.
-Por fortuna sólo fue el golpe, ahora quiero que me expliques, ¿quién carajos te hizo esto? - le pregunto y me cruzo de brazos.
Me toma de la cintura y me sienta en su regazo.
-Fueron unos tipos a los que les caigo mal, me dieron 'la bienvenida' porque salí de prisión - su voz demostraba algo le molestia, no lo culpo.
-No sé con qué clase de personas te juntas, pero no quiero que vuelva a pasar, ¿entendido? - paso mis manos por su sedoso cabello.
-Como digas, mamá - me sube a horcajadas sobre él y empieza a dejar pequeños besos por mi cuello.
Ladeo la cabeza un poco para dejarle más acceso a esa zona donde está besando. Nos da la vuelta en la cama hasta dejarme debajo de él, luego sigue bajando su besos hasta llegar a mis pechos. Me mira a los ojos y como no protesto baja los tirantes de mi camiseta y los libera. Empieza a chupar el derecho y el otro lo masajea con una de sus manos, obteniendo la reacción de mi cuerpo y haciendo que mis pezones se pongan duros.
Mi cuerpo se siente caliente y nuestras respiraciones están empezando a agitarse. Baja el elástico de mi short y sonríe al ver mis bragas de encaje blanco.
-Me encanta tú estilo - le sonrío un poco.
Vuelve a ponerse a mi altura y lo atraigo con mis brazos para besarlo. Comenzamos a mover nuestros labios sincronizadamente y su ávida lengua se encuentra con la mía. Paso mis piernas alrededor de su cintura y siento el bulto entre sus pantalones. Sigo besándolo hasta que se separa un poco y hace mis bragas a un lado para acariciar mi clítoris con su pulgar. Gimo bajo su toque y me agarro a la sábana de la cama cuando introduce uno de sus dedos dentro de mí. Mete un segundo dedo y aprieto más la sábana entre mis dedos. Empieza a bombear lentamente, torturándome.
-M-Más rápido - pido con la voz entrecortada, él simplemente sonríe y empieza a ir más rápido.
Siento mi cuerpo temblar y Ronan se da cuenta de eso porque empieza a acelerar aún más sus movimientos.
-Vamos, preciosa, quiero que acabes en mi mano - suelto un gemido al escuchar su voz ronca decirme eso.
Y en unos segundos más, mi cuerpo estalla en mil fragmentos de placer, dándome a saber que este ha sido el mejor orgasmo de mi vida. Ronan espera a que me recupere y después me carga en brazos para ponerme debajo de las sábanas.
-Iré a darme una ducha de agua fría, mi amigo está sufriendo - se pasa una mano por el bulto de su pantalón y sonrío.
-Podemos hacerlo feliz, si quieres - se sienta a mi lado y niega con una sonrisa.
-Claro que quiero, pero creo que es muy rápido, tal vez mañana podríamos seguir - asiento y me tapo con la manta.
Se acerca para besarme con dulzura y enseguida le correspondo. Entre el beso recuerdo las palabras de esa chica loca que está obsesionada con él. Ella dijo que después de que tuviéramos sexo, él se iba ir y me iba dejar. Rompo el beso y lo miro a los ojos.
-Ronan, tú... ¿vas a irte después de que tengamos sexo? - frunce el ceño y niega.
-Por supuesto que no. Grace, yo nunca voy a irme, a menos que tú lo quieras así.
-Perdón, yo no sé porqué he preguntado eso... - me excuso con algo de pena.
-No te preocupes, iré a darme una ducha y enseguida vuelvo para dormir contigo - deja un pequeño beso en mi frente y se mete al baño.
Intento olvidar la pregunta que le hice hace unos momentos y me enfoco en lo que sucedió antes. Joder, nunca nadie en mi vida me había hecho venirme de esa manera.
Poco a poco voy descubriendo que Ronan es realmente bueno, en muchos aspectos.
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Wey, estoy escribiendo esto a las 8 de la mañana, no sé que me pasa.
Dale, espero que les haya gustado el súper intenso capítulo, porque se van a venir más. No olviden votar y comentar, preciosas.
Ya nos leemos, las amo.
¡Besos!
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Tentación criminal #1
RomanceGrace Allen ha demostrado ser una de las mejores abogadas de todo el país, consiguiendo dejar en libertad a muchas personas a pesar de todo lo que se les acusa. En un buen momento de su carrera, se ve obligada a demostrar su astucia y capacidad en u...