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Cuando llegue me desmorone en mi cama, le agradecí a Rochelle el ayudarme a llegar porque estaba incapacitada incluso para caminar, ella tuvo que ir a curar las heridas de su novio, aunque la peor parte se la llevo James.

La puerta sonó algunas veces, pero no tenía ganas de hablar con nadie, simplemente quería reflexionar todos los problemas acurrucada en mi cama, me acerque a mi armario para conseguir un pijama lleno de conejos, mi reflejo en el espejo era todo un lio, el rímel y el delineador estaban todos escurridos debajo de mis ojos, el labial se había ido y mi peinado era un completo desastre tenía que asearme para quitarme todo esto de encima, no tuve idea de cómo una mañana que se suponía iba a ser divertida termino en este desastre, me metí en la tina para un baño de burbujas, tenía tantas ganas de olvidarme de todo y quedarme dormida allí mismo, el agua disipaba mis preocupaciones por momentos.

Cuando salí mis dedos estaban completamente arrugados, todo el rastro del maquillaje se había ido, dejando a la vista unos ojos completamente rojos e hinchados. Mi reflejo se veía cansado, incluso mi mirada era vaga y pesada, lo único que alegraba mi apariencia eran los conejos rosados estampados en mi pijama.

- Me preocupe cuando no respondiste. – di un salto, provocando un fuerte dolor de caderas, Anthony estaba sentado en mi cama.

Le dedique una mirada llena de furia, pero por el contrario él estaba realmente feliz de verme, se paró extendió los brazos y me estrujo contra él. Antes este era el chico que a menudo, me ponía chicle en el cabello y hoy estaba muy contento de verme, todos me abrazaban cada vez que me veían. Había algo que nadie me estaba diciendo

Escuche un chirrido y la puerta que se encontraba detrás de mi armario se abrió de par en par, haciendo que empujara a Anthony lejos, me di vuelta asustada solo para darme cuenta que era Terry quien invadía mi habitación.

- Issys, ¿estás bien? Ross esta como loco en el dormitorio de los hombres. Al parecer James hirió a su hermano. Sabes que nadie lo puede calmar cuando se pone así.

En un acto reflejo, lo único que pude hacer fue morder mis uñas, no sabía cómo reaccionar, no quería ir al dormitorio de los hombres y enfrentarme a un Ross enojado, pero tampoco deseaba que James resultara herido por mi inacción en esta situación después de todo el simplemente quería una conversación conmigo y mi miedo lo impidió. Pero quien en mi lugar no estaría tan impactada como yo.

En mi mente aun no lograba aclarar lo que había pasado hace unas horas.

- ¿Por qué la llamas Issys? – pregunto Anthony, cambiando su estado de ánimo, hace unos segundos estaba muy feliz de verme y ahora su rostro tenía un feo ceño fruncido.

Conocía a Anthony desde hace tanto tiempo que un pequeño vistazo de su postura me bastaba para darme cuenta que se encontraba irritado. Él se paseó por mi habitación por unos segundos, para luego volver a sentarse en mi cama y aplastar a mi oso de peluche, entre sus manos.

- Es el nombre que me asignaron después del accidente. – le contesté.

Le hice una seña a Terry para que se marchara y nos dejara solos, el comprendió inmediatamente mis intenciones, con una mirada me pregunto si estaría bien dejarme sola con Anthony a lo que conteste con un asentimiento de cabeza. Terry me conocía mejor que cualquier persona, estaba preocupado por mí, pero sabía que esto era lo que quería. Él se dio vuelta y desapareció en el pasadizo por el que había llegado hace poco.

Cuando estuve segura que Terry se hubo marchado, tome una respiración profunda y me di vuelta para dirigirme a Anthony.

- Te ves bien Anthony. – el agacho la cabeza y sonrió. – has estado ejercitando por lo que puedo apreciar.

Proyecto: ValkyriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora