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Gracias al fastidioso de Roots, fuimos llevados a la oficina del Teniente Tobar, porque era el inspector general y el encargado de mí hasta que mi padre volviera de su misión para reforzar a la Coraza y a pesar que él se veía realmente molesto conmigo, sabía que no le podía decir nada sobre este incidente a mi padre. Al general no le gustaría nada enterarse que su hija menor estaba encerrada en los cambiadores con un brigadier, la verdad no le gustaría que tenga novio, ni siquiera le gustaba la idea de algún chico me viera o peor aún que me tocara, se volvería loco y castraría a James si se enterara que lo bese.

- Sugiero que ambos sean expulsados. – el maldito de Roots, estaba conspirando en mi contra, pero algo tenía claro. No volvería a interrumpir la clase de ningún profesor nunca más, por ese pequeño incidente hace tres años me había tratado como basura, haciendo que odiase permanecer en sus clases, a decir verdad era prácticamente su culpa que yo escapara cada clase.

Regrese la vista a Tobby, quien esbozo una sonrisa divertida al escuchar aquel castigo absurdo que Roots proponía, un gesto que me tranquilizó, conociendo al Teniente me haría practicar mi programación en los laboratorios de computo día y noche porque a pesar de ser prácticamente un erudito para las computadoras, aquella era mi mejor habilidad y debía perfeccionarla si deseaba ingresar a la Academia Superior, el castigo de James debía ser algo como practicar su puntería con fusil, porque en un futuro él deseaba escoger infantería como su especialidad dentro de la Academia.

- Es una petición algo ridícula, no podemos expulsar a dos alumnos que hasta la fecha han sido un ejemplo para los demás, sus expedientes académicos son de los mejores del país y su expediente disciplinario no ha sido manchado nunca, si no confías en mi palabra Diego, puedes hablar con cada profesor de la Kdt Sullivan – anuncio Tobby, me sentía tan agradecida con él que tenía que hacer algo para demostrárselo así que programe una nota mental, prepararle un pastel a Tobby

Una risa estuvo a punto de escaparse de mi boca a lo que Roots no reaccionó bien. James seguía preocupado, pero le mandaba miradas tranquilizadoras, ambos saldríamos de esto juntos.

Una vez que Tobby puso a Roots en su lugar, dicto el castigo que ya esperaba. A lo que Roots por su puesto tendría algo que refutar, este hombre siempre tendría algo que decir. ¿Acaso no podía mantener su boca cerrada?

- La señorita Kdt. Sullivan es muy buena en programación por lo que sería una pérdida de tiempo, en mi humilde opinión ella debería practicar la pista de obstáculos, pues es obligatoria para cualquiera de las ramas a las que ella se dirija. – una sonrisa de diablo se le escapó al desgraciado, si hubiera podido agredirlo ahora lo habría hecho sin ningún remordimiento.

Tobby quería salvarme, lo veía en su rostro cansado, pero ya estaba condenada, el idiota de Roots había dado un buen argumento pues era cierto que yo era malísima en pista y ninguna división me aceptaría si iba simplemente a programar o hackear o contrabandear cualquier cosa, para lo cual era buenísima, tendría que pasar ese campo hasta cansarme, recorrería la pista mil veces si fuera necesario para que Roots dejara de molestarme

- Yo tampoco soy muy bueno en esa pista de obstáculos, como pudo ver en la clase de hoy, me pateo el trasero una chica – argumentó James, que no le importó admitir que su novia lo venció para estar conmigo, haciendo mi corazón revolotear, simplemente lo amaba, le dedique una mirada llena de cariño y amor.

Tobby también dejo escapar una risita junto una mirada de complicidad, su veredicto final fue que James y yo debíamos practicar nuestra puntería y la pista de obstáculos juntos, no sin antes hacer cien abdominales y cincuenta flexiones de pecho, solo para probar que teníamos buen estado físico, si claro, me estaba castigando por no dejar que me atraparan con mi novio.

Proyecto: ValkyriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora