- Perdería todo lo que tengo si a cambio pudiera amanecer contigo cada mañana por el resto de nuestras vidas. – susurró el chico de hermosos iris del color del oro.
Con los ojos aun entrecerrados le dedique una sonrisa y lo estruje más en mis brazos, había dormido con él hacía tiempo y me encantaba estar a su lado, porque cuando lo tenía las pesadillas no venían a mí, ni siquiera los recuerdos.
Ross era algo así como un escudo, en sus brazos sentía que nada podía alcanzarme, ni siquiera el dolor.
- No recuerdo cuando llegaste, pero me alegro que estés aquí Iss. – murmuró y me dedico una hermosa sonrisa, de esas picaras que se expresan con medio labio.
El astro rey ni siquiera se asomaba por el horizonte aún era madrugada, pero ambos ya estábamos despiertos, nuestros ojos se abrían automáticamente a antes de las seis de la mañana, un acto que estaba segura era un efecto secundario de llevar una vida militar.
- Buenos días. - le susurre en el oído, pero la puerta se abrió de golpe.
- Hermano, no hay agua caliente en mi habitación así que ...
Benjamín entro y estaba segura que sus ojos se saldrían de sus orbitas cuando me vio metida en la cama de Ross. Una gran sonrisa se extendió en su rostro y rápidamente llegó hasta el filo de la cama.
- ¡Qué cuernos! Ya era hora, sabía que Iss era la chica de la que hablabas cada día, Felicitaciones, digo, ¿ustedes son pareja? Porque, sabes Iss, este hombre ha estado colado de ti desde que trabajaba para tu padre.
Ross se levantó de un tirón de la cama y lo golpeo, al final Benjamín terminó siendo botado de la habitación y las mejillas de Ross se tiñeron de un hermoso color rosa, una sonrisa se extendió en mi rostro, me sentía como la dueña del mundo.
- Yo... a decir verdad... es cierto. – dijo tímidamente y casi balbuceando, su postura se suavizó y un extraño brillo alcanzo sus ojos. – he estado enamorado desde que fui reclutado, al principio pensaba que era admiración, porque tu simplemente eras tan asombrosa, pero después cuando tuve la oportunidad de conocerte, yo...
Esta vez la puerta volvió a abrirse, pero no me importo quien entrará, me lancé sobre Ross y le di un gran beso. Él me devolvió el beso como nunca antes, al principio era suave pero después fue salvaje y desesperado como sentía aquel beso tan necesario como el mismo aire.
- Si me ayudan a lograr algo así con Karly no me molestaría. – Escuche la voz de Terry detrás de nosotros y sus palabras me hicieron reír.
- Tengo que reparar esa cerradura.
- Y yo tengo que llevarme a mi mejor amiga, lejos de tus juguetonas manos Ross. – Terry me jalo hacia él. – me alegro, en serio de todo esto, ustedes estaban destinados a estar juntos, pero te advierto algo rómpele el corazón y te despides de lo que llamas vida, te lo digo en serio.
Ross me dio un beso en la frente y me entrego a Terry quien me llevó a través de los pasillos de vuelta a mi habitación, al parecer las chicas me necesitaban, nuestra presentación era demasiado importante, pues éramos muy pocos, pero teníamos que lucirnos.
Al llegar a mi dormitorio, mi closet había vomitado todo mi guardarropa, todas y cada una de mis prendas se encontraban esparcidas en el suelo.
- Iss, no tienes que ponerte. – Lena entró a mi habitación, traía un porta terno detrás de ella.
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Proyecto: Valkyria
Teen FictionIzzel Sullivan ha pasado toda su vida dentro de la academia Militar siendo una de las mejores alumnas de su generación, gracias a esto llegó a ser parte de un grupo selecto de estudiantes conocidos como Brigadieres, quienes tienen el mando de la aca...