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Tres horas habían pasado desde el accidente, todo había pasado rápidamente, en un instante Karly estaba feliz y al siguiente Rochelle estaba gritando por ayuda.

Las reglas eran muy estrictas, una vez que interrumpimos el torneo, fuimos descalificados del primer juego, siendo la Academia superior los ganadores indiscutibles.

Karly fue llevada al centro médico inmediatamente, tres horas más tarde aquí nos encontrábamos todos esperando por ella, en aquella sala blanca llena de sillas y de caras tristes. Terry aún se encontraba pálido, sus ojos seguían reflejando miedo.

Había tratado que alguien me explicara, la situación de Karly pero ninguna de las enfermeras mucho menos los doctores querían informarnos, la madre de Karly, se encontraba con todos los demás en la sala de espera al igual que sus hermanos, tenían la cabeza gacha, estaban preocupados por ella.

- Cálmate un poco. – James estaba sentado a mi lado. – estás temblando.

Era cierto, no podía dejar de pensar que esto se me había salido de las manos, los gemelos me lo habían advertido pero muy estúpidamente los había ignorado. Sentía las lágrimas escurrirse por mis mejillas, no quería llorar más, pero aquella que había salido herida esta vez era la pequeña y loca Karly, un pequeño rayo de luz que se estaba apagando, un golpe en la cabeza podía ser fatal.

James me abrazó cuando mis lágrimas empezaron a salir sin control de mis ojos, sentía mis lagrimas caer en su hombro. Aunque en los últimos años me había vuelto una persona llorona, apreciaba tanto que James no hubiera olvidado cuanto odiaba llorar frente a los demás y gracias a su abrazo, cubría mis vergonzosas lágrimas.

- Llamaré a mamá. – dije en un tono apenas audible.

- Hazlo Iss, seguro que ella conseguirá algo.

Siete minutos después mi madre estaba ahí, me tomo en sus brazos y susurro palabras de aliento antes de salir disparada a la estación de enfermería, muchas de las personas del equipo médico habían sido compañeros de mamá al menos en una ocasión, siempre estaban rotando de puestos alrededor del país, no existían muchos destacamentos médicos para militares por lo que las enfermeras militares siempre cambiaban de puestos.

Le di un vistazo a mi madre, quien al parecer parecía estar disfrutando de su conversación, pero para quienes la conocíamos bien sabíamos con una simple vista que estaba reuniendo información.

Al cabo de veinte minutos, mi impecable madre volvió, aún con una sonrisa en la cara, ese pequeño gesto quito un poco de la carga que llevaba, conocía muy bien a mi madre para saber que ella era portadora de buenas noticias.

- Karly está bien, la razón por la que no dan información es que, están haciendo todo tipo de exámenes para cerciorarse que no haya ningún trauma craneocefálico, si apresuradamente dieran un resultado y los exámenes indicasen lo contrario ellos podrían ser demandados e incluso degradados, ya que todos constan como personal militar.

Mi madre se quedó conmigo esperando, el día ya empezaba a convertirse en noche cuando el doctor salió con todos los resultados de Karly, tenía una expresión extraña, en su rostro, tenía certeza que mi amiga estaba bien pero algo en rostro del doctor decía lo contrario.

Los padre de Karly se pararon rápidamente en medio de la sala de espera, aunque les conté lo que había dicho mi madre ellos seguían demasiado nerviosos, nadie más que un doctor los calmaría.

- La señorita Mar está estable, no tiene heridas graves, por lo pronto posee una leve contusión en la cabeza. Estamos evitando la inflamación y que se formen coágulos de sangre, para lo que hemos subministrado medicación, la señorita Mar por lo pronto debe estar en reposo y hemos mandado la solicitud de descalifación al consejo, la aprobarán mañana.

Proyecto: ValkyriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora