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Cuando desperté estaba en una habitación completamente blanca, mis brazos estaban llenos de moretones y tenía algunas agujas penetrando mi piel para conectarse a sueros, sentía los parpados realmente pesados, y mi cuerpo dolía demasiado, regresé la vista hasta una pequeña cama situada al lado contrario de mi habitación, había un chico ahí.

- Mi amor – dijo con un hilillo de voz, a pesar de estar un poco ronco reconocí aquella voz.

Las lágrimas empezaron a rodar descontroladamente por mis mejillas, ese era James, tenía un aspecto terrible, pero él estaba vivo, no recordaba mucho de lo que había pasado, solo recordaba verlo caer herido debido al disparo. Había pensado que él había muerto, como pude hacerlo, James era un luchador, el cielo se caería antes que el muera a manos de un imbécil como Roots.

- ¿Qué pasó? ¿Qué hago aquí? – trate de alzarme un poco, pero miles de punzadas se desataron en mi cuerpo, haciéndome caer a la cama en segundos.

James aún tenía una máscara de oxígeno en su rostro así que decidí dejarlo descansar hasta que alguien más viniera y me lo explicara, pero el sueño empezó a invadirme hasta que caí rendida.

...*...

Me encontraba en la piscina de la Academia la primera vez que lo vi, estábamos en clase de educación física y Terry harto de nuestros compañeros estaba detrás de mi utilizándome de escudo, todos sabían que si lo molestaban se estarían metiendo conmigo y si me molestaban a mi padre no le gustaría nada. Era muy útil ser hija de unos de los generales más respetados dentro de la milicia.

Estuve distraída con Terry por un tiempo, hasta que un chico completamente perfecto atravesó por la puerta del cambiador de los hombres, esa era la primera vez que veía que el corte Kdt le quedaba bien a un estudiante, porque, aunque Terry no lo lucia mal, aquel chico era de infarto, ese hermoso color caramelo de cabello me había impactado al instante, tenía que verlo de frente porque no lograba reconocerlo, había vivido en esta academia el tiempo suficiente para conocer a casi cualquier estudiante, no había forma de olvidar a alguien como él, así que disimuladamente corrí por el borde de la piscina, sin importarme el peligro de aquella acción, cuando lo pase me di vuelta y vi aquellos hermosos ojos de color plata, se veían tan fríos que me congele, no me di cuenta que estaba cayendo a la piscina hasta que la impacte, Terry salto desde su lugar para sacarme pero, aquel chico de ojos de hielo ya estaba salvándome. Todo había sucedido tan rápido pero jamás olvidare el toque de sus manos en mi piel. Con mucho cuido, aquel chico me saco de la piscina con mucho cuidado, como si de una muñeca de porcelana se tratase, haciendo que mi corazón latiera acelerado, nunca nadie en mi vida me había tratado con tanto cuidado, aquel simple acto me ato a el.

La profesora Veril estaba tan asustada con mi caída que le obligó al chico nuevo que me llevara a la enfermería, al parecer tenía un golpe en la cabeza o algo así. El me subió a su espalda y me llevo, Terry estaba preocupado por lo que nos siguió, cuando llegamos no había nadie y Terry fue a buscar a alguien que pueda ayudarnos.

- Estoy bien, deberías irte.- le dije a mi nuevo compañero de clases

- Las niñas son muy problemáticas – dijo con una sonrisa en sus ojos – Soy James Evans.

Él me tendió la mano y me dedico la sonrisa más hermosa que haya visto jamás

- Me llamo Izzel Sullivan, pero todo el mundo me llama Izz.

...*...

- Amor.- Escuchaba a James llamarme

Por la ventana se veía que el sol se estaba escondiendo, al parecer había dormido casi todo el día, pero aún me sentía cansada y adolorida, aun no recordaba porque estaba yo ahí, todo era muy extraño, mis piernas se sentían extremadamente pesadas.

Proyecto: ValkyriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora