Trataba de patear, pero mi cuerpo no reaccionaba, todo a mi alrededor era demasiado confuso, después de lo que parecieron horas, sentí unas manos rodearme.
- ¡Izzel! Amor, reacciona.
Era curioso que me pidieran que reaccionara cuando yo veía y escuchaba todo, únicamente no lograba sentir nada.
Unas manos apretaron mi estómago, sentí como el agua brotaba de mi boca y mis pulmones ardían con fervor.
- Nena, reacciona.
Quise hablar, pero aun sentía una presión en mi pecho, mis pulmones estaban quemando, sentía que estaba muriendo. Al cabo de pocos segundos sentí unos labios, darme aire. Con ese pequeño respiro, todo volvió.
La sensibilidad de mi cuerpo, mi consciencia, todo era lucido ahora. Mi visión se aclaró, dejándome ver a un preocupado Sergio, fue él quien me rescató.
- ¿Por qué las lágrimas? No seas llorón. – mi voz estaba muy ronca.
Traté de sentarme, pero, acaba de descubrir el lugar del golpe, el mundo confabulaba en mi contra o alguien estaba jugándome una broma porque de todos los lugares en los que pude golpearme tenía que ser en la cadera.
Al parecer fue Sergio quien me saco y me hizo reaccionar, Ross se encontraba a pocos pasos de mí, en su mirada había melancolía, sus ojos estaban vidriosos.
- Tenemos que llevarte a la enfermería.
Estiré los brazos hacia Sergio, sentí las gotas de agua que aun cubrían su cuerpo, en mi rostro, lo solté casi de inmediato debido al dolor, el aún estaba con su traje de baño, seguía empapado con agua y afuera corría un viento espantoso
- Deja que alguien más me lleve. Vístete y me alcanzas, no es grave.
Solo Sergio había notado, mi escalofrió al sentir el dolor, lo que era bueno para mí, una vez que todos lo que se encontraban en traje de baño desaparecieron, puse todo de mi para pararme sin gritar, los juegos estaban a la vuelta de la esquina y una lesión simplemente lo empeoraría todo, tenía que evitar que alguna emoción cruzara por mi rostro, estaba cien por ciento segura que Ross o James lo notarían de inmediato.
Tomé una respiración profunda, sentí unos cálidos brazos a mi alrededor en segundos, su cálido aroma diferente y familiar llego a mí, inmediatamente supe, quien era.
- Gracias Ross.
Tomo mis piernas con sus brazos y sin decir una palabra me llevo a la enfermería, las lágrimas estaban a punto de escaparse de mis ojos, no lloraba por el dolor en mis piernas, era más un dolor en mi alma, conocía perfectamente la razón.
Debía dejar libre a Ross, había tomado esa resolución hace poco e iba a cumplirla, Ross bajo su mirada hacia mí, una tierna sonrisa se dibujó en mi rostro, era una de esas sonrisas que lograban disipar cualquier problema.
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Proyecto: Valkyria
Teen FictionIzzel Sullivan ha pasado toda su vida dentro de la academia Militar siendo una de las mejores alumnas de su generación, gracias a esto llegó a ser parte de un grupo selecto de estudiantes conocidos como Brigadieres, quienes tienen el mando de la aca...